Ensalada de pimientos asados al horno de mi madre

A mi madre le encanta hacer ensalada de pimientos asados al horno. Siempre que ve pimientos de la suficiente calidad para este fin los compra y hace este riquísimo plato.
En invierno y en verano. En cualquier época del año los pimientos asados al horno son la base de exquisitas ensaladas que pueden ser absolutamente simples o mucho más "regias". Dependerá de los ingredientes que incorporemos a ella.

 
Ayer fuimos juntas al mercado del pueblo y en el pequeño puesto de hortalizas y frutas vimos estos estupendos pimientos rojos. Estaban muy bien de precio y mi madre me animó a traernos un par de kilos y pico, dijo que ella los hornearía. De modo que aprovechando que tengo "madre" aquí, cosa que es poco habitual y que teníamos el horno caliente después de haber asado un pollo con ciruelas en él metimos los pimientos que se fueron haciendo mientras comíamos.
Para asar es preciso que se trata de pimientos rojos hermosos, sin heridas ni daños, lo más lisos posibles en su forma para facilitar la retirada de la piel, con un tamaño parejo para que el tiempo para ablandarse sea parecido,  pero sobretodo, que sean muy carnosos!! Es imprescindible que presenten una piel tersa, brillante y perfectamente hidratada. Si los pimientos están mustios y con la piel con arrugas no merece la pena asarlos porque están muy resecos y no se extrae de ellos casi carne ni siquiera se pelarán bien.
Yo no suelo hacer esta ensalada con demasiada complicación. Una lata de bonito por encima, unas aceitunas, un poquito de cebolleta tierna picada y creo que es suficiente para degustar una refrescante y nutritiva ensalada aliñada sencillamente con aceite, vinagre y sal. Pero muchos son los ingredientes con los que puede quedar muy apetitosa. Dependerá de nuestro gusto y si queremos que constituya un primer plato o simplemente un aperitivo.
Mi madre todavía la hace más simple: aceite de oliva virgen extra, sal y vinagre. Sin más!! 
Un pequeño truquillo que me enseñó ella y que me encanta en el arroz: Cuando me sobra un poquito que no merece la pena congelar por la cantidad los dejo metidos en un botecito de cristal de los típicos en los que viene la mermelada. Echo un poquillo más de aceite para que la superficie me quede cubierta y se conserven algún día más y los uso en la preparación de un arroz con pollo al que como aderezo y una vez totalmente terminado el guiso, ya en el plato, agrego. Simplemente unas cucharadas de ensalada de pimentos asados con aceite y sal (sin más ingredientes) al que añado un huevo cocido troceado y un chorro de vinagre. Remuevo y...pongo un poco encima de cada plato ya con el arroz servido en ellos. Delicioso!! Este arroz con el aliño de pimientos asados que yo llamo "de mi madre" porque es el que recuerdo desde chica que se hacía en casa, me chifla!!
Si se hace una buena cantidad de pimientos en una bandeja podemos incluso congelar una parte una vez limpios y aderezados. Eso sí, sin agregar huevo o cebolla porque creo que al descongelarse ésta pierde el crujiente tan delicioso de la cebolleta recién cortada. Tampoco agregaríamos huevo ni atún. Después de descongelados incorporaríamos los ingredientes que nos apetezcan.
Asar pimientos al horno no tiene misterio ninguno. Ponemos a precalentar el horno a unos 180/200 grados, calor por arriba y por abajo.
Bueno pues os explico como los ha horneado mi madre
Ha lavado escrupulosamente los pimientos y los ha secamos bien con un trapo.
 
A continuación los ha puesto en una bandeja tipo "Pirex" colocados incluso de pie, se asan igual. La cosa era que le cupieran en ella.
Los ha rociado con un poquito de aceite de oliva virgen y los ha espolvoreado de sal.
Debemos cuidar de que el calor del horno ase el pimiento tanto por arriba como  por abajo, poniendo calor durante un rato solo por abajo si vemos que se nos asan en exceso la parte superior permaneciendo demasiado cruda la inferior.
Ella ha ido cambiando los mandos del horno de manera que iba dando calor por arriba o abajo según ella veía que precisaban los pimientos. Ni siquiera ha tenido que moverlos como hago yo.
En cosa de una hora han estado listos. 
Los ha sacado de la bandeja y los ha metido en una cazuela amplia para que "suden" y los ha tapado.
Simplemente hay que esperar a que enfríen para retirarles la piel que sale con absoluta facilidad despegándose de la carne cuando han perdido la temperatura tapados como os digo dentro de una olla o con algún tipo de tapa que cubra la bandeja del horno.
A continuación ha  ido retirando con mucho cuidado todas las pieles intentando que no quedaran demasiadas semillas. Por supuesto que hasta la última gota del jugo que queda en la cazuela tras sudar los pimientos se aprovecha!!
Ella se pone un colador en el que va echando las pieles y semillas mientras deja las tajadas de pimiento asado ya limpias en la bandeja. Al lado, un bol para ir mojándose las manos y dónde se desprende los pequeños trocitos de piel y semillas que quedan adheridos a ellas
Pueden cortarse con unas tijeras pero ella (y yo) los prefiere a delgadas tiras desprendidas con los dedos índice y pulgar. Es más laborioso pero queda mucho más rico!!
Y ahora...el aderezo. Al gusto!! Hoy simplemente con un generoso chorro de aceite de oliva virgen, un poco de vinagre y sal. Rica, rica!!

1 comentario:

  1. Bueno, lo que se aprende contigo!. Me han encantado las recetas de las sardinas y esta de los pimientos, tambien. No paras de trabajar, pero que agradable es, ¿verdad?. Y encima gozas de buena compañía.
    Un beso.

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