Sushi hecho en casa paso a paso

El título de la entrada lo dice todo. No pretende ser un Sushi "ortodoxo", como el que haría un maestro japonés. Seguramente horrorizará a los entendidos y habré cometido algún que otro sacrilegio en el proceso...pero a mí, que no soy ninguna experta en cocina japonesa, me parece aceptable a nuestro paladar occidental. Sé que lleva productos de buena calidad y que lo comemos recién hecho. Todo esto me "compensa" que quizás infrinja algún precepto de la cocina japonesa.
Solo pretendo ofrecer una explicación sencilla y asequible a quién se acerca por primera vez a este tipo de comida oriental. Puede ser divertido ofrecer a nuestros amigos o a la familia una cena algo exótica y creo que el resultado para quién no es un entendido es más que digno.
Para ser sincera debo ponerle alguna "pega" a mi sushi pero que prometo corregir con el tiempo y es que adolece de la "perfección" en la presentación que tiene un sushi hecho por un cocinero japonés.
A ver si estas Navidades alguien de la familia o algún amigo me regala alguno de los muchos "cachivaches que hay para facilitar su realización.
Para invitar a todos a prepararlo quiero aclarar algo que constituye muchas veces el motivo por el que muchos no se animan a cocinarlo y es que asocian el sushi necesariamente con la "obligación" de comer pescado crudo. Sencillamente esto no es cierto. Algunas variedades de sushi se preparan con pescado crudo, pero no todas.
Bueno, sin más preámbulo, vamos por partes. Primero vamos a hacer un pequeño repaso a los utensilios e ingredientes que necesitaremos. Luego nos meteremos en faena.


Morcilla de arroz con pimientos "del piquillo" dulces

Es un plato bien socorrido, de esos que se preparan en un momento

INGREDIENTES:

 * 1 Morcilla de arroz cortada en rodajas gorditas
* Unos cuántos pimientos "del Piquillo" cortados en trocitos
* Un par de cucharadas de azúcar
* Un poquito de harina
* Un chorrito de aceite de oliva virgen extra



Un "truquillo" para que la morcilla no se pegue al asarla en la sartén es enharinar un poquito las rodajas.

Echar un par de cucharadas de azúcar sobre los pimientos, remover bien y calentar en el microondas un par de minutos para que el azúcar se disuelva bien. Reservar.

Poner a calentar una sartén con unas gotas de aceite. Cuándo esté bien caliente poner a dorar las rodajas de morcilla hasta que tengan un bonito color dorado.
Cuándo estén echas por un lado, darles la vuelta y dorarlas por el otro.

Poner las rodajas de morcilla asada sobre el plato dónde las vayamos a servir y decorarlas con un poco de pimientos dulces sobre cada una de ellas. El contraste entre el sabor de la morcilla y el dulce de los pimientos es exquisito.


"Escalibada" (Ensalada catalana de verduras asadas)

La escalibada es un plato muy típico de la cocina catalana. En realidad tradicionalmente las verduras se asan al rescoldo de una buena lumbre pero a falta de ello en el horno puede salirnos una deliciosa ensalada de verduras asadas.
Es importante, como casi siempre, que la materia prima sea buena. Los pimientos rojos de los de piel fina y "cuero" gordito, que son los que dan más carne y son más dulces, las cebollas tardan en hacerse así que yo las pongo chiquitas. La cabeza de ajos que sea grande, de dientes de buen tamaño y a poder ser de "Chinchón" una variedad que aquí en Madrid se adquiere muy fácilmente en cualquier verdulería. Los tomates maduros y carnosos...y por supuesto, un aceite de oliva virgen extra que no falte.

Puchero malagueño

Se trata de un plato que en invierno se hace con mucha frecuencia en Málaga.
Las cocineras malagueñas cuando hablan de cómo les ha quedado el puchero dicen "rico, rico y…blanco, blanco!!" Es un caldo mucho menos denso que el de un cocido. Cuanto más blanco mejor, producto de haber agregado a él los huesos blancos salados y el unto. Como a la gente le gusta el tono blanquecino de este caldo no le ponen morcilla ni chorizo.
El puchero malagueño es muy "versátil", quiero decir que puede servirse de varias formas y hacer con él distintos platos. Se trata de un caldo "base" que la gente en Málaga tiene siempre a mano. Se compone de carnes, garbanzos, si se desea verduras (patata, puerro, zanahoria...).
Entre los aviós del puchero, además hay que agregar los que convierten este puchero en genuinamente malagueño: los huesos de caña, los trocitos de corteza (piel) y  costilla salados y el cachito de "unto". No puede faltar la ramita de hierbabuena fresca que se añade cuando el plato ya está servido, jamás durante la cocción ya que se pierde completamente su aroma.
Este lo voy a utilizar para tener caldo preparado para hacer sopas pero también pueden hervirse en él un puñado de arroz que puede ir acompañado de otro puñadito de judías verdes y patata y tendremos con ello un delicioso primero de cuchara.
Otra forma típica de servir este plato en Málaga es con la famosa "pringá". Primero se sirve la sopa que puede ser de picadillo o simplemente de fideos finos, luego los garbanzos con las verduras (patata, zanahoria, col…al gusto) y luego las carnes que no se comen del modo habitual si no aplastadas todas juntas con un tenedor y acompañadas de pan. Deliciosa!!

A estas formas de utilizar el caldo podemos añadir lo que llaman "berza", es decir, un potaje de col rizada al que al final se le agrega un sofrito en aceite de oliva de cebolla y ajo picado , comino y pimentón.

Tarta de queso al horno

Hay dos tipos de tartas de queso, las que necesitan horneado y las que no. No sabría decir cuales me gustan más. Son distintas en su textura, en su sabor... quizás suele dar más pereza las que llevan horneado pero merece la pena invertir el par de minutos que nos lleva preparar el molde porque en realidad el tiempo de precalentado del horno lo aprovechamos para ir preparando la tarta y el del horneado... pues eso, podemos hacer mientras tanto lo que nos apeteza.

 
INGREDIENTES:
* 3 Huevos
* 3 Yogures naturales
* 2 vasitos de yogur llenos de azúcar (200 gramos)
* 1 vasito de yogur lleno de harina (3 cucharadas soperas bien colmadas)...
1 Sobre de levadura en polvo tipo Royal
* 2 Tarrinas de queso tipo Philadelphia (de 200 gramos cada un)
* Un par de cucharadas de harina para enharinar el molde
* Un chorrito de aceite de oliva virgen extra para aceitar el molde
* Unas cucharadas de mermelada de albaricoque (o de otra al gusto) para decorar la tarta.
 
1.- Como solo tardaremos unos minutos en tener lista la tarta para hornearla, lo primero que tendremos que hacer es ir precalentando el horno a unos 180º
2.- Ahora prepararemos el molde rociándolo con un chorrito de aceite. Con una servilleta de papel los embadurnaremos bien extendiendo el aceite por todo su interior, sin olvidarnos de las "ranuritas" que tenga. Así eliminaremos el sobrante de aceite y dejaremos únicamente una fina película.
A continuación echaremos en el molde aceitado un par de cucharadas de harina. Moveremos bien el molde para que la harina se distribuya por todas partes y lo sacudiremos bocabajo para eliminar el sobrante. Ya tenemos listo el molde con una fina película de harina pegada por el aceite que hemos puesto anteriormente y que impedirá que la tarta se adhiera a él durante el horneado además de facilitará su extracción una vez cocida.
3.- Procederemos a continuación a mezclar con una batidora o un robot de cocina todos los ingredientes (Excepto la mermelada de albaricoque)
Los batiremos todos juntos durante el tiempo preciso para que quede una mezcla muy poco espesa y sin grumos, totalmente homogénea.
4.- Echaremos la mezcla en el molde enharinado.
Como hemos puesto a precalentar el horno mientras hemos preparado la tarta ahora ya estará listo para que la metamos en él.
5.- Hornearemos a esta temperatura de 180º DURANTE LA PRIMERA MEDIA HORA SOLO CON CALOR POR ABAJO. Esto es para evitar que se forme una costra en la parte superior que impediría que la fuerza de la levadura que contiene la mezcla fuera suficiente para hacer subir la tarta.
El calor por abajo irá cociéndola sin endurecer la parte superior.
Miraremos de vez en cuando como va la cocción y si comprobamos que la tarta aún teniendo solo calor por abajo, se está dorando, la cubriremos con un trozo de papel Albal para impedir que se queme.
Pasada la media hora la tarta deberá haber subido un poco y por arriba aún no estará dorada.
Las temperaturas y los tiempos en los hornos siempre son variables dado que cada uno de nuestros hornos tienen su propia "personalidad". Lo mejor es disponer de un horno con distribución del calor por aire pero a falta de él (como es mi caso) será más que suficiente uno de los habituales como este que os muestro.
Pasada la media hora primera, pincharemos la tarta con un palilllo para comprobar el estado de cuajado que tiene.
Si vemos que está muy blanca aún por arriba y que casi toda ella está bastante líquida, alargaremos un poco la media hora de calor solo por abajo.
6.- Si por el contrario comprobamos que la primera media hora ha sido suficiente para que la tarta ya esté casi cuajada por los bordes y que únicamente el centro permanece líquido, PONDREMOS A CONTINUACIÓN CALOR SOLO POR ARRIBA DURANTE UNOS 15 MINUTOS MÁS APROXIMADAMENTE.
No dejaremos de vigilar la coccion, incluso podemos situar la bandeja del horno en una ranura inferior para que el calor superior no la queme tan rápidamente y permita que se vaya cociendo sin quemarse.
7.- Ya tenemos la tarta cuajada, dorada y lista para decorar. Finalmente extenderemos por arriba unas cucharadas de mermelada de albaricoque o de cualquier otro sabor que nos guste. Podemos hacerlo con la misma cuchara o ayudándonos de una brocha de cocina.
 
La dejaremos enfriar antes de consumirla. En invierno está rica sin meter en el frigorírico; en veramo si la queremos fresquita podemos refrigerarla pero cubriéndola con film de cocina para que no se reseque por arriba.