Pollo al horno con cebollitas francesas

Podría realizarse esta receta de la misma forma sin trocear el pollo. En mi caso, no somos más que dos en casa y preparar el pollo de esta manera me permite tener congelada otra ración para dos que me viene de perlas cuando no tengo ganas o tiempo de cocinar. Así troceado en trozos grandes lo empaqueto mejor y me cabe en un tupper altito. Además, creo tarda menos tiempo en hacerse que si no lo troceamos y que la carne se impregna más de los aromas de la salsa. De todos modos si os apetece hacerlo entero, ya sabéis, todo igual pero sin trocear.

Precisamente porque la segunda vez que tomo este pollo asado es después de haberlo descongelado ya cocinado, procuro al meterlo en el congelador, que tenga suficiente salsa para que luego al calentarlo e nuevo en el horno no se me quede en nada e incluso se me llegue a pegar. Por eso véis que en las fotografías hay bastante salsita.
INGREDIENTES
  • Un pollo bien grande entero o cortado en octavos.
  • Una bolsa de cebollitas francesas
  • 3 ó 4 dientes de ajo gorditos
  • 1 limón
  • sal
  • pimienta negra
  • 1 vaso escaso de aceite
  • 1 vaso escaso de brandy
  • Un poquito de agua (si fuera preciso)
ELABORACIÓN:
  1. Precalentamos el horno a 200º aproximadamente. Calor por arriba y por abajo.
  2. Ponemos en la bandeja de hornear el pollo troceado, las cebollitas francesas peladas, los ajos enteros pelados.
  3. Salpimentamos.
  4. Cortamos en limón a la mitad y exprimimos un poco su zumo por encima del pollo dejando el limón dentro de la bandeja para que se cocine.
  5. Calentamos bien el aceite y cuando comience a humear lo echamos sobre el pollo.
  6. A continuación echamos el vaso de brandey en el fondo de la bandeja sin mojar el pollo.
  7. A partir de ahora solo nos resta que el pollo vaya dorándose poco a poco. Cuando esté bien doradito por un lado daremos la vuelta a las piezas con unas tenazas y dejaremos que se vayan haciendo del otro lado. De vez en cuando, mientras dura el asado, iremos regando el pollo con el líquido de la bandeja para que no se quede seco y vaya tomando el sabor de los ingredientes.
Si viéramos que las cebollas y los ajos ya están perfectamente dorados los retiraríamos reservándolas para ponerlos en el último momento ya que de lo contrario quizás se nos tuesten demasiado.
Si la salsa se nos evapora en exceso podemos agregarle un chorrito de agua. Lo importante es que el pollo no se ase de forma "seca" si no que tenga líquido suficiente para ir impregnándose y que quede jugoso.

Puerros agridulces

Hace ya muchísimos años, íbamos de viaje y parando en un restaurante de carretera para hacer un alto en el camino vimos unos puerros entre las tapas que ofrecían. Nunca se nos hubiera ocurrido que unos simples puerros pudieran estar tan deliciosos. Por supuesto pedimos un par para probarlos. El camarero fue tan amable que al comentar que nos habían encantado nos dijo como los preparaban. El sabor agridulce aderezado con una pizca de pimienta negra y un chorrito de aceite no podéis imaginar lo ricos que están!
 

Solomillo Wellington. Un plato para gourmets- Como realizarlo paso a paso

Este de hoy es un plato clásico dónde los haya. Una preparación que lleva su tiempo y su técnica y que os dejará a la altura que merecéis como cocineros cuando ofrezcáis este plato a vuestros comensales. Como un rey/reina quedareis!!! No es una receta para todos los días, ni mucho menos. Quedaría estupenda formando parte del menú de una comida de estos días de Navidad, por ejemplo.
He tratado de explicarla muy, muy detalladamente, con muchísimas fotografías que estoy segura os ayudará a moveros sin dudas cuando la elaboréis. Que no os desanime lo largo de la entrada. Un día es un día!! Y nuestros familiares y amigos, todos los días, pero especialmente estos de Navidad merecen un pequeño esfuerzo de nuestra parte.
Básicamente podría decirse que se trata de un solomillo, generalmente de buey o ternera (pero que también puede aplicarse a un solomillo de cerdo de calidad) que se cocina untado en foiegras bajo una capa de crema de cebollas y champiñones (salsa "Duxelles") y otra de jamón. Todo ello envuelto en hojaldre. Tentador. Eh!!
No voy a aburriros con orígenes y datos históricos de esta receta. Los podéis encontrar en la Red sin dificultad alguna. Vamos sin más tardanza a por el solomillo Wellington!!!
INGREDIENTES
  • Un solomillo de buey, ternera o cerdo
  • AOVE
  • Mantequilla
  • 1 Cebolla bien gorda o 2 chalotas
  • 250 gramos de champiñones
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 vasito de vino dulce
  • Lonchas de jamón serrano
  • 100 gramos de foiegras
  • 1 lámina de hojaldre (a poder ser refrigerada, no congelada)
  • 1 huevo batido

ELABORACIÓN
Comenzaremos por marcar bien el solomillo por todas partes (antes lo habremos salpimentado). Que quede bien doradito. Lo haremos en una sartén dónde quepa holgadamente para que conserve su forma. Echaremos un chorreón de AOVE en la cazuela y cuando esté bien caliente pondremos en su interior la carne girándola poco a poco hasta que veamos que por todas partes ha tomado color. Así se nos cerrará el poro y evitaremos que pierda sus jugos dentro del hojaldre ablandando éste y dificultando que suba la masa.
Reservaremos el solomillo hasta que esté completamente frío.
Esta que véis en las fotografía es una de mis ollas rápidas que más utilizo. Se trata de una olla de un diámetro poco habitual en este tipo de ollas rápidas, es de 28 cm lo que me permite un espacio magnífico para dorar carnes o como en este caso, piezas, que en cacerolas de diámetro más convencional no cabrían. Tiene un fondo extraordinario que distribuye el calor de forma homogénea sin que llegue a pegarse los alimentos en él. En este caso la estoy utilizando como una cacerola normal como hago con ella en muchas otras preparaciones.
No me enrollo. Sigo. Vamos a preparar ahora la salsa duxelles. En la misma cacerola o sartén que hayáis dorado el solomillo echaremos un poco de mantequilla y la pondremos a fundir.
Agregaremos la cebolla o chalotas bien picaditas y a fuego lento dejaremos que se poche.
Mientras tanto iremos cortando en láminas finas los champiñones que habremos lavado bien eliminándoles cualquier rastro de tierra.
Es preferible trabajar con la cacerola tapada mientras la cebolla pocha. Estará en su punto cuando veáis que adquiere una aspecto translúcido.
Añadiremos ahora los champiñones fileteados
Y dejaremos que se rehoguen bien. Subiremos el fuego mientras esto ocurre. Ya sabéis que los champiñones sueltan mucha agua mientras se cocinan. Es conveniente hacerlo siempre con fuego fuerte para que este agua se evapore rápidamente. Tardan poco en hacerse así que no descuidéis su cocción para evitar que se peguen.
Añadir una pizca de sal pero con cuidado ya que la receta lleva lonchas de jamón serrano y es fácil que nos pasemos con la sal si no andamos con cuidado.
En cuanto veamos que los champiñones han perdido el agua que soltaron añadir el vasito de vino dulce y seguir trabajando a fuego fuerte para que el vino se reduzca. Deberá quedarnos una salsa espesa, con cuerpo, intentando que nos quede bastante sequita.
La salsa ya preparada la pasaremos por la batidora o robot de cocina hasta que forme una pasta fina que colocaremos en una bandeja o recipiente que tenga bastante superficie para que se enfríe lo más pronto posible. Meteremos la bandeja en el frigorífico para que se "solidifique" un poco y luego nos sea más fácil manipularla.
Cuando la salsa esté fría completamente empezaremos a preparar "las envolturas" de este plato.
Tomaremos un trozo de film de cocina y lo colocaremos extendida en una superficie plana (una tabla de corte bien grande o la propia encimera) sobre ella pondremos tantas lonchas de jamón serrano como precisemos para que su superficie pueda llegar a "envolver" todo el rollo. Tener en cuenta que el foiegras y la salsa Duxelles aumentará el diámetro total del rollo de carne.
Sobre las lonchas de jamón colocaremos bien extendida la salsa Duxelles sin llegar del todo al perímetro que forma la superficie de jamón porque luego, al envolver el rollo la salsa tenderá a extenderse un poco.
Untaremos con foiegras una de las caras del solomillo.
Lo colocaremos sobre la salsa que tenemos extendida y untaremos la otra cara del solomillo con el foiegras restante.
El siguiente paso será envolver el rollo untando de foiegras con las capas de jamón serrano y salsa de champiñones. Aquí hay que andar con cierta habilidad y tratar de que el trabajo nos quede lo más limpio posible. No podemos trabajar con demasiada lentitud porque lo ideal es precisamente que la salsa y el foiegras conserven lo más posible el frío y así será más fácil su manipulación.
Ayudándonos de la lámina de plástico volcaremos una mitad de la capa de jamón y salsa sobre el solomillo.
Y a cotinuación la otra mitad
Deberemos envolver ahora el rollo completo con la lámina de plástico. Lo manipularemos con cuidado, sin apretar más que lo  justo para que la salsa no se nos salga por los extremos del solomillo. Lo cubriremos todo con film de cocina. Si es necesario utilizar otra hoja de film más grande ponedla sobre la primera que utilizamos. Meteremos el rollo en el frigorífico a la espera de que vuelva a enfriarse bien.
A continuación prepararemos el hojaldre. Lo ideal es contar con una lámina de forma rectangular suficientemente grande como para abarcar todo el conjunto sin problemas.
Os aconsejo que utilicéis hojaldre refrigerado y no del que venden congelado. Sube mucho mejor que el congelado que, la verdad, muy frecuentemente se "resquebraja" al descongelarse.
Marcas como "La Cocinera" o las láminas que venden en los supermercados Lildt son ambas de calidad magnífica.
Extenderemos la lámina de hojaldre sobre la encimera. Calcularemos el hojaldre que necesitamos para cubrir todo el rollo y cortaremos el trozo de masa que nos sobre, trozo que reservaremos para la decoración.
Desenvolveremos el rollo de carne que tenemos en el frigorífico enfriandose bien y le quitaremos con sumo cuidado la lámina plástica situándolo en medio del hojaldre (lógimamente coincidiendo el lateral largo del hojaldre con el largo del rollo, claro) Tomaremos una de las mitades de la lámina de hojaldre y la pondremos sobre el rollo. Luego tomaremos la otra mitad y cerraremos el conjunto.
Fijaos en esta fotografía. He untando con huevo batido el extremo de la lámina antes de cerrar completamente el rollo. He practicado unas leves "presiones" con el tenedor para sellar bien la lámina. Cuidado con hacerlo suavemente, sin presionar tanto que se nos rompa el hojaldre.
Los de masa sobrante los vais doblando pintando previamente con huevo cada vez que dobleis un trozo de masa, así quedará bien adherida y no se os despegará durante el horneado.
Cuando tengáis los dos extremos bien cerrados poned la "unión" del cierre hacia abajo para que el propio peso de la carne impida que se abra.

Una vez volteado el rollo quedará la "costura" abajo. Ahora, con huevo batido iremos pegando las tiritas de hojaldre que habremos hecho del "sobrante" de masa. Pintaremos bien de huevo batido todo el conjunto.
Colocaremos el rollo ya decorado del modo que más nos guste sobre papel vegetal y lo pondremos a hornear durante una media hora aproximadamente en horno precalentado a 200 grados. Con calor por arriba y por abajo.



Aliño de aceite, ajo y perejil..¨Como preparar un "básico"

Este aliño de aceite ajo y perejil es un "básico" que no puede faltar en nuestro "fondo de nevera". Para acompar carnes, pescados a la parrilla, almejas a la plancha, champiñones al ajillo...
Es cómodo de tener preparado porque no siempre tenemos perejil fresco y no tener que estar siempre pelando y picando ajos también es una comodidad.

INGREDIENTES
1/4 Litro de Aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo
1 ramas de perejil (sin tallos, sólo hojas)
ELABORACIÓN

Podéis prepararlo de varias formas. Lo hagáis como lo hagáis es conveniente ponerlo en un bote tipo "biberón", ya sabéis, esos botes altos con boquilla terminada en punta. Os facilitará mucho las cosas para no ensuciar el recipiente.
Como a mí el plástico me gusta poco , otra opción es la que yo utilizo. Una botellita de cristal de esas de vinagre balsámico. Bien lavadita y quitada la etiqueta resulta más "limpia" que los recipientes de cristal. Le he puesto un "pitorro" de esos que suelen ponerse a las botellas de otros liquidos. Los venden sueltos en tiendas de todo a cien.
Lo podéis conservar en el frigorífico durante mucho tiempo. Bueno, la verdad es que yo no preparo una excesiva cantidad y como es tan socorrido y lo uso bastante no me dura demasiado tiempo así que no doy lugar a que se me estropee. Pero ya digo, dura semanas sin problema alguno.

Primera forma de elaboración: Meter todos los ingredientes en el vaso de la batidora y triturar el conjunto. Pegas que le veo a esta forma? que el ajo queda totalmente batido con el aceite y no se nota luego en la preparación. Prefiero que se note un poco.
Segunda forma de elaboración: Más que tritutar "pulverizar" con cuchillo bien afilado los ajos y las hojas de perejil y mezclar ambos ingredientes con el aceite. Pega? que se tarda más pero queda menos "turbia" la mezcla. Es la forma idónea para mí. Lo que hago a veces es triturar el perejil con una pequeña trituradora (aparece en la fotografía) así me ahorro el cortado a cuchillo. Es la forma perfecta para mí.
Tercera forma de elaboración: En el vaso de la batidora echar el aceite y las hojas de perejil y triturar los dos ingredientes. Añadirles después los ajos pasados por un triturador de ajos.
Esta última forma es la que he utilizado. Es rápida y cómoda. Tengo que decir que mi triturador de ajos tiene unos agujeritos no demasiado pequeños, de tal forma que se sigue apreciando un poquito los trocitos de ajos una vez triturados.

Gambas o gambones a la plancha. Un placer al alcance de casi todos los bolsillos.

Frescas o congeladas. Gambas roja, gamba blanca o gambones...eso dependerá de nuestros bolsillos. Yo digo siempre que lo bueno, no hay duda, es lo bueno pero también es verdad que a veces, lo que no es lo más excelente también está delicioso si sabemos prepararlo. Esta receta es uno de esos casos. Esta mañana hemos ido a Mercadona y resulta que los gambones congelados estaban a  8,5 euros el kilo. Tenían una pinta estupenda. Los he comprado infinidad de veces en este Supermercado, y siempre me han salido estupendos. No así los que he comprado en otras grandes superficies. Así que me he decidido a llevarme medio kilo porque tenía el éxito garantizado. Tenía la seguridad de ir directamente para casa una vez saliéramos del supermercado y que los gambones no iban a estar horas en el maletero del coche.
A la plancha son eso, una sucesión de umm, ummmm, ummmmnn de mi pareja. No dice palabra, solo repite ese sonido mientras los come. Me encanta ver como lo hace, es como un niño chico comiendo un pastel de chocolate!! Si le quieres tener contengo ya sabes lo que le puedes cocinar...Cómo iba a resistirme a, por unos 4 euros, escuchar sus "umms"? jajaja!!
 INGREDIENTES:
  
ELABORACIÓN
  1. Calentar muy, muy bien la plancha.
     
  2. Echar un chorrito de AOVE y tratar de impregnar con la brocha toda su superficie.
  3. Cuando tengamos seguridad de que la plancha está bien, bien caliente colocar los gambones sobre ella. Todos del mismo lado. Mejor con la cabeza hacia fuera (siempre está más caliente la zona central de una plancha casera que el perímetro y como lo que nos interesa más son los cuerpos de este marisco...pues eso).
  4. Echaremos sin miedo un puñadito de sal gorda sobre los gambones y también los rociaremos con aceite. No bajaremos el fuego en ningún momento.
  5. En unos cinco minutos ya estarán listos por un lado (dependerá, claro, del tamaño del gambón y del calor que adquiera nuestra plancha). Observad el cambio de color del marisco...se tornan algo más "anaranjados".
  6. Sin demora daremos la vuelta a todos los gambones y volveremos a repetir el proceso de salado y rociado con aceite.
  7. Dejaremos que se hagan por el otro lado. Esta vez esperaremos algo menos. Con unos tres o cuatro minutos será suficiente.
  8. Antes de retirarlos de la plancha los rociaremos con un aliño de aceite, ajo y perejil del que os pongo la receta en esta entrada
Y al plato...a comer sin demora!!! Con una cervecita bien fría...ummmm...(ya parezco mi costillo!!)

CONSIDERACIONES
  • A ver, claro, estarían mucho mejor unas gambas frescas...pero claro, una hermosísima ración para dos de este marisco no nos habría costado cuatro euros. A pesar de ser congelados, hechos de este modo resultan exquisitos.
  • Es importante no forzar el descongelado. Para descongelar los gambones yo no hago nada especial. Tardan poco así que no se me ocurre forzar el proceso de forma alguna. Hay quien lo mete en agua salada pero a mí no me convence y como me quedan estupendos sin hacer nada...pues eso que me ahorro. Los dejo en una bandeja y espero a que esté listos para cocinarlos. Cuando el cuerpo ya es flexible les doy un enjuague bajo el chorro de agua fría, rapidito, más que nada para eliminar los "bigotes" o algún trocito de cáscaras que pudiera haber sueltas. Los escurro bien y los seco un poquito con papel de cocina para que no me salpique luego tanto la plancha.
  • La sal debe ser gorda, le aporta sabor y no impregna por dentro el maricos. No hay que tener miedo de pasarnos, sed generosos con la sal y veréis lo sabrosos que resultan al comerlos. No llegan a estar salados en absoluto.
  • El AOVE...no hay que decirlo, imprescindible. El aceite de oliva virgen extra es oro puro en la cocina y en esta preparación, si cabe, más.
  • Primer "secreto" para que las gambas o gambones a la plancha nos queden de lujo: La propia plancha. Yo tengo la que veis en las fotografías hace años y años y...bueno, no está ya lo que se dice nueva pero a mí me da un resultado magnífico. Así que para qué cambiar? Debe adquirir buena temperatura y mantenerla y para ello debe ser gruesa, indeformable.
  • Segundo "secreto" para que las gambas o gambonees a la plancha nos queden de lujo: El tiempo. Me explico. Las gambas o gambones no deben resecarse durante minutos y minutos sobre la plancha. En cuánto estén por una lado debemos darles la vuelta por el otro y cocinarlas también muy rápidamente. Apenas unos minutos bastarán. No tengáis más tiempo del extrictamente preciso las gambas sobre la plancha, dejarán de estar jugosas y tiernas. Con el tiempo que he marcado aproximadamente no hay miedo de que os queden crudas. Pensad que tienen un cuerpo pequeño y que por tanto no necesitan demasiado tiempo para hacerse.
  • El asunto aliño de aceite, ajo y perejil? Pués a ver...a mí me gustan con ese chorreoncito final y sacarlas inmediatamente, sin esperar a que el ajo que lleva este aliño se requeme. Incluso a veces se lo pongo ya directamente sobre las gambas una vez en la bandeja de servir. Pero si os digo la verdad, son muchas las veces que no le pongo el aliño y están también de rechupete. 

Aceitunas rebozadas y fritas, un original aperitivo

Sí, sí, habéis leído bien, rebozadas y fritas. Ayer por la noche, en casa de mi suegra una de sus amigas me dijo que ella las hacía y me ha faltado tiempo hoy para ponerme!! Me he dicho, por probar...Pués están ricas, ricas...
Hice una prueba rebozando cuatro o cinco en harina, huevo y pan rallado... y me gustó pero le faltaba rebozado. Las siguientes he modificado algo el proceso.

INGREDIENTES
  • Un bote de aceitunas verdes rellenas (podrían ser negras también, claro)
  • Harina
  • Huevo
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva virgen extra

ELABORACIÓN:
Bien secas con papel de cocina para que la harina pueda adherirse a ellas.
Rebozado en harina
Rebozado en huevo batido
Rebozado en pan rallado
Rebozado en huevo batido por segunda vez
Rebozado en pan rallado por segunda vez
Freírlas en aceite de oliva bien calentito.

Una advertencia: están que arden recien salidas. Esperad un par de minutos antes de comerlas porque conservan el calor por dentro que da gusto!!

Jengibre encurtido casero para acompañar el sushi

Cuando aprendí a hacer sushi compraba siempre uno de los acompañantes típicos de este plato japonés, el jengibre encurtido.
De todos modos siempre me parecía que estaba pagando un precio exagerado por un producto que no lo valía. Hasta que he aprendido a hacer mi propio jengibre encurtido casero. A continuación os explico como hacer en casa esta receta.
El jengibre encurtido es una raíz que se usa entre bocado y bocado de sushi para limpiar el paladar. Lo podemos encontrar en supermercados y en tiendas de productos orientales casi siempre en láminas, encurtido y con sabor agridulce.Este es el bote de jengibre encurtido que comercializa una de las marcas más conocidas de ingredientes para cocina oriental, "BLUE DRAGON". Lo cierto es que está muy rico el jengibre de esta marca pero ya digo, es caro, excesivamente caro y pudiendo prepararnos nuestro propio jengibre encurtido no veo la necesidad de pagar algo que no lo vale. El jengibre es bastante duro así que hay que cocerlo durante buen tiempo antes de su consumo, de ahí que me haya valido esta vez también de socorrida olla rápida para abreviar el proceso.
Aprovecho esta entrada para comentaros que no es imprescindible cocerlo para consumirlo, puede rallarse directamente, tal como lo adquirís fresco,  sobre ensaladas por ejemplo. Le aporta un sabor muy refrescante. eso sí, ojo con la cantidad que utilizáis ya que es bastante picante.
 
INGREDIENTES:
  • Algo menos de un kilo de raíces de jengibre fresco
  • 2 vasos de vinagre
  • 2 vasos de agua
  • Un poco de sal
  • 400 gramos de azúcar
Este es el aspecto de la raíz antes de cocinarse. Si tenéis la oportunidad de escoger trozos que no tengan excesivas ramificaciones os será más fácil pelarlo luego. También es conveniente que sean cuanto más pequeñas mejor ya que así es más tierno, menos fibroso.

 
  • Lo primero que debéis hacer es pelarlo con ayuda de un pelador de verduras de cuchilla y una cucharilla para acceder a las zonas dónde no podamos hacerlo con el pelador. Conforme vayáis pelando los trozos de raíces id poniéndolas en un recipiente con agua fría.
 
  • A continuación viene la labor más tediosa: cortarlo en láminas lo más finas posibles. Id poniéndo las láminas también en agua fría según vayáis cortándolas, así no se os oxidarán. Yo estoy esperando a ver si me hago con una buena mandolina que me facilite este trabajo. Mientras tanto debo de conformarme con obtener láminas no siempre del mismo grosor. Pero bueno, no deja de ser jengibre encurtido casero, así que, esas cosas tiene lo que se prepara manualmente.
  • Una vez hemos terminado de laminar todas las raíces las pondremos en la olla rápida y las cubriremos con agua. Dejaremos que lleguen a hervir y una vez que lo hagan las volcaremos sobre un colador retirándoles el agua dónde han hervido. Volveremos a cubrirlas con agua fría y las pondremos de nuevo a calentar.  Repetiremos este proceso tres o cuatro veces para eliminar en algo el picor propio del jengibre, así no sabrá tan fuerte cuando lo consumamos.
  • A continuación, las pondremos en la olla rápida por última vez y agregaremos el vinagre, el agua, la sal y el azúcar. Removeremos el conjunto y antes de cerrar la olla comprobamos si nos resulta agradable al paladar las proporciones de vinagre, agua, sal y azúcar. Debe de quedar dulce pero que tras el azúcar vuestro paladar perciba la sal. Si os parece excesivamente avinagrada la mezcla añadir algo más de agua.
  • Cuando suba la válvula contaremos 30 minutos para que se ablande.
  • El siguiente paso es esperar a que la olla rápida se despresurice para abrirla. Comprobad si están blandas las láminas. De estar demasiado duras, volver a cerrar la olla y dadles unos minutos más de cocción. No deben quedar como una patata cocida, deben conservar cierto "crujiente", las debéis de notar un poco al dente.
Ya tenéis vuestro jengibre encurtido casero!! Solo os resta poner las láminas cocidas en un tarro de cristal y cubrirlas con el líquido de cocción. Se conserva en el frigorífico muchas semanas.
Cuando hagáis vuestro sushi casero acompañadlo con este jengibre encurtido, ya veréis como os resulta delicioso. Si os animáis a hacerlo comentadme qué tal os ha salido.

Tosta de pechuga de pavo con queso, miel y hierbabuena

Una tosta de realización sencilla pero de resultado estupendo. Ingredientes que fácilmente tenemos en casa. Lo peculiar? El contraste de la miel y la hierbabuena, un "matrimonio" muy resultón!!
 
INGREDIENTES:
  • Rebanadas de pan tipo "pagés"
  • Queso de untar tipo "Philadelphia"
  • Cualquier tipo de hojas para ensalada
  • Embutido de pechuga de pavo
  • Miel
  • Hierbabuena muy finamente picada (solo las hojas, sin tallos)
ELABORACIÓN
  1. Ponemos en un tostador la rebanada de pan y cuando esté dorada comenzaremos a "decorarla"
  2. Untamos sobre ella un poco de queso tipo Philadelphia.
  3. La cubrimos con cualquier tipo de hoja que tengamos para ensalada (a mí me había sobrado brotes tiernos de una receta que hice ayer y los he aprovechado).
  4. Ponemos unas cuantas lonchas de pechuga de pavo encima.
  5. Rociamos con miel y espolvoreamos con un poco de hierbabuena finisimamente picada.

Almejas a la plancha, una tapa rápida y deliciosa

Sabor puro a mar. No se me ocurre una forma mejor para describir qué siente el paladar al degustar una de las tapas más exquisitas que conozco. Jugosas, tiernas, sabrosas, deliciosas!! Os invito a prepararlas de este modo que no puede ser más fácil ni más rápido.

INGREDIENTES
  • Almejas finas muy frescas
  • Sal
  • Limón
Para el preparado de aceite con ajo y perejil
  • 1 vaso de Aceite de oliva virgen extra
  • Las hojas de unas ramitas de perejil
  • 1 diente de ajo
ELABORACIÓN
  1. Preparad un aceite con ajo y perejil. Para ello tendréis que coger unas ramitas de perejil a las que retiraréis los tallos (solo se utilizan las hojas) y las picaréis lo más finamente que podáis. No lo hagáis con prisas, tomaros el tiempo necesario para que el perejil casi os quede "pulverizado". A continuación picad un diente de ajo también muy fino, muy pequeñito. Mezclar el perejil y el ajo con el vasito de aceite, removed y ya lo tenéis listo para cocinar. Podéis guardarlo en un bote en el frigorífico, os aguantará mucho tiempo. Es ideal para muchas otras preparaciones como para rociar con él cualquier pescado que hagáis a la plancha e incluso un bistec de ternera.
  2. En una sartén bien amplia dónde quepan sin amontonarse ponéis un chorreón de aceite (no mucho) y lo calentáis bien.
  3. Cuando la sartén está bien caliente echáis todas las almejas de golpe las rociáis con un buen chorreón del aceite que tenéis preparado con ajo y perejil, las removéis bien y tapáis rápidamente la sartén con tapadera para evitar las salpicaduras. Si utilizáis una tapadera de cristal podréis ir viendo como se van abriendo sin necesidad de levantar la tapa, así conservará la sartén la humedad del agua que van soltando las almejas al abrirse.
  4. En cuanto las conchas se abran (y eso no tardará casi nada si la almeja está fresca y el fuego lo tenéis bien fuerte) apartáis la sartén del fuego y servís acompañadas de un trozo de limón. No hay más secretos: almeja de calidad fresca y rapidez en al preparación.
Queréis alcanzar el cielo? Mojad una mollita de pan en esa salsita que sueltan las almejas...ya veréis lo rápidamente que lo alcanzáis :)
    CONSIDERACIONES
  • Utilizad para hacer esta tapa una almeja de mucha calidad y frescura.
  • Si compráis la almeja el día anterior a cocinarla guardarla en el frigorífico cubrierta totalmente por un trapo limpio mojado en agua. De todos modos no es conveniente aguardar demasiado para cocinar los pescados y mariscos una vez comprados. Cuánto antes las cocinéis más frescas estarán y mejor sabor tendrá el plato.
  • Unas horas antes de cocinarla poner las almejas en un recipiente dónde quepan holgadas con agua y un poco de sal (lo ideal sería agua de mar pero...yo que vivo en Madrid lo tendría bastante difícil por razones obvias ) No hay que saturar el agua con sal, solo un puñadito. Durante este tiempo expulsarán la arena que tuvieran dentro.
  • En el momento de cocinarlas, las enjuagáis y las escurrís.
  • Es imprescindible que durante el par de minutos que tardan en abrirse el fuego esté al máximo.
  • Las almejas apenas deben estar cocinadas, así estarán jugosas y conservarán su sabor a mar. Deben cocinarse muy poco, de lo contrario endurecen y pierden toda su gracia, por eso no deben cocer mucho. Para ello tenéis que apartarlas del fuego en cuanto abran, sin permitir que sigan concinándose si no queréis que se resequen y el plato se os arruine. No tengáis miedo de que quede cruda, tened en cuenta que el "bichito" no es de gran tamaño, que estamos cocinando con un fuego muy fuerte que proporciona una alta temperatura y que el agua que ellas mismas van soltando produce un vapor caliente que las va cocinando en su propio jugo.
  • Aunque el título de la entrada dice "almejas a la plancha"  He utilizado la palabra plancha  para evitar confusiones y pudiera pensarse que están cocidas. Prefiero hacerlas en sartén porque, salvo que se trate de la plancha de la cocina de un restaurante de características totalmente distinta a una casera, si las hiciéramos en una plancha como las que solemos tener en nuestras cocinas, el agua que van soltando al abrirse se evaporaría y quedarían mucho más secas que cocinadas de esta forma que os propongo. Además de esto, no me gusta el sabor "requemado" del ajo y el perejil en contacto con la plancha muy caliente. Eso sí, una sartén bien amplia para que todas las almejas toquen el fondo del recipiente y rápidamente adquieran la temperatura necesaria para abrirse enseguida.

Ensalada con queso de cabra y vinagreta de miel

Me encantan los brotes tiernos!!! (No solo los "económicos" que veía algún que otro político en plena crisis. Ja! Bueno, aquellos eran "verdes" pero para el caso...)Y esta ensalada me parece deliciosa, fácil de realizar y muy completa. El queso aumenta su sabor calentarlo fundiéndose su interior. Yo la he hecho con brotes tiernos pero puede hacerse con cualquier otro tipo de ensalada, incluso con brotes tiernos de espinacas crudas (es exquisita)
 

INGREDIENTES para dos raciones
  • 1 Bolsa de brotes tiernos (o la cantidad que queráis de cualquier tipo de ensalada)
  • 2 Rodajas gruesas de queso de cabra de rulo
Para la vinagreta:
  • Unas cuantas almendras o avellanas tostadas
  • Sal
  • 2 Cucharada colmada de miel
  • 4 Cucharadas de vinagre de manzana
  • 1 pizca de pimienta negra recien molida
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

ELABORACIÓN
  1. Comenzaremos preparando la vinagreta machando en un mortero unas cuantas almendras o avellanas tostadas pero no tanto que forme una pasta, si no dejando que se aprecien los trocitos.
  2. Agregamos  un poquito de sal, la miel, el vinagre, la pimienta negra y el aceite de oliva virgen extra. Removemos bien el conjunto y reservaremos.
  3. Lavaremos la ensalada y la escurriremos bien o mejor aún, la "centrifugaremos" si tenemos una centrifugadora de verduras. Tened en cuenta que el agua arruina cualquier ensalada, así que escurridla lo mejor que podáis. Ponedla en un bol dónde podáis moverla bien.
  4. Añadiremos la vinagreta (reservando un poco para poner sobre el queso) . Removeremos bien para que la ensalada se impregne por todas partes y la pondremos en los platos en los que vamos a servirla.
  5. En una sartén pondremos unas gotas de aceite y calentaremos. Marcaremos las dos rodajas de queso a fuego fuerte. Cuidado al marcar el queso, se nos puede quemar. Dadle la vuelta con una paleta sin demora para que no se nos quede pegado a ella.
  6. Pondremos encima de cada plato con ensalada una rodaja del queso que acabamos de marcar y rociaremos con una cucharadita de la vinagreta que nos sobró. Serviremos.
No hay que esperar ni un minuto para comerla.
CONSIDERACIÓNES: Un consejo, cuando compréis el queso de cabra en rulo una de dos: o lo hacéis en charcutería con lo que el corte será reciente, o, si compráis la bandeja típica en la que suele venir las rodajas de este queso en las vitrinas frigoríficas de las grandes superficies, cercioraos de que el queso no lleva tiempo cortado. Se aprecia perfectamente por la limpieza del corte, la superficie absolutamente blanca, sin mohos ni zonas serecas, con cierta humedad y ninguna "resquebrajadura" (síntoma inconfundible del comienzo de deshidratación)


Fabada asturiana paso a paso

Si hay un plato de nuestra gastronomía que sea conocido a nivel internacional ese es LA FABADA. Lo escribo en mayúsculas porque es un plato rotundo con la armonía entre ingredientes que solo puede conseguir la sabiduría popular. Es una receta típica de la cocina asturiana elaborada con una variedad de judía blanca propia de la zona, "la faba" (o fabes, en plural), y chorizo, morcilla y cerdo (el compango)
Un plato que si bien lleva su buen tiempo de realización también es cierto que es de los que "se hacen solos" eso sí, precisaremos echarle un ojito de vez en cuando.

Ajos marinados o ajos encurtidos. Un aperitivo delicioso

Hoy os traigo un aperitivo un tanto original. Podréis tomarlos junto con unas aceitunitas acompañados de una cerveza. Ahora estaréis pensando "cualquiera se atreve a comerse un ajo así a pelo..." Pues no, os puedo asegurar que no pican en absoluto!!! De verdad!!! Los de este preparado que os propongo van mejorando según van pasando unos días tras su preparación y van tomándose poco a poco del sabor del líquido en el que se maceran. El sabor va suavizándose en los días siguientes a cocinarlos y cuando llevan dos o tres semanas en el tarro con las especias y el aceite, son una verdadera delicatasem!!

INGREDIENTES:
  • 1 vaso de vino blanco
  • 1 vaso de vinagre manzana
  • 5 cabezas ajo de chinchon
  • 2 cucharadas soperas azúcar
  • un pellizco de sal
  • unos cuantos clavillos
  • 1 cucharadita de orégano
  • unas bolas de pimienta negra
  • 2 hojas de laurel
  • 1 sobre de preparado para pepinillos en vinagre "Muraturi" (si no se logra encontrar, utilizar las especias que contiene el sobre y que especifico abajo)*
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • ELABORACIÓN
    1. Pelar todos los ajos tratando de no producir "heridas" en ellos con el cuchillo ya que al tratarlos después con vinagre pudieran perder el blanco en esas zonas y tornarse ligeramente azulados. No afectaría al sabor pero sí al aspecto.
    2. En una cazuelita poner a calentar el vinagre de manzana y el de vino blanco. Añadir mientras va tomando temperatura: el azúcar, el pellizco de sal, los clavillos, orégano, pimienta negra, las hojas de laurel y una cucharadita del sobre de preparado para pepinillos. Esperar hasta que hierva.
    3. Agregar al líquido todos los ajos.
    4. Esperar a que hierva de nuevo y contar 10 minutos desde este momento.
    5. Escurrir los ajos reservando el líquido de la cocción y enfriarlos rápidamente bajo el chorro del grifo con agua bien fría para evitar que se nos resblandezcan.
    6. Poner los ajos escurridos y enfriados en el bote dónde vayamos a guardarlos y llenar dos tercios del volumen sobrante con el líquido de hervir los ajos.
    7. Agregar el resto del sobre del preparado rumano de especies para pepinillos y terminar de llenar hasta el borde con un buen aceite de oliva.
    8. Dejar macerar al menos un mes antes de consumirlos.

    * NOTA: Preparado rumano para pepinillos en vinagre (marca "Muraturi")
    Contiene: semillas de mostaza, semillas de eneldo, pimienta negra, cilantro,



    bayas de enebro, clavos de olor, hojas de laurel, chile y pimienta de Jamaica.
    Utilicé un sobre de 30g