Sardinas marinadas picantes. Una receta sabrosa y fresca!!

Casi saltaban sobre los trozos de hielo. Qué sardinas tan bonitas tenían ayer en la pescadería!! Se me ocurrió hacerlas marinadas y mientras estaban en la salmuera decidí hacer la mitad de ellas de un modo distinto que os explico en la siguiente entrada.
Me gusta mucho preparar el pescado marinado, no solo las sardinas, el salmón y el bacalao también queda delicioso preparado de esta  manera. El resultado de estas preparaciones me parece que aporta al pescado delicadeza y suavidad y aunque en estas dos formas de hacerlo se usa salmuera y vinagre, no se trata del sabor fuerte y contundente típico de los boquerones en vinagre porque los tiempos son mucho más cortos. El pescado resulta curado pero ni con la textura ni con el sabor de los encurtidos.
Vamos si os parece con el primero, el más clásico y que si os gusta el picante usaremos guindilla y en caso contrario pimiento rojo dulce y dejamos para la siguiente entrada un marinado al aroma de naranja. Las sardinas que preparé en total, con los dos aliños, fue de más o menos tres cuartos de kilo. Podéis preparar la mitad de un modo y la mitad de otro o hacerlas todas de una sola forma. Al gusto!!

La condición para que estas sardinas queden magníficas es que sean absolutamente frescas además conviene tener unas pinzas de cocina que sean buenas y un cuchillo de pescado perfectamente afilado

Unas pinzas son imprescindible si se desea que al tomarlas sean agradables de comer y no nos encontremos ninguna espinas que son tan desagradables.

INGREDIENTES
  • 3/4 kg de sardinas absolutamente frescas
  • Agua bien fría, si es preciso con cubitos de hielo
  • 100 gramos de sal gorda o algo más
  • Vinagre de manzana 
  • Una cebolleta tierna
  • Una guindilla o pimiento rojo dulce si no os gusta el picante
  • Aceite de oliva virgen extra

Con el pescado fresco no hay que esperar. Tan pronto llegué a casa las evisceré y las puse en un colador dentro de un bol bien amplio lleno de agua muy fría para que fueran desangrándose.

Hay dos formas de sacar los lomos. una vez quitadas las cabezas y evisceradas. La primera es abrir la sardina hasta el final, hasta la cola con los mismos dedos o con un cuchillo. A continuación colocan las sardinas sobre una tabla de corte. Pasando un cuchillo que corte muy, muy bien se pasa la hoja de éste horizontalmente sobre la espina recorriéndola con el cuchillo desde la cola hacia arriba hasta sacar el primer lomo. A continuación se le da la vuelta y se hace lo mismo del otro lado para sacar el segundo lomo. Esta forma de hacerlo requiere tener un buen cuchillo de pescado que esté perfectamente afilado.

Si lo preferimos podemos hacerlo con los dedos. Simplemente abriendo la hendidura del vientre hasta la cola y despegar un poco el final de la espina central pellizcándola entre el índice y el pulgar y con los mismos dedos, metiéndolos entre la espina y la carne hacer el recorrido hasta el final hasta retirar completamente la espina procurando no llevarnos pegada a ella mucha carne y que nos queden los dos lomos unidos por la parte central.

Lo próximo es el trabajo más minucioso pero no hay otro remedio, debemos limpiar los lomos meticulosante y con unas pinzas de cocina ir retirando las espinas del vientre tirando con cuidado de ellas con unas pinzas de cocina.

Mientras las limpio, en todo momento dejo las sardinas en agua bien fría. Las voy sacando de un bol para limpiarlas una a una y una vez bien limpios los lomos los vuelvo a introducir en el colador metido dentro de otro bol lleno de agua bajo el grifo abierto con un chorrito de agua muy fino para que el agua vaya renovándose durante un ratito. Veréis que las sardinas comienzan a "blanquear" enseguida por efecto del agua fría del grifo mientras van perdiendo la sangre.

Cuando veamos que llevan un ratito ya y que apenas si tienen sangre, si acaso una pizquita que suele quedarse en el vientre preparamos una salmuera con bastante agua (que cubra del todo las sardinas) y un par de puñados generosos de sal gorda. Removemos bien tratando de que la sal se disuelva en el agua y dejamos los lomos en esta salmuera durante un ratito, con media hora es suficiente.

El paso siguiente es sacarlos de la salmuera, secarlos bien con papel de cocina y ponerlos en un recipiente dónde quepan extendidos para cubrirlos totalmente de vinagre de manzana. Permanecerán en el vinagre un rato. El tiempo dependerá de lo "curado" que nos guste el pescado y del grosor de las sardinas. A mí personalmente me gusta poco hecho de ahí que las deje no más de media hora o a lo sumo una pero si queréis podéis dejarlas algo más. Nunca varias horas porque estamos hablando de lomos delgaditos en los que el vinagre tarda poco en penetrar y no queremos una carne de pescado totalmente curada.
Cortamos en rodajitas sumamente finas la cebolleta y en cuadraditos bien chicos la guindilla si nos gusta o el pimiento rojo si preferimos que no piquen. Si no encontráis en el mercado guindilla fresca de este tipo podéis usar pimiento dulce y echar unas gotitas de tabasco por encima o incluso guindilla en polvo.

Ponemos los lomos de sardina sobre un plato y los cubrimos con las hortalizas cortadas echando sobre el conjunto un chorrito de aceite de oliva virgen y servimos.


Me encantan como quedan estas sardinas marinadas. Constituyen un tentador aperitivo delicioso para tomar con una buena cervecita fría. Al usar vinagre de manzana no quedan con un sabor fuerte y avinagrado como los boquerones en vinagre. Resultan suaves y delicadas al paladar y como hemos hecho un trabajo meticuloso de retirar cualquier espina son muy agradables de comer.
En el siguiente artículo os propongo una forma distinta de marinar estas sardinas. Aunque el resultado es muy distinto en realidad el proceso de preparación es el mismo, lo que difiere es el aliño con el que se sirven. Si tuviera que elegir, si acaso me gustan aún más tomarlas como os explico en la próxima receta.

Pollo asado con ciruelas

He preparado mucha más cantidad de la que vamos a tomar porque quiero que parte de este plato me sirva como relleno de unos canelones que tengo pensado hacer la Noche de Fin de Año y me parecía que así mato dos pájaros de un tiro.  Lo trituraré y congelaré y así tendré listo buena parte del trabajo cuando prepare estos canelones que os comento. Organizada que es una!! Ja! :P
Esta preparación,  como casi todos los asados, es de lo más fácil y rápido de hacer si no se tiene en consideración los tiempos de horno y maceración durante los que se pueden hacer otras cosas.
Tiene un punto de originalidad por lo dulce de algunos ingredientes y desde luego es de lo más aromático.


INGREDIENTES:
  • 1 Pollo grandecito cortado en trozos grandes
  • 1 puerro
  • 2 cebollas moradas (blancas también valen)
  • 3 dientes de ajo
  • 1 manzana
  • 250 gramos de ciruelas pasas deshuesadas
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de sidra o de manzana
  • Una copa de vino blanco seco
  • Sal
  • Azúcar moreno
  • Una cucharadita de hierbas provenzales
  • Un poco de pimienta en grano
  • 2 hojas de laurel
Esta mañana tempranito en un recipiente hondo y amplio he puesto a macerar los trozos de pollo en un adobo compuesto por los siguientes ingredientes batidos para que se mezclaran bien:
  • El vino
  • Un chorreón de aceite de oliva virgen
  • Sal
  • Las hierbas provenzales
  • Las hojas de laurel
  • La pimienta negra ligeramente machada en un mortero junto con un diente de ajo
  • El vinagre de sidra
Una vez hecho el adobo he ido introduciendo los trozos de pollo uno a uno, tratando de que se impregnaran bien por todos lados con el adobo dándoles vueltas en el líquido con las manos. El pollo ha estado unas buenas horas tapado con film de cocina y en el frigorífico, macerándose. Durante este tiempo he movido los trozos de carne con las manos para que se impregnaran de nuevo por todos los lados con el adobo, volviendo a taparlo y devolviendo el recipiente al frigorífico.
Lo ideal de todos modos es que esté desde el día anterior metido en el adobo pero la verdad, ha sido esta mañana cuando se me ha ocurrido hacer este plato y como era temprano pensé que había horas en medio desde que lo puse hasta mediodía en que lo he horneado y sí, también queda bien con menos tiempo de maceración.
Un rato antes de preparar el asado he cortado el puerro y las dos cebollas en juliana y los dos dientes de ajo solo les he quitado la piel y los he hecho estallar un poco bajo un golpe con la hoja del cuchillo grande de cocina.
En una sartén dónde había echado un generoso chorro de aceite de oliva virgen he frito el ajo y cuando ha tomado color he incorporado al aceite la cebolla y el puerro y los he dejado pochar muy, muy lentamente tapados removiendo de vez en cuando para que no se me pegaran y cuidado del fuego para que no subiera demasiado la temperatura y se me doraran las hortalizas.
A continuación he puesto a precalentar el horno a 180 grados, calor por arriba y por abajo.
Luego he montado la bandeja de hornear simplemente incorporando a ella el líquido y ciruelas del adobo que he mezclado con las hortalizas pochadas y una vez mezcladas ambas cosas he puesto encima los trozos de pollo y los he rociado con un chorrito de aceite de oliva.


Durante el tiempo de horneado los he ido dando la vuelta para que se doraran por todas partes regándolos continuamente con el líquido de la bandeja para que se fueran impregnando del sabor teniendo cuidado de no dejar encima de los trozos de pollo demasiadas tiritas de hortalizas puesto que al estar la parte superior de la carne más cerca del grill es fácil que lleguen a quemarse dando un aspecto desagradable al asado.
Cuando ya casi estaba hecho el pollo lo he rociado con un poco de azúcar morena y he agregado a la bandeja la manzana pelada y troceada en cuatro gajos y he esperado a que todo se dorara bien. 

Y a servir!! Un puré de patata casero con deliciosa mantequilla creo que es el acompañamiento ideal de este asado. Fácil, no? Delicioso sin duda!!


En la Sierra de Madrid también preparamos calçotadas!! (Calçots con salsa romesco)

Hace un par de días, de compras en una gran superficie tuve una estupenda sorpresa: encontré calçots!! Un producto  que inevitablemente me trajo inmediatamente a la memoria una tierra en la que he vivido muchos años, más de la mitad de mi vida: Cataluña. De allí conservo, vivencias, trabajo, relaciones, amistades, allí incluso nació mi hija y también guardo en mi memoria algunos recuerdos que me producen mucha añoranza y muchas recetas de su estupenda gastronomía y que siguen formando parte de mi cocina. 

Os explico al final de esta entrada la receta de la salsa romesco que he preparado muchas veces no solo para acompañar calçots sino también para realizar exquisitas zarzuelas de pescado y maricos o para acompañar carnes y verduras. Es una salsa magnífica que aguanta perfectamente en el frigorífico un par de días.
Ayer, día de mucho revuelo en la cocina no era el mejor para preparar una calçotada pero ya los tenía comprados y no estábamos dispuestos a que se nos estropearan así que mientras una seguía en la cocina con las preparaciones de la noche, el otro fue preparando la lumbre y a mediodía nos dimos un festín de padre y muy Señor mío!! Nos metimos entre pecho y espalda estos dos hermosos manojos de calçots acompañados de una deliciosa salsa romesco. 
Comenzamos con carbón pero, como sospechábamos no hacía llamas así que tuvimos que meter madera para que el fuego se avivara. 


Aquí en Madrid, salvo en grandes superficies es difícil comprarlos así que sentí una gran alegría al verlos a la venta. Quizás no hay mucha gente que se anime a prepararlos por eso no es un producto demasiado frecuente en las mesas de hortalizas. 


No disponemos de los preparos necesarios para montar una auténtica "calçotada". Tan solo de una cutre y pequeña barbacoa pero menos es nada!! Así que, como pudimos, los preparamos.
Disfrutar de una verdadera "calçotada" requeriría haber tenido un lugar para hacer una buena lumbre, con sarmientos que proporcionaran buenas llamas dónde asar los calçots. También de una buena parrilla doble para meter en su interior las cebolletas y poder haberles dado la vuelta de golpe y no una a una como tuvimos que ir haciendo... pero ya digo, teníamos lo que teníamos y con ello nos apañamos. En todo caso lo que fue es quizás algo incómodo de preparar porque el espacio era demasiado pequeño pero el resultado puedo decir de verdad que fue estupendo!!

Explicaré para quién no conozca esta tradición tan de Cataluña que se trata de una celebración gastronómica típica de Catalua y cuyo origen es la Comarca del Alt Camp. Se suele preparar durante los meses de invierno, época en la que se cosechan estas cebolletas dulces especialmente cultivadas para preparar las calçotadas. 
Si algo es necesario en esta celebración es que se comparta en grupo, por eso ayer, mientras la  estábamos degustando me acordé de nuestros amigos catalanes Maite y Jaume. Ojalá hubieran estado con nosotros alrededor de nuestra mesa para compartirlos con nosotros!! :) Seguro que habrá ocasión de volver a disfrutar de su deliciosa compañía no tardando mucho :)
En estas celebraciones se asan sobre llamas vivas de sarmientos las cebolletas hasta quedar literalmente quemadas por fuera mientras que el corazón están totalmente tierno y delicioso. Suelen prepararse en parrillas amplias para poder hacer bastantes a la vez y poder saciar el hambre de los muchos comensales que forman parte de la calçotada. 
No se lavan , tan solo se sacuden un poco para que caiga buena parte de la tierra que traen adheridos. A veces se les corta las raíces pero yo prefiero no hacerlo porque en las llamas éstas desaparecen y en cambio cortándolas, te arriesgas a dejar sueltas las distintas capas que forman la cebolleta y que llegue a ser más difícil manipularlas una vez en la lumbre. También suele acortarse un poco las hojas verdes. Se colocan en la parrilla, bien juntos unos de otros sobre las llamas vivas.

No tardan demasiado en hacerse. la superficie debe estar totalmente quemada, negra!! 

Sabemos el punto en que están tiernecitos de un lado porque se abren y sueltan líquido de su interior. Es el momento de darles la vuelta y que se churrasquen igual. 


Una vez hechos se envuelven por grupos en varias hojas de papel de periódico que mantendrá los calçots calentitos hasta la hora de degustarlos. 


Cada vez se extiende más la costumbre de llevarlos a la mesa servidos sobre una teja de barro pero fuera de las zonas tradicionales de la calçotada no siempre es así, a veces se lleva directamente envueltos en las hojas de diario.

Se toman de pie, y para degustarlos se cogen por la parte verde, dejando colgar la parte blanca hacia abajo, con la otra mano se coge la parte inferior del calçot y se tira hacia abajo, con ello se retira las capas externas quemadas del calçot dejando únicamente el interior tierno, jugoso y ummmm delicioso!! 


Con el calçot limpio en la mano cada comensal los moja en el recipiente bien lleno de salsa romesco que tiene a su disposición ayudándose de un trozo de pan para evitar el goteo de la salsa y.... para adentro!! Podéis imaginaros lo que uno puede llegar a pringarse!! jejeje


Os aseguro que es una delicia!! Lo tradicional es que los calçots sean el preámbulo de la carne y butifarra asadas junto a patatas y otras hortalizas en el rescoldo que deja la lumbre de haber hecho los calçots y que son la guarnición de la carne que constituye el segundo plato de las calçotadas. Por cierto, es tanto lo que uno se "enguarra" que es tradición comer los calçots "vestidos" con un enormísimo babero que llega hasta las rodillas! Calçots, hortalizas, carne, butifarra y todo regado con un buen vino tinto!! No me digáis que no es tentador? :) Si esto se hace rodeado de amigos... jejeje la repera, noi, la repera...!!! Bon profit, amics!!

INGREDIENTES PARA LA SALSA ROMESCO
  • Dos dientes de ajo fritos
  • 1 rebanada de pan frita
  • 1 tomate maduro gordo
  • 2 cebolletas o una cebolla no muy grande
  • un puñadito de almendras fritas
  • Pimienta negra
  • Pimienta blanca
  • 2 ñoras o una cucharadita bien colmada de pulpa envasada
  • 1 diente de ajo crudo
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de vino blanco

A propósito de las ñoras (especie de pimientos choriceros) 
Cuando tengo que usar ñoras  los pongo en un recipiente con agua e introduzco en el microondas un minuto o dos a potencia media. Mejor si los dejamos en remojo un buen rato en este agua caliente. Es una forma rápida de, con una cucharilla, extraer la pulpa sin ninguna dificultad, simplemente raspando con la cucharilla e ir retirando la carne que en el microondas ha quedado blandita. 

Pero una alternativa que me parece ideal por lo cómoda es usar la pulpa de pimiento choricero que vende envasada la casa "JR" de Las Pedroñeras (localidad conquense conocida por ser la "capital del ajo"). El bote contiene el equivalente a la carne de ocho pimientos.


Ponemos a calentar una sartén con aceite de oliva virgen extra y en él freiremos dos dientes de ajo y la rebanada de pan. Apartaremos ambos cuando estén dorados y reservaremos.
Ponemos a calentar la plancha con unas gotas de aceite. Lavamos el tomate y lo cortamos por la mitad para que se haga antes. Pelamos las dos cebolletas y las troceamos. Cuando la plancha está caliente ponemos las hortalizas para que se asen a fuego no muy fuerte. Deben quedar tiernas pero evitando que se quemen en exceso.
En el momento en que estén tiernos el tomate y las cebolletas los apartamos y eliminamos la piel externa.
Incorporamos a un mortero de los amplios o en cualquier otro recipiente:
  • la rebanada de pan frita que teníamos reservada y que previamente habremos troceado
  • troceada, los dos dientes de ajo que habíamos frito
  • El tomate asado y pelado
  • Las dos cebolletas asadas
  • Un poco de pimienta negra
  • Un poco de pimienta blanca
  • Una cucharadita de pulpa de ñora envasada (o la carne de tres o cuatro ñoras o pimientos choriceros puestos en remojo)
  • Un puñado de almendras fritas o de avellanas
  • Sal
  • Un chorrito de vinagre de vino blanco que sea bueno.
  • y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra

Con la batidora de brazo batimos todos los ingredientes pero si llegar a lograr una pasta totalmente fina. A mí, personalmente me gusta que el romesco tengo un poquito de textura pero si preferís que quede fino del tono no tenéis más que estar un par de minutos más con la batidora.


Y ya tenemos lista la salsa romesco para acompañar nuestros calçots!! Pero antes deberemos rectificarla de sal y vinagre por si precisa añadir unos granitos más de sal..

Empanada gallega III/III (Montaje de la empanada y horneado)

Ayer preparamos un riquísimo relleno de bacalao y pasas que tenemos frío ya y que al haber pasado un día ya los sabores se han integrado perfectamente y está hoy más sabroso aún que recién cocinado. Hace unas horas que preparamos nuestra masa a mano o en thermomix, le hemos dado el tiempo de reposo  para que la levadura actúe y la masa leve y ahora ya la tenemos lista para montar una empanada que tras su horneado quedará de auténtico lujo!!