A mí me gusta el conejo al ajillo con la carne blandita y melosa, bien impregnada en su salsa. Para que la carne esté melosa es importante freírla pero no tanto que se reseque. Con dorarla en el aceite en suficiente, luego, en la salsa, con una cocción de algo más de media hora tomará todo el sabor de ella y no quedará nada seco.
Creo que el acompañamiento perfecto son una buenas patatas fritas pero por supuesto es solo mi opción.