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Tartar de gambones del peculiar Gipsy Chef

Tenía gambones y pensaba hacer un tartar de la manera que suelo prepararlo. Me he decantado por esta propuesta del peculiar Gipsy Chef por lo original de su preparación. Y me alegro de haberla preparado porque ha quedado deliciosa. Es francamente fácil y rápida de hacer. Apenas unos minutos y tienes listo un picoteo, un primero o simplemente una cenita rica, rica...

Mejillones al roquefort. Una receta rápida, fácil y muy sabrosa.

 Son sumamente fáciles de hacer, se preparan en un momento y están requetebuenos. Qué más se puede pedir. Es una receta de esas para plantearse cuando uno no tiene muchas ganas de cocinar pero quiere algo bien rico. Tan solo se precisa tener unos mejillones, nata para montar y cualquier queso azul. Quieres saber cómo se preparan? Pues adelante...

Pintxo Donosti con surimi (palitos de cangrejo, chaka o txaka)

Tener un aperitivo listo en unos minutos nos puede sacar de un apuro. Los pintxos además son del gusto de casi todos. Estoy pensando que tenemos que hacer un post dedicado a los pintxos de San Sebastián, una variedad de los más apetitoso y una costumbre culinaria tan arraigada en el País Vasco. Hoy vamos a limitarnos a este pintxo Donosti que está muy, muy rico y además es muy fácil de preparar. Tanto vale para solucionarnos una cena fría como un picoteo que se hace en un pispás. Se puede tener hecho con cierta antelación y luego, a última hora usarlo fresquito de la nevera.

Mi receta de zarzuela de pescados y mariscos. Un plato marinero de lujo.

La zarzuela de pescado y marisco tubo una cuna humilde. En su origen se realizaba con los productos del mar que los pescadores no podían aprovechar para la venta. El tiempo se encargó de ir sustituyendo pescado y marisco de escaso valor por otros de más categoría. Nació en la zona costera de la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Islas Baleares. Hoy tenían varias razones de mucho peso para hacer una gran celebración familiar y quería agasajar a mis invitados con una comida de esas de chuparse los dedos. Nada mejor que una deliciosa zarzuela. Elaborada con mimo, con cariño, sin prisas...como se merece mi familia :)

Bacalao en salsa vizcaína (Receta de Joseba Lezama)

La salsa vizcaína es una verdadera institución en la cocina del País Vasco. Como decimos siempre, una receta tradicional tiene casi, casi tantas versiones como familias. También, como todos los platos tradicionales, las disputas no faltan. Que si lleva o no tomate, que si para engordar la salsa debe usarse pan, harina, galletas etc...Pero sí, a pesar de una serie de pequeñas diferencias, todos los cocineros que con frecuencia cocinan esta maravillosa salsa y que son verdaderos maestros en su elaboración, coinciden en unos "mínimo". Se haga con la receta que se haga todas las salsas vizcaínas auténticas y bien hechas llevan un elemento fundamental: los pimientos choriceros. Sin ellos no hay vizcaína. Pero además, la cebolla debe estar bien cocinada. Y esto quiere decir pochada sin ninguna prisa, despacio, tan despacio que hay recetas en las que la cebolla está ablandándose sin prisa ninguna durante dos horas largas..Pero yo añadiría otro ingrediente para mí tan importante como los anteriores para que salga una salsa deliciosa, el tiempo, el cocinar sin prisas... la buena cocina, en suma.

Mejillones en salsita picante

Los mejillones son un molusco tan rico que está bueno lo hagas como lo hagas. Hoy os traigo unos mejillones hechos con una salsita rápida, fácil y muy sabrosa. Lo de picante será en el grado que a vosotros os guste. A mí, en general, no me gusta que el picante tape el sabor de los demás ingrediente pero si eres de los que te gusta que te abrase la boca, pues ya sabes. Venga, vamos a hacer estos mejillones en tan solo unos minutos.

El "pescaíto" frito. Uno de los platos más representativos de la gastronomía andaluza. Todos los trucos para hacer una fritura perfecta.

¿Cómo no se va a freír  a la perfección el pescado en las costas de Andalucía si viene haciéndose desde hace siglos y siglos? Junto con el gazpacho andaluz, no hay plato de nuestra gastronomía andaluza más conocido internacionalmente. No me extraña que los extranjeros se enamoren de nuestro país. ¿Cómo no hacerlo? Si tenemos una cocina que es para morir de placer. En toda la costa Andaluza podemos degustar un magnífico pescaíto frito pero en concreto en la Bahía de Cádiz y en Málaga la fritura de pescado se eleva a arte.

Caprichos de espárragos, salmón ahumado y coliflor en gelatina

Esta receta tiene el nombre muy bien puesto. Son verdaderos caprichitos. Pueden ser muy bien un entrante de lujo para una comida festiva o simplemente una forma muy original y bonita de servir con mimo una combinación de ingredientes que resulta exquisita y nada habitual. La gelatina es un ingrediente que tiene algo de mágico con su transparencia y su brillo y permite montajes tan bonitos como estos caprichos.

Lasaña fría de verano (sin horno)

Que nadie se asuste. Debería estar loca para proponer con estas temperaturas tan altas una lasaña "tradicional". Comerla si es el jardín, bajo una buena sombra y una jarrita de cerveza, quizás... pero estar al lado del horno, hacer bechamel, relleno.... ¡Ufff! Solo de pensarlo se me derrite el cerebro. No. Hoy os traigo un plato que en nada se asemeja a lo que todos conocemos como lasaña si no es en el montaje. Es sabrosa, fresquita, fácil de preparar y lo fundamental de ella se puede tener preparado con horas de antelación enfriándose en el frigorífico y a última hora montar el plato. Para mí ha sido un descubrimiento que tengo pensado repetir haciendo pequeños cambios con los ingredientes del relleno.

Mejillones tigre - Rellenos de bechamel y fritos en su concha

Los mejillones tigres son una de las mejores tapas que conozco. Pueden servirse de entrante pero la verdad es que a mí me parecen más una tapa para tomar con una cervecita bien fría. No he podido saber el origen de esta preparación pero sin duda es el norte de España dónde el cultivo de mejillones da un producto de una calidad excepcional. Dicen que es Galicia dónde tiene su origen pero sea Galicia o el País Vasco, son irresistibles. Para aquellos pocos que no los hayan probado nunca les diré que vienen a ser una especie de croquetas de mejillón fritas y servidas en una de sus valvas. Se pueden preparar con o sin picante pero creo que si carece de picante ninguno es como si les faltara algo de chispa. Eso sí, personalmente prefiero que el picante no llegue a ser tan fuerte que oculte el delicioso sabor de los mejillones.

Chirlas o almejas a la marinera en diez minutos

Las almejas y chirlas a la marinera es un plato que se elabora mucho en la cocina gallega. De hecho aprendí esta forma de prepararlas de una gran cocinera gallega, Pepita (¡Ay! Se me despierta un sonrisa con su recuerdo...)
No se trata ésta de la preparación habitual en la que se incluye cebolla en la salsa. Las vamos a preparar mucho más rápidamente. De hecho tardan eso, cinco minutos en hacerse. Está claro que esta preparación vale igual para unas magníficas almejas que para unas humildes chirlas. Quedan igual de buenas.

Albóndigas de merluza en salsa

Las albóndigas están ricas casi siempre pero si además son de pescado, están aún mejor. Son más ligeras que las de carne y por tanto llenan mucho menos. A mí me gusta hacerlas de merluza o cualquier otro pescado blanco que tenga a mano, que no tenga demasiadas espinas. Estas están hechas con una merluza fresquita, fresquita. Dejándolas cocer tiempo suficiente en la salsa quedan muy jugosas. Si puedes esperar hasta el día siguiente para degustarlas ganarás mucho. Como todos los guisos los sabores se asientan cuando la elaboración pasa un buen tiempo de reposo.

Corvina a la plancha con salsa Rouille

La corvina es un pescado blanco fántástico gastronómicamente hablando (también se la conoce como Perca regia, Reig o Andeja). No es el pescado de mayor consumo pero debería ser más frecuente en nuestras cocinas por su delicioso sabor, por su carne de agradable textura y porque es muy versátil a la hora de cocinarlo. Queda igual de bien cocinado a la plancha, al horno, en ceviches, a la sal...

Pimientos del piquillo rellenos de brandada de bacalao

He hecho muchas veces pimientos con bacalao. Pero una cosa es rellenarlos con la típica mezcla que muchas veces se hace como una bechamel con base de cebolla frita a la que luego se agrega el bacalao y bastante leche y otra cosa es rellenarlos con una brandada de esta categoría. La hice siguiendo la receta que figura en el libro de Joan Roca "Las mejores recetas de mi madre" y de verdad que estos pimientos ya son "otro nivel". No exagero. Ni siquiera les hace falta una salsa demasiado elaborada y trabajosa, llevan en el "corazón" un tesoro tan exquisito que aplicaría aquí también lo de "menos, es más".

Receta de brandada de bacalao (de "Las mejores recetas de mi madre" de Joan Roca)

Nos vamos a ceñir hoy a la receta que de la brandada de bacalao contiene el libro del chef Joan Roca  de El Celler de Can Roca, "Las mejores recetas de mi madre" que es una selección de recetas de la cocina tradicional catalana que su madre (Dª Montserrat Fontané) ofrece en el restaurante Can Roca de Gerona. 

Gazpachuelo de pescado. Una sopa clásica malagueña

El gazpachuelo y el ajoblanco son dos de las sopas más tradicionales de la maravillosa gastronomía malagueña. Es rara la casa que en la provincia malagueña no toman gazpachuelo habitualmente como primero en invierno o incluso para la cena. Hay tantas variantes de esta sopa que incluso tiene su propio libro: "Gazpachuelos de Málaga" de Fernando Sánchez Gómez, publicado por la Diputación de Málaga, con más de 100 preparaciones  ¡Ahí es nada!. Todos tienen en común la mahonesa disuelta en un líquido que puede ser el agua con sal dónde han hervido patatas cortadas (gazpachuelo de huevo), caldo de pescado (gazpachuelo de pescado), etc. puede llevar o no claras de huevo cuajadas en él, con gambas o sin ellas, con pescado y mariscos o preparado de la forma más humilde con simples patatas. Incluso está la llamada "Sopa Viña AB" en la que se aromatiza la preparación con el fino de las Bodegas González Byass. Todas estas variaciones son válidas ¡Y todas ellas están exquisitas!

Salsa noruega de mostaza y eneldo para ahumados -Tipo IKEA

Esta mañana he sacado del congelador una bandejita de salmón marinado que yo misma hice hace unas semanas.
Lo sirvo de varias maneras. Una es como solía comerlo en Málaga, con huevos cocido picadito por encima, pepinillo agridulce cortado bien chiquito, alcaparras troceadas y cebolleta bien finita y espolvoreado con eneldo fresco picado.
En ocasiones sin embargo, prefiero hacer un poquito de esta salsa que hoy os propongo. Se asemeja mucho a la que comercializa IKEA en su sección de alimentación. 
Se trata de una salsa que suele consumirse para acompañar el salmón y los ahumados en general en noruega. O voy a decir ingredientes y forma de preparación y comprobaréis lo fácil que es hacerla en un par de minutos. Tendréis un magnífico acompañante para el salmón marina, el ahumado o cualquier otro pescado sometido a un proceso de ahumado.
Son ingredientes que suelen tenerse en el frigorífico. 

INGREDIENTES:
* 4 Cucharaditas bien colmadas de mahonesa
* 2 Cucharaditas bien colmadas de mostaza de Dijón (yo prefiero la de sabor suave)
* 4 Cucharaditas bien colmadas de miel
* 2 Cucharaditas bien colmadas de eneldo fresco picado muy finito.

Ponemos todos los ingredientes en un bol y removemos bien hasta que la salsa esté totalmente homogénea. Tan fácil como esto. Ya la tenéis lista para usar. 
Un detalle, si hacéis esta salsa en invierno y la miel se ha quedado demasiado espesa o incluso está solidificada (cosa normal) se soluciona rápidamente introduciendo la miel unos pocos segundos en el microondas. Esto facilitará que se mezcle mejor con el resto de ingredientes.
Quizás el eneldo os resulte algo más difícil de comprar dependiendo de dónde viváis. En mi pueblo debo de encargarlo los miércoles en el mercadillo de la plaza, en el puesto de hortalizas dónde suelo comprar y me lo traen la semana siguiente tanto pero os doy la idea de que cuando lo veáis a la venta, compréis un buen manojo. Lo laváis y, es muy importante que lo dejéis secar bien. Cuando pierda toda la humedad cortarlo lo más finamente que podáis. Los tallos es mejor desecharlos y usar exclusivamente la parte con hojas finitas. 
Una vez bien picadito metedlo inmediatamente para que no se reseque ni pierda humedad en un bote o tapper y al congelador. Si está bien seco, cuando lo necesitéis, simplemente tomad las cucharaditas que preciséis. Veréis lo bien que se desprende, no queda hecho un bloque en absoluto. El resto, lógicamente guardadlo enseguida de nuevo en el congelador.
Debo decir que yo la hago con estas proporciones pero vosotros podéis modificarlas. Si os gusta más dulce agregad más miel. Si la mostaza es vuestra pasión aumentad la proporción. En fin, cuando la hayáis hecho un par o tres de veces habréis dado con las proporciones que gustan más en vuestra casa.

Calamares en su tinta con arroz blanco

Ayer estaban bien de precio los calamares pero sobretodo es que tenían un aspecto estupendo así que le dije que si él los limpiaba yo preparaba para mañana calamares en su tinta. Es uno de los platos que más le gusta de modo que no se resistió al ofrecimiento. La verdad es se me hace muy cuesta arriba limpiar kilo y pico de calamares que además eran chiquitos.

Limpiar bien los calamares por dentro y por fuera, eliminándoles la piel, ojos, pluma interna y todo su interior lleva su tiempo y es un trabajo que hay que hacer de manera muy escrupulosa. 
Esta es una receta de muy fácil elaboración pero de las que yo digo "trabajosas" en el sentido de que la preparación de los ingredientes no es rápida. Pero no os desaniméis cuando en el mercado veáis buenos calamares y tengáis ganas de ofrecer en casa una comida soberbia!! Merece la pena el tiempo empleado. De verdad!!
Mandiles puestos? Pues venga!! Comprobareis qué fácil es hacer esta exquisita preparación conocidas por la mayoría de nosotros. Quién no ha pedido en un restaurante o desde chicos en su casa no comía calamares en su tinta? Pocos...
Qué necesitamos para cuatro raciones bien generosas? Estos son los ingredientes:
- Unos 100/125 cc de Aceite de oliva virgen extra
- Kilo y pico y cuarto de calamares (tienen mucho desperdicio al limpiarlos)
- 4 ó 5 bolsitas de tinta de calamar (suelen venderlas congeladas)
- 4 Cebollas grandecitas
- 3 Dientes de ajo
- 3 ó 4 rebanadas de pan
- Un chorrito de vinagre de vino blanco
- 3 ó 4 cucharadas de perejil finamente picado
- Sal

Metámonos en faena!! Limpiamos escrupulosamente los calamares separando cabeza de cuerpo. Primero retiramos la piel del cuerpo y a continuación vamos dándoles del revés el cuerpo dejando la parte interna hacia fuera. Así podremos eliminar la pluma que llevan dentro y cualquier parte de su interior y dejarlos perfectamente limpios bajo el chorro de agua del grifo. Del cuerpo eliminamos los ojos y el pico. Los dejamos a la espera.

A continuación trinchamos las cuatro cebollas y los de los ajos, el tercer ajo lo machamos en un mortero y lo reservamos.

Ponemos a calentar el aceite en una cazuela amplia y freímos en él cuatro rebanadas de pan que reservaremos. Sí, ya sé que en ingredientes he puesto tres pero yo hago cuatro porque nunca se sabe lo líquida que quedará la salsa y como el majado para el que utilizaremos este pan frito es para darle cuerpo a la salsa pues a veces me quedo corta con tres y tengo que añadir la cuarta.
De todos modos os reconoceré que a veces echo cinco porque me encanta comerme una rebanada de pan fritito mientras cocino!! jejeje  ;)

Tras sacar el pan del aceite echamos los dos dientes de ajo que teníamos laminados y los doramos. Ojo!! Muy pendientes del proceso que si se nos queman los ajos amargan!!

En cuanto estén doraditos agregamos las cebollas que habíamos picado y comenzamos a pocharla.
Es importante no usar el fuego fuerte. La cebolla debe pocharse muy lentamente, que no dore, que no se fría si no que más bien vaya expulsando parte del agua que contiene y que se mezcle con el aceite. Para evitar que este agua se evapore excesivamente rápido taparemos la cazuela en todo momento. Tardará un rato, no tengáis prisa. La cebolla debe quedar melosa, transparente, blandita...para que luego no se note en el paladar al tomar la salsa.

Mientras se va haciendo la cebolla macharemos en un mortero el tercer diente de ajo y añadiremos para empezar dos rebanadas de pan. Echamos sobre el pan un chorro generoso de vinagre de vino blanco y macharemos el conjunto concienzudamente. Que no queden grumos de pan, que quede una pasta fina que luego podamos disolver en la salsa.

Extraeremos el contenido de las cuatro o cinco bolsas de tinta de calamar y lo echaremos en un vaso de agua templada. Con una cucharilla removemos hasta que la tinta se disuelva perfectamente. Reservamos.


Picamos finamente las ramillas de perejil a las que habremos retirado los tallos y solo utilizaremos las hojas. Reservamos también.
Los calamares que teníamos ya bien limpios los troceamos en anillas.
A estas alturas ya tendremos la cebolla bien pochada, con un aspecto semejante a este:

Cuando veamos que la cebolla está lista añadiremos el vasito de vino blanco y subiremos un poco el fuego. Cocinamos un par o tres de minutos, el tiempo que el vino reduzca un poco.

A continuación retiramos la cazuela del fuego. A los calamares no les va nada bien líquido demasiado caliente de repente así que esperamos un par o tres de minutos con la cazuela apartada del fuego.

Incorporamos después los calamares y removemos bien. Volveremos a poner la cazuela al fuego y a continuación añadimos el perejil que teníamos picado y la tinta disuelta en agua. Añadimos un poquito de sal, removemos bien el conjunto, y dejamos que vayan ablandando los calamares con la cazuela siempre tapada. Removeremos de vez en cuando volviendo a tapar la cazuela.


Cuando ya veamos que a los calamares no les queda demasiado tiempo para estar blanditos, vamos preparando el arroz blanco.
Probamos. Si vemos que ya están blandos añadiremos el contenido del mortero en el que teníamos el diente de ajo y las rebanadas de pan frito con un chorro de vinagre. Removemos muy bien para que el majado se disuelva en la salsa y se distribuya bien.

La salsa debe estar espesita pero no como una papilla. A nosotros nos gusta que haya bastante salsa para que pueda mancharse bien el arroz blanco con el que acompañamos estos calamares.

Si ha quedado demasiado líquida la solución está en incorporar esa cuarta rebanada de pan frito que teníamos preparada. La machacamos muy, muy bien en el mortero y si es preciso añadimos dos o tres cucharadas de agua para que no queden grumos. A continuación la añadiremos a la salsa. Rectificamos de sal y servimos acompañados de arroz blanco.
Como os decía es una receta muy fácil de hacer. El único inconveniente está en trinchar tanta cebolla y sobre todo en la limpieza de los calamares pero una vez hecho esto te olvidas cuando degustas un plato como éste.
Y aquí están. Humeantes aún!! Lo cierto es que han quedado soberbios!! :)


Sopa de pescado y marisco con sustancia y muchos tropezones.

El día está tan desapacible y frío!! Aguanieve, viento...en fin un día para tomar en el almuerzo algo reconfortante que anime el cuerpo.
Se os ocurre algo mejor que una sopita de pescado y marisco "de las de verdad". Humeante, espesita, con buenos tropezones. Nada de esas que te ponen en algunos restaurante en las que si te toca una almeja puedes darte por afortunado. Esta es una sopa potente, con sustancia, sabrosa y con muchos tropezones!!

Vayámonos a la cocina, que tenemos todos los ingredientes preparados. Estos son los que usé para hacer esta sopa esta mañana pero no necesariamente tiene que ser con este pescado. Es suficiente con que tengáis alguno, más o menos almejas, más o menos mejillones, si contáis con algún hueso de rape mejor pero sino, tampoco os va a salir mala. Por ejemplo, yo hoy no tenía gamba arrocera que es con la que suelo hacer esta receta pero he usado gambones e igualmente ha quedado magnífica.
Ayer por lo visto estaban a buen precio las bacaladillas y los rubios. Me trajeron un poco de cada uno y con ellos preparé la sopa esta mañana pero ya os digo, si no son rubios o bacaladillas, cualquier otro pescado (mejor blanco) que tengáis a mano vendrá estupendamente.

Los rubios también se conocen como gallinas de mar, lucernas, bejel, etc. Es un pescado de roca muy sabroso, de color más o menos asalmonado según la variedad y cuya única pega es la cantidad de espinas que tiene. Por eso es un pescado que suele usarse para elaborar sopas.
Quizás era demasiado pescado y moluscos con los que contaba porque me ha salido una sopa que es imposible tomar una cucharada sin varios tropezones pero lo cierto es que estaba absolutamente deliciosa!!

INGREDIENTES
Hortalizas:

  • 1 Pimiento verde
  • 1/2 Pimiento rojo
  • 4 ó 5 dientes de ajo
  • 1 Cebolla

Especias:

  • Hierbas provenzales
  • Pimienta negra
  • Nuez moscada

Mariscos y pescados:

  • 1/2 kg de mejillones
  • 1/4 kg de almejas
  • 1/2 kg de gambones o gamba arrocera
  • 2 calamares
  • 4 Bacaladillas
  • 6 Rubios
  • Un par de trozos de huesos de rape.
Varios:

  • Media barra de pan asentado (del día anterior)
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra.



Vamos a empezar por preparar los ingredientes. Así tendremos todo listo y preparado para su uso según vamos avanzando en la elaboración de la sopa.
Picamos muy bien la cebolla y los pimientos y laminamos los cientes de ajo.
Enjuagamos las gambas y las almejas (Si lo deseamos podemos dejarlas un rato en agua con un poco de sal para que suelten la tierra si la tuvieran). Limpiamos bien las conchas de los mejillones raspándolas con un cuchillo.
Limpiamos bien los pescados eviscerándolos y pasándolos rápidamente por agua pero no deteniéndonos demasiado porque su carne se deslavaza con mucha facilidad. Retiramos la tripa y la piel de los calamares que dejaremos enteros.

En un par de cazuelas abrimos mejillones y almejas por separado. En ambos casos con un chorrito de agua y si queremos una hoja de laurel y un trocito de limón. Esto ya según os guste. Una vez abiertos colaremos el agua que habrán soltado y lo reservaremos para agregar a la sopa.

Vamos a empezar por "sacarle" todo el sabor posible a las gambas. Os garantizo que en nada se parece el sabor de una sopa en la que las gambas simplemente han cocido a una en la que se haga este preparado previo que os propongo:
Empezamos descabezando las gambas y pelándolas reservando los cuerpos para usarlos más tarde como tropezones de la sopa.

En una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra que pondremos a calentar echamos los dientes de ajo laminados y tan pronto estén dorados agregamos cabezas y pieles.
Dejamos refreír un rato moviéndolo de vez en cuando para que suelten bien el sabor.

Tendremos preparada la cazuela dónde elaboraremos la sopa, en ella vertemos el aceite de freír las cabezas teniendo la precaución de colarlo bien. Este aceite nos servirá más tarde para hacer el sofrito.

Como os decía se trata de exprimir bien las gambas. Las devolvemos a la sartén y agregamos agua en suficiente cantidad para cubrirlas. Dejamos cocer 15/20 minutos para hacer un caldo de los más sustancioso con ellas que luego añadiremos a la sopa.

Mientras se hace este caldo con las cabezas haremos el refrito agregando al aceite del refrito que tendremos en la cazuela las hortalizas que previamente hemos cortado bien pequeñitas. Dejamos sofreír hasta que esté pochada (blandita pero no dorada).

Será el momento de agregar el agua que habrán dejado mejillones y almejas al abrirse y que habremos colado muy bien para que no vaya en él ninguna arenilla que pudieran tener los moloscus dentro.
Una vez listo el caldo de cocer cabezas y pieles, lo colaremos sobre la sopa en la cazuela (ahora ya podemos tirar esas cabezas, todo, absolutamente todo su sabor lo tendréis ahora en la sopa!)


A mí me gusta usar una especie de cestillas que venían con mi batería de cocina cuando la compré hace ya la friolera de 20 o 30 años. Ahí es nada!! ajjajaja Por cierto, creo que en mi cocina no debe haber nada que no tenga esa edad. Es lo que tiene tener cierta edad :). Ahora en serio, me resulta muy cómodo usarlas para cocer dentro de un líquido algún ingrediente que luego tengo que extraer. Si no tenéis una cesta así se me ocurre que quizás un colador con el fondo plano y que aguante las temperaturas de la cocción os resultará también muy cómodo.
En la cestilla ponemos los huesos de rape, los calamares, las bacaladillas y los rubios. Si con los líquidos que hemos añadido (cocción de moluscos y caldo de cabeza y pieles) no hay suficiente, agregamos agua hasta cubrir el pescado. Dejamos hervir por espacio de una media hora.

Una vez se ha cocido la sopa nos tocará ahora la parte más tediosa de esta sopa: Sacar el pescado de la sopa y limpiarlo escrupulosamente de espinas y pieles.

Debemos llevar sumo cuidado de cerciorarnos de no dejar ni una sola espina por razones obvias. Además de desagradable podría ser muy peligroso!!

Vamos preparando y reservando todos los ingredientes que compondrán los tropezones de esta sopa en una bandeja: Los trozos de pescado que habremos sacado tras la limpieza de los rubios y las bacaladillas; los mejillones si lo deseamos podemos trocearlos un poco si son muy grandes, las almejas a mí me gusta ponerlas enteras pero si lo preferís podéis sacarlas de la concha; los cuerpos de las gambas si queréis podéis ponerlas enteras pero si no, también están bien cortadas en trocitos y por último los calamares que deberemos cortar en rodajitas bien finas y las patas en trocitos pequeños.

Una vez la sopa lleva media hora cociendo incorporaremos a ella el pan troceado en cachitos y esperaremos a que hierva unos minutos.

Con la batidora de mano trituraremos toda la sopa hasta que quede de una textura suave y fina y la volveremos a poner al fuego.
Por último incorporamos todos los tropezones y apenas en un par de minutos de cocción la sopa estará lista para servir.


Qué os parece? Buena pinta. Eh!! La pinta y el sabor es muy bueno, sí. Hago otras sopas con menos elaboración que ésta pero reconozco que ninguna lo iguala en sabor. Está deliciosa!! Palabra de cocinera! ;)