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Potaje de carillas con bacalao y espinacas

De una forma sencilla tendremos hoy un plato suculento, de sabor auténtico, de esos de cuchara de siempre que no sé a vosotros pero a mí en invierno me encantan!! Baratito...para ayudar a remontar la cuesta de enero ;) y sin complicaciones. Ya veréis qué fácil!! 
Tengo que reconocer que no entiendo las razones de que ciertos platos vayan desapareciendo de nuestras cocinas. Los potajes serían un buen ejemplo. Ya sabéis que un potaje no es más que un guiso con una base de verduras y legumbres cocidas en abundante agua a la que se agregan otros elementos para aportarles sabor. A mí me parecen tan apetecibles en un día como hoy, lluvioso y frío...Algunos de ellos son tan sabrosos, rápidos de hacer y poco complicados...que precisamente en este mundo de prisas que vivimos son mucho más adecuados que la preparación de ciertos platos precocinados que compramos. Que por cierto, por mucho que digan, siempre hay que hacerles algo. Son caros, poco sanos y además, suelen ser malos. Siempre me parecen "un quiero y no puedo". Ya sé, ya sé que arrimo el ascua a mi sardina pero es que no me cansaré de decir que el tiempo que empleamos en la cocina redunda en nuestra salud y en nuestra felicidad (y en la de aquellos para quienes cocinamos), desarrolla la creatividad, relaja y provoca la sonrisa de los nuestros. Os parece poco? 


En fin, no me enrollo más.
Este potaje podemos hacerlo también con otras legumbres: garbanzos, alubias pintas o, como hoy, con alubias de careta o como se conocen aquí en Madrid, "Carillas". Todas las legumbres necesitan de un tiempo de remojo en agua previo a la cocción. Si son garbanzos, ya sabéis que es la única legumbre que se pone a remojar en agua caliente con una pizca de sal. De tratarse del resto será siempre en agua fría.
El tiempo de este remojo también variará. Las alubias y garbanzos, mejor tenerlos desde la noche anterior. Si se trata de carillas con unas cuantas horas es más que suficiente. Yo las he puesto esta mañana antes de irme a trabajar y ahora, después de comer las estoy cocinando.
Esta legumbre me encanta, es mantecosa y tierna, deliciosa. Y además aguanta muy bien la cocción sin despellejarse y sin romperse.Remojamos previamente los garbanzos.
También tendremos que tener previsto el remojo del bacalao desmigado que vamos a utilizar en este guiso. Yo he usado migas de bacalao porque queda estupendo y sale mucho más económico que usar otras partes mejores de este pescado y más caras. Si usáis trozos de bacalao grandes tendrán que estar en remojo desde el día anterior. Si utilizáis bacalao desmigado con unas horas será suficiente. Yo le he cambiado un par de veces el agua. No se la cambiéis más porque dejaréis el bacalao sin sabor alguno. Tener en cuenta que se trata de trocitos de bacalao no demasiado grandes y que por tanto precisan mucho menos tiempo para perder la sal que contienen.
INGREDIENTES:

  • 200 gramos de "carillas" (alubias de careta)
  • 150 gr de espinacas tiernas, más bien pequeñas
  • 200 gramos de bacalao desmigado en remojo unas horas antes
  • 1 Cebolla 
  • 2 ó 3 clavos
  • 1 cabeza de ajos entera, sin pelar
  • 1 hoja de laurel
  • Azafrán
  • Sal
  • 1 huevo cocido
  • Para el “majado” necesitaremos
  • 1 diente de ajo
  • Sal
  • 10/12 almendras tostadas
  • 1 rebanada de pan frito
  • 1 Huevo cocido



ELABORACIÓN:
Yo utilizo el agua del remojo de las legumbres en su cocción. Pienso que siempre debe aportar algo al guiso el agua dónde han estado horas las legumbres pero si lo preferís podéis usar agua del grifo fría.
En una cazuela amplia ponemos las carillas cubiertas con el agua del remojo, añadimos la hoja de laurel, la cabeza de ajos eliminándole solo las capas exteriores pero evitando que se desprendan los ajos y así sea fácil quitarlos del guiso más tarde. La lavamos bien bajo el chorro de agua fría del grifo y la añadimos a la cazuela.
Pelamos una cebolla y le clavamos dos o tres clavillos. De esta forma no se nos "perderán" en el guiso y evitaremos que alguien se encuentre con la desagradable sorpresa de masticar uno al comer el potaje. Incorporamos la cebolla al guiso.
Añadimos un poquito de sal para que la legumbre no esté sosa del todo pero con prudencia porque más tarde incorporaremos el bacalao que siempre aportará más sal.
Si con el agua de remojo no da para cubrir bien las carillas y las verduras echamos un poco más. Pondremos la olla al fuego y llevamos lentamente a ebullición con la olla tapada y dejamos cocer aproximadamente una hora hasta que las carillas estén tiernas. No debemos tener prisa al cocer las legumbres. La cocción debe ser a fuego bajito para que las legumbres no se rompan ni pierdan la piel.
Si vemos que se va reduciendo, agregamos un poco de agua fría cuando lo precise.



Mientras se van ablandando las legumbres, hacemos el “majado” En un mortero ponemos unas hebras de azafrán y con unos granos de sal las machacaremos bien, añadiremos un diente de ajo no muy grande, un puñadito de almendras (10/12) y machacamos bien el conjunto. luego incorporaremos pan frito al majado. Machacamos de nuevo y por último incorporamos el huevo cocido machando bien todo el conjunto.


Pasada aproximadamente una hora de cocción de las carillas, con un cazo vertemos un poco del caldo de la cazuela en el mortero dónde tenemos el majado. Removemos bien para que se diluya y lo incorporamos al guiso.
Veremos como estos ingredientes del majado permiten que el caldo "engorde". Ya sabéis que la almendra, el pan frito...son elementos de ligazón que provocan que el caldo quede bien trabado además, lógicamente, de aportar un sabor delicioso.
Cuando tengamos listo el guiso adicionaremos el bacalao desmigado escurrido del agua dónde estuvo en remojo y las espinacas bien lavadas y escurridas. 


Rectificamos de sal y dejamos que todo el plato se tome del gusto de las espinacas y del bacalao cociendo unos minutitos más. No demasiados ya que el bacalao quedaría reseco y luego al tomarlo con las legumbres no sabría a nada.
Emplatamos poniendo sobre cada plato algún trocito del segundo huevo que teníamos cocido y que no utilizamos en el majado.
María.

Os gustó la receta del potaje? Si es así, estaría agradecida de que la compartierais en vuestro Facebook o Twitter. Muchísimas gracias por visitar mi blog.



Sopa de gambas y arroz (Estilo "Pepita")

Cuando alguna de mis recetas tenga la coletilla "estilo Pepita" podréis apostar a que está deliciosa. Ya comenté en la receta del Rollo de carne de ternera picada con patatitas fritas quién es Pepita. 
Esta sopa es sencillamente exquisita. Un poquito entretenida por aquello de que está hecha con gamba arrocera y hay que pelar una a una pero merece la pena. De verdad.
Estamos en la cuesta de enero así que hay que ir tirando de lo que tenemos en el congelador. A mí me sobraron de estas Navidades medio kilo escaso de gamba arrocera y he decidido aprovechar para hacer esta sopita que hacía bastante que no tomábamos.
Tengo que decir que a la receta de Pepita yo le hago una pequeña "modificación" que intensifica bastante el sabor a gambas de la sopa. Ella no hace el refrito de las pieles y cabezas de las gambas ni tampoco las cuece después en un poquito de agua. La sopa que resulta haciéndola a su modo tiene un sabor más suave, menos intenso. La mía sabe intensamente a gambas. Eso ya lo dejo a vuestro gusto.En las explicaciones veréis.
Venga. Nos ponemos el delantal? ;)
INGREDIENTES:

  • 400 gramos de gamba arrocera (puede ser congelada)
  • Sal
  • 2 hojas de laurel
  • 2 dientes de ajo
  • Unas pocas bolitas de pimienta negra
  • AOVE
  • 1 puerro
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1/2 pimiento verde
  • 1 tomatito maduro
  • Una pizca de pimienta blanca
  • Una pizca de hierbas provenzales
  • Una pizca de nuez moscada
  • Arroz (un puñado amplio por persona según os guste de espesa)
  • Agua

ELABORACIÓN

  1. En una olla amplia echar agua, sal, las dos hojas de laurel y poner al fuego. Cuando hierva, agregar las gambas enteras y dejar cocer un minuto desde que vuelve el hervor. Apartar y colar las gambas reservando el caldo en la cazuela dónde haremos la sopa.


  2. Pelar todas las gambas excepto unas cuantas que reservaremos para decoración una vez emplatada la sopa.
  3. En una sartén echar AOVE y refreír durante unos minutos las pieles y cabezas de las gambas junto con una hoja de laurel, unas bolitas de pimienta negra enteras y un par de dientes de ajo sin pelar a los que habremos practicado un corte a lo largo.
  4. Colamos este refrito y lo echamos en una sartén.
  5. En este aceite que tendrá todo el sabor de las cabezas y pieles de las gambas, hacemos un sofrito con el puerro, el pimiento rojo y verde y lo dejamos unos minutos.
  6. Cuando esté algo pochada esta verdura agregar el tomate troceado bien pequeñito y dejar freír moviéndolo de vez en cuando.
  7. Mientras se hace el sofrito volcamos las pieles y cabezas de las gambas que habíamos refrito en un cazo con agua suficiente para cubrirlas y las dejamos cocer durante un cuarto de hora.
  8. Colamos el agua de cocer las gambas sobre la cazuela dónde tenemos el caldo de haberlas hervido. Desechamos las gambas que ya habrán soltado todo su sabor primero en el refrito y luego cociéndolas.
  9. Agregamos el sofrito de verduras a la cazuela y dejamos cocer 20/25 minutos.
    Incorporamos una pizca de pimienta blanca, otra de hierbas provenzales y rallamos un poquito de nuez moscada. Rectificamos de sal.
  10. Ponemos al fuego la olla y dejamos hervir unos minutos. Cuando está caliente echamos el arroz para que ablande.
  11. En el último momento agregamos las gambas peladas que teníamos reservadas.
  12. Emplatamos poniendo unas gambas enteras de las que teníamos reservadas en cada plato.
Qué aspecto tiene tan apetitoso. Verdad? Es una sopa que lleva un poquito de trabajo pero el resultado es tan delicioso... Hoy, por incluirlo aquí he tenido la precaución de medir el tiempo desde que comencé hasta que he servido la sopa. Una hora. Bueno, hay tiempos en medio que pueden aprovecharse para hacer el segundo o en lo que necesitemos.
A mí me encanta. Espero que la probéis y me digáis qué tal os ha parecido. 
Maria.

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Bissara, crema marroquí de habas secas y guisantes

La "Bissara" es un plato típico de la cocina marroquí. Se trata de una crema muy fácil de preparar que en marruecos se toma habitualmente rociada con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, un poco de comino molido y pimentón dulce o picante según el gusto. Es un plato de sencillos elementos que podéis encontrar sin dificultad alguna en cualquier tienda de productos árabes o en las típicas verdulerías llevadas por marroquíes.
Puede hacerse exclusivamente con habas secas pero a mí me gusta añadirle algo de guisantes. En ese caso seria la bissara blanca.
INGREDIENTES
  • 250 gramos de habas secas
  • 150 gramos de guisantes secos
  • 2 dientes de ajo
  • Agua
  • Sal
  • Una cucharadita rasa de cominos en grano
  • Un poquito de cominos en polvo
  • Una cucharadita de pimentón dulce o picante
  • Un poco de nuez moscada en grano.
  • AOVE

ELABORACIÓN:
  1. En una cazuela ponemos las habas y guisantes secos, los dos dientes de ajo, un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Agregamos un poco de nuez moscada rallada en el momento (siempre es mejor rallar las especias en el momento que utilizar especias compradas ya molidas, el aroma es mucho más intenso) y cubrimos todo con agua fría como unos cuatro dedos por encima del nivel de los ingredientes.
  2. Lo dejamos hervir a fuego moderado hasta que las verduras estén completamente tiernas cuidando de que en ningún momento se quede la  crema sin agua. Si fuera preciso le añadiríamos un chorrito más.
  3. Reservamos algo de líquido de la cocción en un cacharro.
  4. Una vez ablandadas las habas retiramos los dientes de ajo y trituramos el conjunto hasta dejar una crema de textura totalmente fina. Comprobamos que esté en el punto de espesor que nos gusta y si lo creemos conveniente aclaramos un poco la crema con algo de líquido de la cocción que tenemos reservado. A mí no me gusta dejarla excesivamente espesa porque me resulta más pesada pero eso va a gustos.
  5. Rectificamos de sal.
  6. Servimos bien caliente con un chorrito de aceite de oliva por encima y espolvoreada de comino molido y pimentón dulce o picante.
No puede ser más fácil ( ni más barata!!!)
María.

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Sopa de ajo o Sopa Castellana...deliciosa sopa la llamemos como la llamemos.

En Madrid hoy no han bajado mucho las temperaturas pero una tiene el cuerpo destemplado con esta lluvia que nos ha acompañado todo el día así que no lo he pensado más, sopa de ajo o sopa castellana para cenar. No hay nada para entonar el cuerpo como esta sopa sencilla y sustanciosa. Uno de los platos de la Cocina Española más humilde pero no por ello más delicioso. Se ha hecho ya desde antiguo, con el pan duro que sobra, unos pocos ajos, pimentos y aceite. Sin más.
Luego ha evolucionado un poco la cosa y tanto en restaurantes como en nuestras casas solemos añadirle huevo y jamón picadito.
Una receta a prueba del principiante más novato de todos y con elementos que siempre, siempre se tienen en casa. A por la sopa...que hace frío!!
 

FONDOS BÁSICOS - Fondo oscuro (Fond brun) - Caldo oscuro

Los "Fondos" son uno de los fundamentos de la cocina. Comunmente se los conoce como "caldos" y son la base para la elaboración de muchas otras preparaciones. Sirven para para humedecer estofados, constituye el ingrediente principal de algunas sopas y consomés y son la base para elaborar salsas por todos conocidas y para enriquecer muchos platos.
Existen varios tipos de fondos, el fondo blanco (Fond Blanc) el fondo oscuro (Fond brun) y el caldo de pescado (llamado Fumet).
Hoy haremos un fondo oscuro. Nos servirá para enriquecer platos de carne o de caza y elaborar salsas tan conocidas como la Salsa española (Ya os pondré una entrada explicando su elaboración) o la demi-glace.
La diferencia fundamental entre un fondo claro (todos los ingredientes van en crudo) y un Fondo oscuro es el proceso de tostado al que se someten todos sus ingredientes y que nos dará un sabor a asado, no cocido como en el fondo blanco. Este proceso de tostado de una parte le van a aportar color al fondo, evidentemente también sabor y, como luego veremos, nos servirá para eliminar buena parte de las grasas que contienen los huesos.
La elaboración de un buen fondo lleva su tiempo pero de verdad que merece la pena el tiempo empleado en ella. Pensemos también que nos va a salir cierta cantidad y que podremos conservarlo en el frigorírico 5/7 días o, mejor, dentro del congelador y así podremos utilizarlo cuando nos convenga.
INGREDIENTES:
  • 4/5 litros de agua
  • 3 kg huesos de ternera (de rodillas y de caña para que tengan tuétano)
  • 1 "Bouquet garni" (Hoja de laurel, ramita de perejil y ramita de tomillo)
  • 250 cc de vino tinto de muy buena calidad
  • Ingredientes de la bresa:
    • 1 cebolla bien gorda
    • 2 puerros (las partes más verdes)
    • 2 zanahorias
    • 2 tomates maduros
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180/190 grados e introducimos en él la bandeja con todos los huesos.
Dejaremos dorar los huesos unos 45 minutos. Eso dependerá del funcionamiento de nuestro horno, claro.
 
Mientras van dorándose los huesos en el horno prepararemos el bouquet garni. Para ello tomaremos una hoja de laurel, pondremos encima una ramita de perejil doblada y una de tomillo, envolveremos ambas con la hoja de laurel y sujetaremos el "paquetito" con hilo de cocina. Así podremos sacar las especias cuando nos interese sin que se mezclen con el resto de ingredientes.
A continuación prepararemos la bresa, es decir las verduras que se utilizarán en el fondo oscuro y que también irán todas tostadas. Por tanto no las cortaremos demasiado pequeñas para que no se tuesten en exceso dentro del horno y nos aporte un sabor amargo al caldo.
Transcurrido el tiempo suficiente para que se doren un poco los huesos, añadiremos a la bandeja las verduras troceadas y las someteremos también al horneado durante una media hora aproximadamente para que la verdura pierda todo el agua y se dore.
Una vez tengamos ya dorados huesos y verduras incorporaremos estos a la olla que tendremos llena con 4/5 litros de agua fría.

Decíamos arriba que este dorado de los ingredientes que forman parte del fondo oscuro nos servían para dar color, aroma...pero también para eliminar parte de las grasas.
Fijaos en la bandeja una vez sacados los huesos... tenemos el concentrado que se adhiere al fondo tras haberse asado los huesos y verduras pero también hay una cantidad importante de grasa que deberemos desechar ya que no nos aporta nada en absoluto al caldo. Por eso iremos cogiendo con unas pinzas los huesos y verduras pero no volcaremos el contenido de la bandeja. Una vez quitados huesos y verduras de la bandeja pondremos esta sobre el fuego de la cocina para que la grasa se licúe mucho y sea más fácil eliminarla.
Y ahora sí, ahora tendremos en la bandeja únicamente "la sustancia", los jugos caramelizados que han quedado adheridos al fondo producto de haber tostado los huesos y verduras. Ese "repegadito" por supuesto que sí lo aprovecharemos para el caldo. Ahora tendremos la bandeja limpia de grasa.
Esa sustancia incrustada en la bandeja la desglasaremos con vino. Esperamos a que se caliente bien y echaremos el vino tinto. El vino caliente irá despegando la sustancia pegada a la bandeja. Esperaremos a que el vino reduzca un poco con la placa sobre el fuego de la cocina.
Iremos raspando un poco con espátula el fondo de la bandeja para que se vaya desprendiendo toda la sustancia y se mezcle con el vino. Volcaremos el contenido de la bandeja en la olla.
Pondremos la olla a fuego lento. No permitiremos que hierva fuerte en ningún momento porque las grasas quedarían incorporadas al caldo y no sería aconsejable.
Tan pronto como veamos que en la superficie del caldo aparece espuma iremos retirándola con una espumadera..
Tendremos un recipiente con agua fría al lado para ir "limpiando" la espumadera cada vez que desespumemos, esto facilitará que la espuma quede en el agua y no en la espumadera.
Habremos tenido el caldo como 6/7 horas hirviendo despacio. El trabajo de desespumar casi es constante a lo largo de toda la cocción. Al final ya lo que nos quedará será retirar de la superficie del caldo la grasa que pueda haber. Con un cucharón o cazo haremos este proceso eliminando la mayor cantidad de grasa que podamos.

También podríamos desgrasarlo dejándolo enfriar completamente. La grasa se irá arriba formando una película sólida que será muy fácil de retirar.
Por último colaríamos este caldo sobre un colador con un papel de cocina. Iremos echando el caldo a cazos sobre el colador, poco a poco. No volcando de golpe.
Este caldo podría ser una base para guisos, para asados, para estofados..Pero si quisieramos utilizarlo para salsas deberíamos reducirlo por evaporación.
Para obtener una glasa deberemos reducir a la décima parte de su volumen el fondo oscuro una vez desgrasado y eliminado cualquier impureza que pudiera contener,  sometiéndolo a una cocción lenta durante el tiempo necesario para que vaya reduciéndose hasta tener una consistencia viscosa, desespumando si fuera necesario.  El resultado final será una especie de jarabe, brillante y densa.
Esta sustancia concentrada se utiliza en pequeñas cantidades para reforzar el sabor de salsas y guisos o para napar algunos alimentos.
Por el contrario, para obtener la base de una Salsa española reduciremos a la mitad de su volumenn el fondo oscuro.

Fabada asturiana paso a paso

Si hay un plato de nuestra gastronomía que sea conocido a nivel internacional ese es LA FABADA. Lo escribo en mayúsculas porque es un plato rotundo con la armonía entre ingredientes que solo puede conseguir la sabiduría popular. Es una receta típica de la cocina asturiana elaborada con una variedad de judía blanca propia de la zona, "la faba" (o fabes, en plural), y chorizo, morcilla y cerdo (el compango)
Un plato que si bien lleva su buen tiempo de realización también es cierto que es de los que "se hacen solos" eso sí, precisaremos echarle un ojito de vez en cuando.

"Sopa de Nadal amb galets farcits" - Sopa de Navidad con galets rellenos

A que parece que lleva mucho trabajo rellenar los galets? Pués no, no cuesta nada si nos ayudamos de una manga pastelera o un simple bolsa de plástico. Esta sopa es la típica que se sirve en las mesas catalanas el día de Navidad. De todos modos yo, que no soy catalana, no la he reservado nunca para esta ocasión. Hoy por ejemplo os la presento aprovechando que había hecho Escudella i carn d´olla y me quedaba caldo que he aprovechado para la cena de hoy elaborando esta rica sopa catalana.
 
Aclararé que es conveniente tener en el frigorífico desde el día anterior el caldo que vamos a utilizar para poder desgrasarlo. Ya sabéis que la grasa que contienen los caldos, al enfriarse, se solifica en la parte superior formando una película endurecida que es muy fácil eliminar. No por ello restaremos sabor alguno al caldo, la grasa solo aporta calorías, la calidad del caldo queda intacta sin ella.
También debo decir que como en casa solo somos dos y lo que se suele necesitar de relleno es tan poco para unos 20/22 galets que vienen a ser dos raciones, no me merece la pena preparar este relleno únicamente para hacer esta sopa. Lo que hago es reservar una parte de la "Pilota" cuando hago la escudella en un taper pequeñito bien hermético y la guardo en el frigorífico. Al día siguiente relleno los escasos 22 galets que preciso para dos.

INGREDIENTES
Para el relleno de los galets (para 8/10 personas)
  • 1 diente de ajo
  • Un poco de perejil picado
  • Miga de pan de "pagés"
  • Leche entera
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • 125 carne de cerdo picada
  • 125 carne de ternera picada
  • Un poquito de harina
ELABORACIÓN:

En un cuenco picamos el diente de ajo bien pequeño así como las ramitas de perejil. Desmigamos las rebanadas de pan de pagés y agregamos un chorreón de leche.
Iremos aplastando con un tenedor todos los ingredientes bien revueltos. Añadiremos el huevo, la sal y la pimienta negra molida y mezclaremos bien el conjunto.
Por último trabajaremos la carne picada con el resto de ingredientes que tenemos en el cuenco. Puede hacerse con un tenedor pero a mí, que no me importa nada mancharme las manos en la cocina, me gusta hacerlo manualmente porque creo que queda más homogéneo.
Es conveniente que no quede una mezcla excesivamente dura y compacta. Es preferible que quede algo más blandita para que al cocer esté jugoso el relleno.
Lo ideal es utilizar una manga pastelera pero yo tenía la mia utilizándose con otra receta que estaba preparando y eché mano de una simple bolsa de congelados de las de tamaño pequeño que están hechas de un plástico más fuerte que las corrientes y que además pueden cerrarse herméticamente por arriba evitando que al apretar la bolsa el relleno se nos salga por arriba.
Como podéis apreciar en la fotografía corté un pizca la punta, no mucho. Tened en cuenta que no conviene que el agujero quede de un diámetro superior al de la "boca" del galet porque de ser así se nos ensuciarian al rellenarlos.
Ya veis lo sencillo que es. Un galet en la mano derecha y meter la "boquilla" de la bolsa en él. Apretamos un poquito y rellenamos todo el interior de la pasta.
Aquí tenéis todos los galets rellenos ya. No suele salirse el relleno de los galets pero por si las moscas, a mí me gusta "sellar" el relleno con una chispita de harina corriente. Pongo un puñadito en un plato pequeño y simplemente voy "mojando" la boca del galet sobre el plato de harina.
Tendremos el caldo hirviendo y echaremos los galets. Los dejamos coceer a fuego no muy fuerte para evitar que se nos rompan. Removemos de vez en cuando. Prefiero no concretaros del todo los tiempos porque dependerá mucho de la marca de pasta que utilicéis, del tamaño de los galets y por supuesto del gusto de cada uno. A mí no me gustan "al dente" así que los hiervo bastante. No he medido exactamente los minutos pero creo que se han llevado casi 30.
Esto es todo. Lo que os decía al inicio, parece una sopa de larga elaboración pero podéis ver que no, que lo que parece más dificultoso que es el relleno de los galets no lo es...
En fin, espero que os guste si os animáis a hacerla.