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Pa de Pessic de Vic (O pan de "pellizco") Un bizcocho suave y esponjoso catalán

Yo no diría que el pa de pessic es un bizcocho genovés pero se le parece en su esponjosidad y ligereza. Y digo que no me parece una genovesa porque tiene levadura y una mezcla de maizena y harina y el verdadero genovés solo tiene huevos, harina y azúcar. Sin grasas (que no sean las que tienen los huevos) ni levaduras.
Los pasteles rellenos deben tener un bizcocho suave, sin que su base domine el sabor y tiene que tener una textura muy esponjosa. No valen los bizcochos pesados y contundente, pensemos que si le agregamos nata, mermeladas, chocolates, al final resultarían muy pesados de comer.
En todo caso, vale igual que el genovés, como base de pasteles rellenos. Es suave de sabor y esponjoso de textura y por ello, si lo cortamos en capas podemos rellenarlo con cremas, chocolates, etc y resultará un pastel ligerito y delicioso.
¿Por qué se llama Pan de "pellizco"? No podría asegurar el origen de este tipo de bizcocho catalán porque he leído distintas versiones. Parece ser que se hacía durante el tiempo de procesiones y que se daba a la gente y esta, al no poder comerla sobre platos por ir andando, iban "pellizcando" trozos del bizcocho y lo comían in situ.
Os anticipo que aunque la entrada parece larga (y lo es) es más por mi sentido previsor de hacer todo tipo de advertencias al que se acerca a la cocina sin mucha experiencia a sus espaldas que por lo complicado que sea la realización de este suave, suavísimo, bizcocho catalán.
Como siempre, os animo a leer toda la entrada antes de poneros manos a la masa (y nunca mejor dicho!). Leer todo el artículo puede que os ayude a anticipar algunas cosas antes de poneros a su elaboración y evitar errores.

Vamos a preparar el molde. Yo prefiero los típicos de aluminio cuyas paredes se abren y pueden retirarse de la base pero también los de silicona pueden valer.
Ponemos una hoja de papel sobre la base del molde, ponemos encima el aro que constituye sus paredes, cerramos bien y recortamos alrededor de la base el papel que sobra.
Recortamos a continuación una franja de papel de unos centímetros más de altura de los que tiene nuestro molde y con ella cubrimos las paredes interiores. Un truquillo que va muy bien es untar ligeramente con mantequilla algunos puntos de las paredes, así se no tendréis problemas de adherencia del papel al molde.

Bien, ahora ya podemos comenzar a precalentar el horno a 160º centígrados. Es un calor suave para que el bizcocho se cueza despacito. Calor por arriba y por abajo y sin la opción "aire" si vuestro horno la tiene.

Unas palabras a cerca de la batidora. Veamos, tendremos que levantar claras a punto de nieve. Indudablemente podremos lograrlo con una batidora de brazo con su accesorio de varillas, con unas varillas de mano también llegaremos a levantarlas pero nos costará mucho más esfuerzo y tiempo. 


Yo personalmente uso siempre una batidora eléctrica de varillas. Es cómoda, rápida y muy eficaz. Pero si no tenéis en casa, ya os digo, con unas varillas y mucha paciencia, no habrá problema. Eso sí, el dolor de brazo que os dejará...ni es cuento!

Dispongamos todos los ingredientes y utensilios que vayamos a precisar. Es importante preparar una buena mise en place. Tener todo a mano, pesado, medido... facilita mucho las cosas y evita interrupciones innecesarias.
Veamos, qué necesitaremos para preparar este delicioso bizcocho

INGREDIENTES
* 4 Huevos de tamaño mediano
* 125 gramos de azúcar
* 75 gramos de harina de maiz (Maizena)
* 25 gramos de harina común
* 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
* La ralladura de la piel de un limón
* Un pellizco de sal
* Una pizca de mantequilla para pegar el papel al molde
ARTÍCULOS Y UTENSILIOS
* Espátula de silicona
* Preferiblemente batidora eléctrica de varillas pero vale también varillas de mano o la batidora de brazo con el accesorio de las varillas (con las cuchillas no podríamos levantar las claras ni batir bien las yemas)
* Papel de hornear
* Un molde. El que yo he usado en esta preparación es de 20 cm de diámetro por 9 de alto.

Es la hora de empezar a hacer nuestro bizcocho...Vamos a separar las claras de las yemas. Cada una de ellas las pondremos en un bol distinto. El de las yemas debe ser muy amplio para que pueda acoger todos los ingredientes que habrán aumentado de volumen cuando los manipulemos.
Con la batidora de varillas levantaremos las claras a punto de nieve. Tardaremos en el proceso unos 2/3 minutos. Dependerá de la potencia de vuestra batidora.
Comenzaremos a batir y cuando empiecen a hacer espuma añadiremos un pellizco de sal. Esto ayudará a que suban pero además dará un punto necesario de sabor en el bizcocho.
Seguiremos batiendo hasta que tengan una consistencia bien espesa de manera que cuando levantemos la varilla y dejemos caer las claras estas se mantengan firmes y no se caigan. Las reservaremos para más adelante.
Continuamos después por batir bien las yemas de huevos mezcladas con la ralladura de limón y el azúcar. En este proceso tardaremos algo más. Unos 10/12, dependerá igualmente de la potencia de la batidora. No solamente deberán cambiando de color del amarillo intenso a un blanco cremoso, si no que tendrán que triplicar su volumen.
Pero la textura a la que tendremos que llegar también importa. Fijaos, estas yemas están batidas, se han aclarado algo de color pero están muy líquidas. Necesitan más batido.
Con unos minutos más las yemas se han aclarado mucho de color y han espesado pero todavía la marca que dejan en el bol al caer desaparece rápidamente. Más batido!
Unos minutos más y habremos llegado al punto. Os explico: Cuando dejamos caer la mezcla desde las varillas al recipiente, la marca que dejan no desaparece enseguida. Un truquillo: si podemos contar hasta 5/6 después de que caiga la mezcla y aún vemos la marca sobre la superficie de las yemas es que están en su punto.
Ahora mezclaremos los elementos secos: harina, maizena y la cucharadita de levadura.
A partir de aquí iremos incorporando a las yemas batidas, alternativamente un poco de claras a punto de nieve y un poco de harina mezclando suavemente, con movimientos envolventes con las varillas de mano.
Cuando veamos que las claras que hemos incorporado a las yemas se han homogeneizado bien, añadiremos la harina tamizada con un colador y mezclaremos igualmente con las varillas haciendo movimientos muy suaves de abajo hacia arriba hasta incorporarla totalmente a la mezcla.
Se trata de ir incorporando un poco de claras y un poco de harina mezclando suavemente. Sin tener prisa. Pensemos un cosa, este bizcocho resulta esponjoso y suave precisamente por el aire que incorporamos a la mezcla a levantar las claras a punto de nieve y batir como hemos comentado las yemas.
Si batimos con brusquedad o con una batidora normal de mano con cuchillas, ese aire desaparecerá así que tened paciencia. Mezclar con mucha suavidad y lentamente.
Una vez incorporada toda la harina y claras llega el momento de llenar el molde.
Y ahora ya podemos meterlo en el horno que estará a estas alturas a la temperatura que precisamos. Si vuestro horno tiene calor por arriba y por abajo deberíais poner la bandeja en el nivel inferior pero si solamente tiene calor por abajo sería preferible subir un poco el nivel de la bandeja.
El tiempo de cocción es flexible. Resulta imposible decir con exactitud los minutos que tardará en cocerse vuestro bizcocho. Cada horno tiene sus peculiares características. Debéis conocer vuestro horno. En principio, a partir de los 30/35 minutos podría estar hecho pero hay que comprobarlo.
Mirad desde fuera a través del cristal de la puerta. Si el bizcocho ya ha subido la puerta puede abrirse. Eso sí, hacedlo despacio, sin brusquedad. Un golpe de aire frío de repente puede hacer bajar el bizcocho así que ojo!
Abriremos nuestra puerta y con un palito de brocheta de madera pincharemos en su centro. Si el palillo sale totalmente limpio, podemos sacarlo ya del horno. De lo contrario dejaremos que se hornee unos 5/10 minutos más. 
En mi horno ha tardado casi una hora. No ha llegado pero casi. Es importante que lo vigiléis, una vez hecho no hay ninguna razón para que el bizcocho siga horneándose. Lo único que se logra es que se reseque. 
Dejadlo reposar unos minutos para que se atempere y podáis manipularlo. Una vez podáis tocar el molde si quemaros, se puede proceder a desmoldar el bizcocho. Retirad el papel de hornear y dejarlo enfriar sobre una rejilla (yo no tengo así que lo he puesto en un plato). 
La rejilla viene bien porque permite que el aire fluya también bajo la base del bizcocho. Pero ya digo, yo no dispongo de ninguna.
Esperad unos minutos hasta que se enfríe y una vez esté frío se puede meter el bizcocho sobre el plato dentro de una bolsa de plástico con asas. Atando éstas impediremos que el bizcocho se reseque y endurezca.
Es normal que al enfriarse el bizcocho merme y baje un poco. Incluso que su superficie se arrugue un poquito.
Aquí lo tenemos. Ligero, suave, esponjoso y de un sabor delicado y delicioso!
Podemos rellenarlo y hacer con él una magnífica tarta o simplemente, si nos gusta, espolvorearlo con un poco de azúcar impalpable (azúcar glas) y que nos sirva como merienda o para acompañar el desayuno.


Fijaos en la miga... es como una esponja suave!! Creedme, ha quedado delicioso!

Por cierto, si no vais a usarlo para consumirlo en el momento y no sois muchos de familia podéis congelarlo sin problema. Esperáis a que esté totalmente frío. Lo cortáis en porciones y las envolvéis en papel de plata o film plástico de cocina y al congelador. El día que queráis comerlo no hay más que sacarlo con tiempo del congelador y dejarlo envuelto hasta el momento de consumirlo. 
No notaréis que ha sido congelado en absoluto!
Eso sí, no forcéis la congelación en un microondas, esperad a que adquiera la temperatura ambiente de manera natural antes de comerlo.


Trufas de chocolate

Las trufas de chocolate creo que son uno de los bocados más deliciosos de la repostería. Yo voy a prepararlas hoy para terminar una comida festiva familiar. Serán el último bocado y estoy segura que por muchos platos que les hayan precedido en la mesa (y van a ser muchos!! jejeje y ricos!!) nadie va a poder sufrir la tentación de tomarlas. También pueden ser un detalle precioso para regalar si os gusta obsequiar con algún detallito cuando vais invitados a casa de alguien y no queréis llegar con la típica bandeja de saladitos o las tartas heladas que muchas veces se llevan, además siempre os hará quedar mucho mejor por el hecho de haberlas hecho vosotros mismos.
El menú previsto para hoy va a ser un tanto copioso y buscaba una preparación de chocolate con la que finalizar la comida pero como no hacía mucho que había preparado otro bocado parecido ( bolitas de chocolate con coco, licor y nueces) hoy quería hacer algo diferente para no repetirme. Estas trufas de hoy son algo más ligeras y se me ha ocurrido hacerlas al ver la receta en el maravillosoel blog de la tienda online de utensilios e ingredientes de repostería María Lunarillos. Desde aquí nuestro agradecimiento por tan maravillosa página.
Lo cierto es que han quedado de lo más suaves, melosas.. Se deshacían en la boca!! 
Con estas cantidades me han salido unas cuarenta más o menos porque los "visitadores" de la cocina han ido picando alguna así que al final o sé con exactitud, pero más o menos esa cantidad.
Los ingredientes que vamos a usar son
  • 400 gramos de chocolate de cobertura
  • 100 cc de nata líquida (con nata de cocinar)
  • Un poquito de azúcar
  • 35 gramos de mantequilla
  • 4 Cucharadas de buen coñac
  • Chocolate o cacao en polvo para rebozar
Cuando cocino me gusta tener todos los ingredientes y utensilios que se van a precisar, a mano, colocados en la encimera o bien localizados para cuando los precise,  porque creo que facilita mucho las cosas el no tener que estar buscando ingredientes o utensilios en medio de las preparaciones. Pero cuando trabajo con chocolate pienso que es más necesario aún. El chocolate es un producto delicado y que necesita toda nuestra atención cuando lo manipulamos de modo si no queremos estropear su textura y su delicado sabor de modo que os digo lo que vamos a precisar:
Un recipiente sobre el que quepa holgadamente el chocolate con el resto de ingredientes y en el que podamos manipularlos sin verter.
  • Una cazuela sobre la que quepa el recipiente anterior pero que no llegue a tocar el agua que calentemos en su interior.
  • Unas varillas para remover
  • Una picadora o nuestra Thermomix para picar el chocolate que servirá de rebozado. Si es cacao en polvo no la precisaréis.
  • Una espátula de goma
  • Un cacito para calentar la nata líquida
  • Un recipiente dónde volquemos la mezcla de chocolate y la dejemos enfriar. Debería ser de un tamaño adecuado para que una vez echada la mezcla ésta alcance unos 2 cm (o algo menos) de grosor.
Bueno pues con todo preparado esta mañana vamos a chocolatear un poco!! Ummm ya sólo el aroma que inundará nuestra cocina cuando manipulemos el chocolate es todo un presagio de placer... ;). Por cierto, os habéis fijado lo bonito que es el chocolante fundido? El brillo que tiene...su textura!! :)
Sin más dilación:
1.- Podemos rebozar las trufas en cacao en polvo, en chocolate en polvo comprado ya listo para rebozar e incluso podemos triturar nosotros nuestro propio rebozado. En mi caso he usado una tableta de chocolate de cobertura que he pulverizado con la thermomix pero podéis hacerlo también con una picadora.
2.- Troceamos el chocolate de cobertura en trocitos para que luego sea más fácil de fundir y lo dejamos en un bol amplio.
3.- Ponemos suficiente agua en la cazuela como para que pueda calentar el recipiente dónde está el chocolate sin que éste llegue a tocar el agua y lo ponemos al fuego para que hierva (solo la cazuela)
4.- En un cazo pequeño ponemos la nata líquida, el azúcar y la mantequilla y lo removemos bien para mezclarlos tres ingredientes. Cuando esté caliente la nata apartamos unos segundos del fuego mientras removemos y mezclamos para que no se nos requeme la nata, el calor poco a poco fundirá la mantequilla.
Volvemos a poner sobre el fuego y terminamos de mezclar bien y dejamos que hierva, Apartamos del fuego y lo volcamos sobre el chocolate troceado en el bol.
5.- Con las varillas removemos despacito para ir fundiendo los trozos de chocolate en nata líquida caliente trabajando bien el conjunto mientras comprobamos que los trocitos de chocolate van desapareciendo.
Si viéramos que la mezcla se nos está enfriando y que aún quedan trocitos de chocolate sin derretir ponemos el bol sobre la olla que tenemos preparada con agua hirviendo de manera que enseguida veremos que termina de derretirse todo el chocolate y que la mezcla presenta ya un aspecto totalmente homogéneo.
6.- Trabajaremos el chocolate con las varillas hasta que esté fino y sin grumo alguno.
7.- Ahora podemos ir agregando de cucharada en cucharada el coñac, no de golpe. Una cucharada y removemos, otra y removemos y así hasta terminar con todo el licor.
Ya tenemos la mezcla de chocolate para nuestras trufas perfectamente derretida y homogénea.
8.- Volcamos la mezcla en un recipiente dónde la dejaremos enfriar formando una capa de unos 2 cm. Si os resulta difícil de calcular la medida adecuada de este recipiente es mejor que tengáis otro más chiquito a mano por si os sobra mezcla poder echarla y así que la capa no sea más gruesa que de estos dos centímetros para que las trufas no nos salga demasiado grandes.
Al estar ahora en invierno el chocolate se enfriará no tardando mucho tiempo y estará en condiciones de comenzar a formar nuestras trufas. No es preciso meter la mezcla en el frigorífico para que no se endurezca en exceso y podamos manipular bien el chocolate.
9.- Una vez fría la mezcla de chocolate con un cuchillo bien afilado trazaremos "cortes" horizontales y verticales sobre su superficie formando cuadraditos de unos dos centímetros de lado. De este modo el tamaño de las trufas nos resultará más parejo.

10.- A continuación iremos tomando cada "cubito" y entre nuestras palmas de las manos iremos modelándolo en forma de pequeña esfera que depositaremos en cuánto esté bien formada sobre un plato con chocolate o cacao en polvo.
Si vemos que el chocolate se nos derrite entre las palmas de las manos sin lograr transformar el "cubo" en una esfera os aconsejo que añadáis un "paso intermedio": Valiéndonos de un vaciador de bolas y apoyando un cubo de chocolate en su interior es más fácil mediante la presión de los dedos de la otra mano ir eliminando las aristas. Una vez ligeramente redondeada la porción de chocolate será más fácil terminar de darle forma esférica entre las palmas de las manos. Al estar solo en contacto las yemas de los dedos generaremos menos calor sobre el chocolate que si las redondeamos entre las palmas desde el inicio.


Intentaremos trabajar un poco ligero para que el calor de nuestras manos no funda el chocolate y se nos pegue en exceso a las manos. Frotarnos las manos con una ligerísima capa de aceite nos facilitará mucho las cosas. Deberá ser apenas perceptible para no aportar sabor a la mezcla.
11.- Por último las rebozamos bien en el chocolate en polvo.
Podemos presentar las trufas así, tal cual, rebozadas en el chocolate en polvo sobre una bandeja bonita o meterlas en cápsulas de papel de las típicas de bombones. 
Como veis no son excesivamente difíciles de hacer estas trufas y quedan estupendas!! Pero sobretodo, son un verdadero regalo para el paladar!! 



Bolitas de chocolate negro con coco, licor y nueces

El chocolate me pierde!! A quién no? Es casi adictivo jejeje Hoy os propongo un dulce que no por fácil deja de ser exquisito. Encontraréis cientos de recetas de tas bolitas en la Red porque son tan socorridas y tan sumamente fáciles de preparar que vale la pena sorprender a nuestros invitados tras una buena comida o simplemente tenerlas en el congelador para cuando queramos "premiarnos" con un delicioso bocado.
Mañana tenemos en el curro nuestra celebración antes de las Fiestas y he querido preparar este pequeño detalle a mis compañeros. A ver si les gustan. Yo creo que sí. Menudos son!!
Buenos, os cuento como las he preparado. Primeros los ingredientes.

INGREDIENTES (Para unas 30 bolitas aprox.)
  • 250 gramos de chocolate de cobertura. He usado el fondant especial postres (mínimo 55 % de cacao) de la marca Hacendado
  • 150 gramos de leche condensada
  • 150 gramos de coco rallado
  • Un chorrito de brandy o de cualquier otro licor que os guste (opcional y que no pondremos si las preparamos para los niños.
  • Un puñado de nueces peladas (También opcional)

En un recipiente que soporte el calor introducimos el chocolate troceado con la leche condensada. Es mejor trocearlo pequeño para facilitar el fundido y que la mezcla esté menos tiempo al fuego. No conviene calentar en exceso el chocolate fundido ya que nos arriesgamos a que nos quede granuloso.
Lo fundimos al Baño María removiendo de vez en cuando hasta que el chocolate se deshaga totalmente. Cuidado al remover porque el chocolate coge mucha temperatura y las salpicaduras pueden ocasionar quemaduras muy, muy desagradables. También os aconsejo que para poder dejar la cuchara dentro uséis una con mango de madera que os permitirá volver a cogerla al remover sin quemaros.




Cuando esté perfectamente fundido añadiremos si nos gusta un chorrito de algún licor. Esto es opcional, quedan también muy ricas sin el licor y por supuesto, no lo incorporaremos si está previsto que las tomen los niños.
Tened en cuenta que al agregar licor, y a pesar de que pudiera pensarse lo contrario, las bolitas quedarán finalmente más duras al enfriarse la pasta.




Yo he puesto brandy pero puede ser cualquier otro. No demasiado, solo para "tunear" un poquillo!! jejeje ;) y removeremos muy bien para que el licor se reparta por igual en todo el chocolate.
Para que la mezcla no endurezca demasiado es mejor poner en una copita el licor que tenemos pensado añadir al chocolate y no incorporarlo de golpe a la mezcla, si no un par de cucharadas, remover, otro par de cucharadas y así hasta terminar con el licor.

Apartaremos del fuego e incorporaremos 100 gramos de coco rallado removiendo muy bien hasta formar una pasta homogénea.






Dejamos enfriar totalmente en el frigorífico bien tapado el recipiente con un plástico. Tener en cuenta que el chocolate es un elemento muy delicado, rápidamente coge cualquier olor de los alimentos que pueda haber en el frigorífico así que llevad cuidado con este aspecto.
Preparamos las cápsulas de papel para bombones que en este caso son tamaño bastante mini porque se trata de un bocado chiquito que pueda tomarse con los dedos.
Y  ponemos a mano un platito con el resto del coco rallado.




El segundo ingrediente optativo son las nueces. A mí me gusta encontrarme junto con el chocolate un trozo de nuez. Creo que nueces y chocolate hacen una pareja estupenda!! Pero si no tenéis, os apetece hacerlas algo más rápidamente o simplemente preferís que no lleve este fruto seco, simplemente formar las bolas sin las nueces dentro. O incluso podéis si os gustan más usar avellanas tostadas o almendras.
Ahora es cuestión de tomar un trozo de pasta del chocolate abundante con una cucharilla y poner encima un trozo de nuez. Tratamos a continuación de "envolver" la nuez con el chocolate en la misma palma de la mano. Una vez "dentro" redondeamos las bolitas haciéndolas rodar entre las dos palmas de las manos para a continuación "rebozarlas" en coco rallado.
No podéis decirme que no es fácil y rápido. Una lástima no poder transmitir a través de aquí el sabor. Simplemente delicioso!!