INGREDIENTES para dos raciones
- 1 Bolsa de brotes tiernos (o la cantidad que queráis de cualquier tipo de ensalada)
- 2 Rodajas gruesas de queso de cabra de rulo
- Unas cuantas almendras o avellanas tostadas
- Sal
- 2 Cucharada colmada de miel
- 4 Cucharadas de vinagre de manzana
- 1 pizca de pimienta negra recien molida
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN
- Comenzaremos preparando la vinagreta machando en un mortero unas cuantas almendras o avellanas tostadas pero no tanto que forme una pasta, si no dejando que se aprecien los trocitos.
- Agregamos un poquito de sal, la miel, el vinagre, la pimienta negra y el aceite de oliva virgen extra. Removemos bien el conjunto y reservaremos.
- Lavaremos la ensalada y la escurriremos bien o mejor aún, la "centrifugaremos" si tenemos una centrifugadora de verduras. Tened en cuenta que el agua arruina cualquier ensalada, así que escurridla lo mejor que podáis. Ponedla en un bol dónde podáis moverla bien.
- Añadiremos la vinagreta (reservando un poco para poner sobre el queso) . Removeremos bien para que la ensalada se impregne por todas partes y la pondremos en los platos en los que vamos a servirla.
- En una sartén pondremos unas gotas de aceite y calentaremos. Marcaremos las dos rodajas de queso a fuego fuerte. Cuidado al marcar el queso, se nos puede quemar. Dadle la vuelta con una paleta sin demora para que no se nos quede pegado a ella.
- Pondremos encima de cada plato con ensalada una rodaja del queso que acabamos de marcar y rociaremos con una cucharadita de la vinagreta que nos sobró. Serviremos.
CONSIDERACIÓNES: Un consejo, cuando compréis el queso de cabra en rulo una de dos: o lo hacéis en charcutería con lo que el corte será reciente, o, si compráis la bandeja típica en la que suele venir las rodajas de este queso en las vitrinas frigoríficas de las grandes superficies, cercioraos de que el queso no lleva tiempo cortado. Se aprecia perfectamente por la limpieza del corte, la superficie absolutamente blanca, sin mohos ni zonas serecas, con cierta humedad y ninguna "resquebrajadura" (síntoma inconfundible del comienzo de deshidratación)