No está la cosa para tirar nada y menos aún ahora que no debemos salir a comprar más de lo imprescindible. Me sobraron unos filetes de pechuga de pollo a la plancha y he decidido aprovecharlos hoy en esta rica trenza. Evidentemente se podría hacer con cualquier resto de pollo, incluso si ha sobrado del asado.
- Sobras de pechugas de pollo
- Un poco de aceite de oliva virgen extra
- 1 Cebolla mediana
- 1 Cucharada rasa de harina
- 1 vaso de leche
- Sal
- Pimienta blanca
- Nuez moscada
- Lámina hojaldre refrigerada (rectangular)
- 1 Yema de huevo
- Semillas de sésamo (opcional)
No es exactamente una bechamel lo que haremos a partir de aquí pero sí algo parecido. Se trata de "unir" pollo y cebolla ya frita en una salsa espesita con una base de harina dorada y leche.
Cuando veamos que la cebolla está blandita incorporamos una cuchara colmada de harina, removemos y dejamos que se dore un par de minutos para que luego la mezcla no sepa a harina cruda.
Agregamos el pollo troceado y removemos. A continuación echamos la leche fría y removemos bien para evitar grumos. Sazonamos con la pimienta, la nuez moscada ralladita y una pizca de sal.
Irá espesando poco a poco. No dejaremos de remover para evitar que se pegue al fondo de la sartén. En cuanto haya espesado retiramos la sartén del fuego y dejamos que enfríe completamente antes de utilizarla. No dejarla demasiado líquida para impedir que se salga el relleno del hojaldre.
Tampoco conviene esperar a que espese y se torne como una masa de croquetas porque en el proceso de enfriamiento espesará aún más.
Precalentamos el horno a 200º calor por arriba y por abajo.
Justo cuando vayamos a montar la trenza sacamos la masa de hojaldre del frigorífico.
La extendemos y practicamos sobre ella (en sus lados largos) cortes oblícuos en los dos tercios laterales.
Ponemos el relleno de pollo y cebolla en el centro de la lámina de hojaldre (apaisada) cuidando de que no llegue al extremo superior ni inferior.
Las dos últimas tiras las pondremos sobre el relleno antes que las dos penúltimas. De esta manera quedará cerrado el extremo inferior de la trenza. Espolvoreamos con semillas de sésamo.
Otra idea seria envolver individualmente cada ración, pero para ello deberíamos disponer de más láminas de hojaldre.
La extendemos y practicamos sobre ella (en sus lados largos) cortes oblícuos en los dos tercios laterales.
Cerramos las tiras de hojaldre sobre el relleno. Cerrar bien los dos bordes para que, al aumentar la temperatura en el horno, el relleno se salga.
Empezamos a cubrir "volcando" las tiras que hemos practicado en la masa sobre el relleno. Una de un lado y otra del otro. Se irá formando la trenza...Así hasta llegar al final.Las dos últimas tiras las pondremos sobre el relleno antes que las dos penúltimas. De esta manera quedará cerrado el extremo inferior de la trenza. Espolvoreamos con semillas de sésamo.
Con brocha de repostería pintar la superficie del hojaldre con yema de huevo batida.
Esta trenza de pollo está rica, rica recién hecha. Así que a la mesa y a comer! Buen provecho, amigos!
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