Tarta de queso cremosa muy fácil, rápida y deliciosa!

Hace unos días os ofrecía otra tarta de queso, la New York cheesecake. Esta aunque también va al horno, nada tiene que ver en su preparación ni en tiempo de elaboración. Es mucho más fácil, más rápida, no tiene base...tiene una textura radicalmente distinta. Mucho más ligera, más suave, menos densa... Vamos, de esas tartas que suponen una verdadera tentación no servirte más de una ración!
Ya sabéis que hay muchos tipos de tartas de queso. Además de las que no llevan horneado para que cuajen (que esas las veo muy distintas), están las que necesitan horno. Esta es de las que no precisa que elaboremos una base de galleta. Tan solo batir todos los ingredientes y meter al horno. 

Desde que comencé a cocinar de este tipo de tarta de queso siempre he repetido la misma receta. La mía queda muy buena también pero es más consistente, con una textura al enfriarse menos blanda.
La verdad es que hoy cuando me he dispuesto a hacer la tarta no me apetecía repetir una fórmula que llevaba media vida haciendo, quería algún cambio en mi cocina! Y es que esto de estar en casa sin movernos nos exige algo de innovación, de cambio, de... Ay! Afortunados los que tenemos muchas aficiones para entretenernos. Verdad?
Así que me he puesto a buscar en nuestro imprescindible Google y he encontrado esta que os traigo hoy que corresponde a Las Recetas de M.J. Qué simpática es esta mujer! Y qué bien explica...
Me ha gustado su textura, esa cremosidad del centro...a ver si logro reproducirla. El problema es mi horno, como siempre os digo, hace lo que le da la gana. Pero bueno, para ello tengo mi termómetro digital con sonda que me indica a qué temperatura está su interior porque del botón del termostato no puedes fiarte ni un poco. El tema es que mi horno conecta y desconecta el termostato cuando quiere así que tengo que ir subiendo y bajando la temperatura. En fin, hay quién tiene un hijo tonto y yo tengo un horno discolo :)
Veamos primero qué ingredientes precisaremos.
  • 50 grm. queso curado 
  • 150 cl.de Nata líquida para montar
  • 250 grm de queso crema tipo Philadelphia
  • 100 grm de azúcar
  • 4 huevos tamaño  
Comenzamos por precalentar el horno a 220º! Empezamos por poner al fuego la nata líquida para montar. Mientras rallamos el queso manchego y lo incorporamos. Removemos suavemente durante unos minutos a fuego lento hasta que el queso esté totalmente incorporado a la nata. Reservamos y dejamos enfriar.



Mientras podemos ir preparando el molde. Usaremos uno de base desmoldable que forraremos con un pliego de papel de hornear que habremos arrugado completamente y metido un instante debajo del grifo. Lo escurrimos bien y forramos el interior del molde con él.

Lo ideal es una batidora de varillas pero os podréis apañar con la batidora de baso con el accesorio de las varillas, eso sí.
Comenzamos por batir bien el queso. A continuación, despacio, iremos incorporando la mezcla de nata y queso. Luego el azúcar.

Luego iremos agregando los cuatro huevos de uno en uno no añadiendo el siguiente hasta que el interior no esté incorporado perfectamente a la mezcla.
Y ya está! Simplemente volcamos la mezcla en el interior del molde forrado y lo ponemos a hornear en la bandeja de en medio con calor por arriba y por abajo a 220ª durante 20 minutos.


He seguido los pasos que indica MJ tratando (no siempre consiguiendo) tener mi horno a la temperatura exacta durante el tiempo indicado, pero me resulta muy muy difícil. Aún así a los 20 minutos he entreabierto la puerta despacio y he extraído la bandeja para poder zarandear ligeramente el molde y comprobar si el conjunto "temblaba".


He procedido la cocción otros diez  minutos, esta vez a 210º
Me ha dado miedo que estuviera cruda por dentro y he cometido el error de dejarlo cinco minutos más. 
Sacamos la tarta y esperamos a que se enfríe completamente antes de desmoldarlo. Si la metiéramos en el frigorífico la textura se haría más sólida, cambiaría...y lo que atrae de ella es precisamente su cremosidad así que mejor dejarla hasta la hora de consumir en la encimera. Según se enfría puede bajar un poquito. Es normal.
Cuando esté fría del todo retiramos el aro del molde y despegamos de los laterales de la tarta el pape con cuidadito.
Aquí está! Qué buena pinta tiene, eh! Húmeda, blandita, tierna...en su punto de dulzor y en la boca se deshace!

Esta tarta es de las que tiene mucho, mucho peligro porque no llena, te comes un pedazo y no repites porque te moderas pero ganas te dan de no moderarte jajajaja
Animaos. De verdad! Está genial. Es de lo más fácil.
Los cinco minutos que le di por encima de los tiempos marcados en la receta han sido tiempo suficiente para que se cuajara del todo el centro. Aunque hubiera sido solo por "experimentar" (porque en sabor ya es insuperable) no debí de dárselos. La siguiente vez que la haga me ceñiré de forma totalmente fiel a los tiempos.

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