Rodillo de amasar con altura regulable con topes (Discos laterales)

Un buen rodillo de madera de haya para estirar masas es casi imprescindible en la cocina de alguien que hace habitualmente preparados con ellas. No solamente para repostería. Para lograr una masa igualada en altura este rodillo es idóneo. 

Tiene unos discos laterales extraíbles que, dependiendo de la altura que deseemos, ponemos en los dos extremos unos u otros. Los discos llevan grabados la medida de la altura que levantarán el cuerpo del rodillo. Las medidas están en pulgadas y en centímetros, cosa que es de agradecer!

Tengo este rodillo desde hace muchos años y está impecable. En los bazares podemos encontrar algunos realmente baratos pero no son de buenas maderas y el tiempo en que se mantienen en perfectas condiciones no es comparable. Pensemos que los rodillos son instrumentos de cocina que reciben humedad y la madera, si es mala, con esta humedad se deforma y sus fibras no permanecen lisas.

Este rodillo no tiene lógicamente los típicos agarres laterales que quizás para alguna masa dura sirven de apoyo para hacer presión pero a cambio el grosor de la lámina de masa queda totalmente igualada. No hay más que atornillar los discos de la medida que deseemos según el grosor que queramos lograr en sus laterales y el cuerpo del rodillo quedará levantado de la tabla de amasado los milímetros de los discos que hayamos puesto.

Se limpia perfectamente. Eso sí, como todo en la cocina, conviene mantenerlo en buenas condiciones y para ello no es bueno aplazar este asunto demasiado. Es mucho más fácil mientras los posibles restos de masa adheridos a él no estén del todo secas. Si ocurriera, es preferible no rascar ni con instrumentos ni con esponjas abrasivas porque hay el peligro de rayar o hacer hendiduras en la madera. Mejor cubrir los restos con papel húmedo de cocina un rato. Tan pronto se ablanden los podremos retirar sin dificultad alguna.

Una limpieza con esponja suave enjabonada será suficiente para retirar los posibles restos. Eliminamos el jabón. Secamos con papel de cocina. Y una vez bien seco.frotamos la madera con un papel de cocina impregnado en unas gotas de aceite, manteniendo la madera bien hidratada hasta el siguiente uso.
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