Mostrando entradas con la etiqueta Pescados-Mariscos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pescados-Mariscos. Mostrar todas las entradas

Cómo hacer pastel de cabracho (Receta paso a paso)

Ayer veníamos de Madrid y nos apetecía cenar pescado así que al paso entramos en una pescadería. Me traje dos lubinas para preparar a la sal acompañadas de patatas a lo pobre pero al lado había unos cabrachos con un aspecto tentador. No tenía previsto hacer esta receta pero los cabrachos parecian tan frescos... y como hacía mucho que no preparaba este pastel me decidí a comprar un par de cabrachos. 
No es una receta difícil en absoluto (casi ninguna lo es :)) pero sí, lleva un ratito su preparación así que no es un plato que suela preparar un día de diario que se va con más prisas.

Se trata de un pescado con un delicioso sabor que recuerda mucho al marisco pero con mucha espina y si el pescadero te lo prepara convenientemente facilita muchísimo la elaboración de este pastel. 
Por cierto, quizás en la zona dónde viváis este pescado se conozca con otros nombres como escorpena o gallineta. En Cataluña lo encontraréis como "escórpora" y en el País Vasco como kabrarroka.
Le pedí que me sacara dos lomos de cada cabracho y me reservara cabezas y espina central aparte. Hay que ser generosos al comprarlos y aunque suelen estar un poquito subidos de precio debemos pensar que tienen mucho desperdicio y que al final, eliminadas espinas y cabeza, quedará poco pescado limpio.

Este pastel es archiconocido, como lo es su creador, Juan Mari Arzak reconocido cocinero español que introdujo en la carta de su restaurante este plato en 1971 y que se ha convertido ya en todo un clásico!! 
Tengo la manía de no aplazar la elaboración del pescado para el día siguiente. Prefiero cocinarlo tan pronto lo llevo a casa, así tengo la garantía de conservar su frescura. Manía de una jajajaja así que tan pronto llegué a casa me puse a los fogones!


Veamos los INGREDIENTES:
  • 2 cabrachos que pesen en total uno 1200 gramos aproximadamente.
  • 1 Cebolla
  • 1 Puerro
  • 2 Zanahorias
  • 1 Diente de ajo
  • 2 Hojas de laurel
  • 1 copita de vino blanco
  • Sal
  • 700 cc de agua para el caldo corto
  • 250 gramos de tomate frito
  • 250 gramos de nata líquida para cocinar
  • 4 huevos frescos
  • 4 ó 5 pimientos del piquillo
  • 7/8 palitos de cangrejo
  • Una pizca de pimienta blanca.
  • Pan rallado
  • Salsa mahonesa (para acompañar)
  • Tostaditas de pan


Para empezar ponemos a precalentar el horno a uno 180 grados.

Preparamos primero un caldo corto. Para ello introducimos en la olla las hortalizas cortadas en trozos no demasiado pequeños. Añadimos el laurel, el agua y las espinas y cabezas de los cabrachos. Sazonamos con algo de sal y dejamos cocer por espacio de unos 10/15 minutos.

Si vais con prisas se puede poner todo el pescado (tanto cabezas y espinas como los lomos) desde el primer momento a cocer pero yo prefiero que el pescado que finalmente usaré cueza en el caldo corto ya hecho y no en agua solo. Creo que así queda más sabroso. 
Cuando el caldo corto lleva al fuego ya un rato agregamos los lomos del pescado que nos han preparado en la pescadería.

Es mucho más fácil limpiar luego el pescado si lo hacemos así. También puede cocinarse el pescado entero pero luego es mucho más complicado retirar espinas y pieles.
Lo tendremos hirviendo el tiempo necesario para que el pescado se cueza. No demasiado. Ya sabéis que el pescado es una materia muy delicada y que si le aplicamos cocciones demasiado prolongadas acaba secándose, de modo que unos cinco o seis minutos será suficiente. Depende, claro está, del tamaño y la cantidad de pescado que tengamos.

Retiramos del fuego y apartamos medio vaso de este caldo corto de pescado. Yo tengo la precaución de pasarlo por un colador para que no se me "escape" ninguna espina. Lo reservamos.
Sacamos el pescado del caldo y lo dejamos enfriar.

Con el resto de ingredientes vamos a preparar ahora la masa del pastel.
En un bol amplio metemos el tomate frito, la nata liquida para cocinar, los cuatro huevos, los pimientos del piquillo y sazonamos con un poquito de sal y pimienta blanca. Batimos con la batidora de brazo eléctrica hasta obtener una masa fina y homogénea.

Hoy se me hizo ya tarde y lo hice con tomate frito comprado ya hecho pero resulta delicioso cuando lo elaboro con el tomate frito casero que yo misma preparo (Pinchad en el vínculo si queréis ver la receta). Os aconsejo en todo caso que el tomate frito sea bien espeso y si lo compráis elaborado usad una marca que no sea muy líquida porque facilitará el cuajado del pastel.

Ahora ya tendremos suficientemente frío el pescado para manipularlo y eliminar cualquier espina o piel que pueda tener. Este es el punto que alagar la elaboración de este plato. Como decía arriba el cabracho es un pescado con mucha espina y hay que poner un especial esmero en su eliminación si no queremos sorpresas desagradables a la hora de tomar el pastel.
Me sirvo de unas pinzas de cocina que me facilitan muchísimo la extracción de las espinas de la carne del pescado. 

Una vez nos cercioremos de que el pescado ya no tiene piel ni espina alguna lo podemos cortar pequeñito con un cuchillo pero yo prefiero desmigarlo pacientemente con los dedos y lo hago así porque "el tacto" me permite eliminar alguna espina que quizás se me haya pasado en la limpieza anterior.
Cortaremos bien pequeñitos los palitos de cangrejo si nos decidimos a incorporarlos al plato. A mí no me quedaban más que tres así que esos pude añadir pero ya veis que en los ingredientes he puesto 7/8
A continuación incorporaremos el pescado y los palitos troceados a la masa y removeremos bien con un tenedor.

Hay quien bate todos los ingredientes, incluso el pescado desmigados, todo junto. A mí personalmente no me gusta tomarlo así. Creo que se pierde esa deliciosa textura que aportan los trocitos de pescado y que resulta deliciosa cuando se extiende sobre el pan. No es que esté malo si batimos todo junto pero yo lo prefiero así. Al fin de cuentas lo que lleva tiempo es la eliminación de las espinas. Una vez limpio el pescado de ellas, desmigarlo a mano no lleva nada de tiempo.
Tendremos que preparar ahora el molde para la cocción del pastel. Yo uso uno de "pyrex" tipo plum-cake pero podéis usar de silicona si lo tenéis por costumbre  u otros de otras formas o materiales.
Prefiero éste alargado porque a la hora de servir todas las rodajas quedan igual. Uno redondo también valdría pero no suelen usarse de esta forma en este pastel.
Debemos evitar que la preparación se peque así que echamos un chorrito de aceite de oliva en el interior del molde y con una servilleta de papel los extendemos bien por todo su interior cerciorándonos de que no hay zonas sin cubrir de grasa pero eliminando cualquier sobrante.
Espolvoreamos el interior del molde con pan rallado y eliminamos también el sobrante.

Ya tenemos listo el molde para meter la masa del pastel.

Lo vamos a elaborar en el horno al baño María así que conviene taparlo bien para evitar que el agua en ebullición llegue a penetrar en el pastel y nos arruine la preparación.
Yo lo envuelvo en un par de capas de papel de aluminio.
El molde envuelto a su vez se mete en una bandeja en la que quepa ampliamente. Llenaremos de agua poniendo cuidado de no sobrepasar demasiado la altura para que el agua no salpique la preparación. 

He puesto un palillo flotando en el agua para que se aprecie mejor hasta dónde más o menos llegaba el agua.

Y ahora meteremos el conjunto de bandeja con agua y molde en el horno. Lo tendremos cocinándose una hora larga a unos 180 grados.

Os recuerdo que los tiempos de horneados que suelen darse en las recetas son orientativos. Cada horno funciona de una manera y nadie mejor que nosotros pasa saber cómo funciona el nuestro.
En todo caso, antes de sacarlo, levantaremos un poco el papel de aluminio y con una agua pincharemos la preparación. La masa debe estar cuajada pero no reseca. Si vemos que la masa está aún líquida dejaremos unos minutos más la preparación en el horno.
Una vez hecho el pastel sacaremos el molde del agua y lo dejaremos enfriar totalmente antes de desmoldarlo. No es un plato para consumir inmediatamente. Necesita unas horas de reposo por eso es mejor terminar esta receta al día siguiente dejando el molde una vez ha perdido el calor de la cocción, en el frigorífico (tapado para que no se endurezca y reseque la parte superior).
Habréis pensado quizás que no se utiliza el resto del caldo corto y las hortalizas que han servido para su preparación. Pues no. Aquí no se tira nada!!! jajajajja
Veréis cómo aproveché yo anoche estos restos: Saqué las verduritas y las puse en un plato sin liquido alguno. Las rocié con un buen chorro de aceite de oliva virgen y las salpimenté. Frías, acompañadas con unas rodajitas de pan son una tapita deliciosa. Hacedme caso y provadlas, están rebuenas!!

Y con el caldito que sobra, una vez bien colado, agregué un puñadito de fideos de los de tipo "cabello de ángel" (muy finitos) y preparé una sopita deliciosa.

Mañana terminaremos esta receta dejando a la espera el pastel en el frigorífico como os dije antes.
Bueno, tenemos ya el pastel con sus buenas horas de reposo. Totalmente frío. Ahora podremos desmoldarlo fácilmente.
Un pequeño truquillo es comprobar si está adherido a los lados moviendo todo el molde horizontalmente. Si vemos que el "conjunto" se despega con facilidad de los laterales, no hay problema. De lo contrario, con mucho cuidadito, pasamos la hoja de un cuchillo de punta redonda entre el pastel y el recipiente por todo su borde para facilitar la extracción.
Ponemos la bandeja dónde lo vamos a servir encima del molde, bocabajo y damos la vuelta al conjunto.
Et voilà!! Es el momento de decidir cómo queremos servirlo. Lo podemos presentar sencillamente con una capa de mahonesa por encima y cortadas las primeras rodajas dejando entero el resto.
También podemos servirlo sobre unan cama de lechuguita picada muy finita y acompañado con la salsa mahonesa aparte para que cada comensal se sirva a su gusto.

Lo que no debería faltar son unas tostaditas o unas rebanaditas de pan para untar!!
Bueno...pues este es el pastel. Hoy ha quedado delicioso. Cómo nos gusta a nosotros, cuajado pero jugosito y suave de paladar!!
Animaros a hacerlo cuando veáis cabracho en la pescadería. Es verdad que lleva un ratito hacer esta receta pero también es cierto que si no sois muchos en casa y os sobra podéis mantenerlo en el frigorífico durante tres días porque aguanta perfectamente. Eso sí, os aconsejo que lo saquéis del frigo un ratito antes de consumirlo porque ya sabéis que el frío apaga muchos sabores y para degustar el exquisito sabor de este pastel es preferible que se atempere un poco antes de tomarlo. Buen provecho!! ;)

Barquitas de pepino rellenas de paté de palitos de cangrejo (o "surimi")

Hoy no tenía ganas de complicarme la vida en la cocina así que he preparado estas barquitas de pepino rellenas de paté de "surimi" también llamado palitos de cangrejo o sucedáneo de pescado. No he tenido que comprar ninguno de los ingredientes que lleva esta preparación. Los tenía todos en el frigorífico o en el congelador. Tiene un aspecto realmente apetecible. Verdad? Y se prepara en un momento. Es de esas recetas que te llenan un poco más la mesa cuando te viene gente que no esperas a cenar. Queréis saber cómo las preparo? Pues venga!!

INGREDIENTES:

  • palitos de cangrejo
  • cebolleta tierna grandecita (o dos más pequeñas)
  • brandy
  • Mayonesa casera 
  • tomate frito o ketchup
  • Unas gotas de tabasco (opcional)
  • Pepinos españoles pequeñitos (de la variedad que os guste)

Ya sabéis que en España se cultivan fundamentalmente tres variedades de pepinos
El tipo "Almería" u "holandés". Muy alargado, de piel muy lisa, estrecho, de sabor mucho más insípido y que se puede consumir con su piel. Es un pepino que no amarga nada. Este pepino es el que nuestro país dedica fundamentalmente a la exportación..
El francés, un pepino más corto que el tipo holandés pero más rugoso.
Y el tipo español. Es la variedad más corta (entre 10 y 12 cm). Se trata de un pepino bastante rugoso y espinoso.
ELABORACIÓN:
No tiene secreto ninguno:
  1. Con un cuchillo bien afilado cortar muy, muy finitos los palitos de cangrejo. Incorporarlos a un bol.
  2. Agregar la cebolleta finisimamente picada, un chorrito muy pequeño de brandy, una pizca de ketchup o tomate frito, unas gotas de tabasco si os gusta un poquillo picantito y mahonesa.
  3. Remover bien el conjunto.
  4. Lavar los pepinos, secarlos y con un "acanalador" raspar la piel. Esto dependerá de la variedad de pepino que uséis. Los pepinos que compré eran tipo francés así que tenía que eliminar la piel un poco. No me gusta pelarlos del todo por dos razones. La primera porque me parecen mucho más bonitos en el plato con esa "pátina" verdosa que deja la película de piel si no se elimina del todo con un cuchillo. Y en segundo lugar porque me agrada el regustito un poquillo amargo, muy leve, que deja esta parte externa. De ahí que usara un acanalador para más que pelar, "raspar" la piel del pepino dejando una pizca.
  5. Partirlos por la mitad y eliminar el interior todo a lo largo. Yo me he servido del descorazonador de las manzanas. Podéis usar una cucharilla si no tenéis este cacharro en casa. Tendréis así una especie de "barquitas" listas para rellenar.
  6. Solo resta rellenar las barquitas de pepino con el paté de "surimi".

Es una forma de presentar este paté. También podéis servirlo con tostaditas. En verano, fresquito del frigorífico es una delicia!
María.
Te ha gustado esta receta? Por qué no la compartes en tu Facebook o Twitter y así otras personas pueden conocerla? Gracias por visitarme. Un saludo a todos.

Lasaña de gambones al pesto genovés con "burrata", calabacín blanqueado y salsa bechamel. Un plato de auténtico lujo!!!

De lujo. Así es este plato. Os aconsejo que probéis a hacerlo un día en el que dispongáis de tiempo y ganas. No es que sea excesivamente laborioso pero sí, lleva su tiempito hacerlo. Aprovechando el tiempo que nos ofrecen las mañanas de los domingos me he puesto hoy con este lujazo de plato, hoy que no ando tan atareada como suelo estarlo. Meteos en la cocina, poneos el delantal y disfrutad con su elaboración!! Relajados, sin prisas.. es como se disfruta entre fogones. Si programáis los tiempos y aprovecháis la confección de uno de los elementos mientras se va cocinando otro.. no será tanto el tiempo que os lleve su preparación. Vuestros invitados no se decepcionarán con este plato y nosotros, los cocineros, tampoco ajajja
Venga, os dejo esta receta que es del grupo de las de "para quedar como un rey" Porque de verdad que es así, la presentación; el tipo de ingredientes que lleva; la preparación de los distintos elementos que componen el plato..simple pero cuya combinación da por resultado un plato de altura. A ver si os gusta..
INGREDIENTES (Para dos raciones)
  • 6 Láminas de canelones de sémola de trigo duro (tipo "El Pavo")
  • Sal
  • AOVE
  • 10 Gambones o langostinos
  • 1 calabacín pequeño
  • Agua para las cocciones
  • 10 gambones o langostinos de buen tamaño
  • 1  "Burrata "(opcional) Queso cremoso italiano de una textura deliciosa
  • Unas láminas de sal maldon si usamos burrata
Para la salsa Pesto genovese (sale una taza de unos 200 cc)
  • Un puñado de albahaca fresca (solamente las hojas, sin tallos)
  • 90 gramos de AOVE
  • Un puñado de piñones (unos 45 gramos aproximadamente)
  • 1 pellizquito de sal
  • 1 Diente de ajo pequeño
  • 25 gramos de queso parmesano rallado
Para la salsa bechamel
  • 50 gramos de harina
  • 50 gramos de mantequilla
  • 1/2 litro de leche
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Nuez moscada

ELABORACIÓN:
El broche de "suntuosidad" lo aporta a este plato la utilización de un ingrediente que no es fácil de encontrar en España:  "Burrata " (del italiano "burro", es decir, mantequilla y es que este queso es muy cremoso y mantecoso)
Se trata de un queso típicamente italiano y que de momento no es fácil adquirir aquí en España. Yo encontré el otro día en Carrefour en un expositor de productos italiano, así que rápidamente me vino a la cabeza la posibilidad de hacer completa esta receta con la que estamos hoy y aunque ya tenía previsto el menú de algunos días por delante, como se conserva bastante tiempo en el frigorífico dentro de la caja en la que viene pues me traje una pensando en esta preparación.
Es un queso que a mí me parece precioso!! Es también original porque tiene dos texturas, la externa más sólida y bastante gruesecita y un interior cremoso. Como os decía la burrata es un saquito de mozzarella relleno de crema de leche y mozzarella deshilachada. Se comercializa dentro de cajitas de plástico en las que va la burrata con suero en el que debe conservarse hasta su utilización. A la hora de su utilización, se corta la cuerdecita que la ata por arriba y se parte por la mitad. Al abrirse revela su delicioso interior. Ummm...qué corazón tan bonito, tan cremoso.. 
La burrata puede consumirse como acompañamiento o como protagonista del plato, simplemente rociada con pimienta negra recién molida y servida con unos brotes tiernos de ensalada. También casa estupendamente con el tomate maduro. Deliciosa!!
La utilización de burrata es opcional en esta receta, incluso podríamos sustituir la burrata por queso mozarella si nos resulta imposible comprar burrata.
Os voy a poner la elaboración de cada una de las "partes" de esta receta por separado y luego os explicaré el emplatado. Os parece? :)
La pasta
Ponemos a hervir la pasta en abundante agua hirviendo con sal gorda durante quince minutos. Los sacamos con una espumadera del agua y los dejamos sobre un paño de algodón limpio.
Es conveniente, calculando los tiempos, poner la pasta a hervir justo para que la tengamos al menos tibia al emplatar, así contribuirá a que no tomemos el plato demasiado frío.
                                                                       Pesto genovese
A continuación os dejo un resumen para su confección pero si tenéis un rato os aconsejo que visitéis el enlace que os pongo para la elaboración de la salsa dos lineas más arriba. Allí hay algún que otro detalle de su elaboración que puede resultaros interesante. Pinchad en el nombre de la salsa si queréis visitar esta receta.
  • Lavamos y secamos la albahaca. 
  • Hacemos la salsa pesto genovés triturando en un vaso con la batidora eléctrica durante unos segundos (10/12) el aceite de oliva, las hojas de albahaca fresca, los piñones, un pellizquito de sal y un diente de ajo.
  • Paramos la batidora y mezclamos bien con una cuchara. 
  • Volvemos a triturar durante otros cinco o seis segundos.
  • Ponemos el pesto en un bol y le añadimos el queso removiendo bien el conjunto.
  • Dejamos reposar 15/20 minutos el pesto reservándolo  en el frigorífico hasta que vayamos a utilizarlo. 
Los langostinos o gambones
Ahora tenemos que preparar el "relleno", para ello limpiaremos los gambones o langostinos y les eliminaremos la piel sin quitarles la cabeza ni la cola. El hecho de dejarles la cabeza permite que ésta suelte sus jugos en el aceite aportando muchísimo sabor al plato.
En una sartén con una pizca de aceite bien caliente doraremos en una sartén los langostinos a fuego bien fuerte espolvoreando sobre ellos abundante sal gruesa. Solo queremos que se nos doren por fuera conservándose tiernos y jugosos por dentro.
Las láminas de calabacín
Lavamos y secamos bien el calabacín. No lo pelamos porque su piel es muy fina y totalmente comestible. Además, nos dará mucho color al plato.
Pondremos a hervir una cazuela con agua y sal gorda y cuando llegue al punto de ebullición introduciremos en ella las láminas de calabacín apenas unos segundos para que se blanqueen. Las enjuagamos rápidamente en agua fría con hielo y las escurrimos. Reservaremos hasta la hora del emplatado.
Hombre, os diría que se puede utilizar también de bechamel de la que venden en tetrabrick, pero para qué os voy a mentir, el resultado no es ni parecido. La única vez que la he probado me ha parecido una salsa que en poco se asemejaba a una deliciosa y delicada salsa bechamel casera. Pero bueno, no siempre se dispone de todo el tiempo que quisiéramos y os lo comento como recurso a tener en cuenta.
Si os decidís a hacerla vosotros mismos (ya veréis como no os arrepentís del ratito que os lleva prepararla cuando disfrutéis en el plato de su delicado sabor!!)
Os remito para su elaboración al enlace salsa bechamel casera que puse en su día. Si queréis ver como la elaboro yo pinchad en el nombre de la salsa y el enlace os llevará a la receta.
Sí os adelanto que precisamos para este plato una salsa bechamel que no sea demasiado espesa para que envuelva el plato. Tenedlo en cuenta cuando la elaboréis.
El emplatado
Al emplatar podemos incorporar una "Burrata " consiguiendo un plato redondo con ello, o, a falta de ello un poco de queso mozzarella.


Emplatamos como nos guste. Yo lo he hecho así: 
Sobre el centro del plato he comenzado por poner una lámina de canelón, sobre ella una cucharada de salsa bechamel. He extendido sobre la bechamel un poquito de salsa pesto y he colocado a continuación un par de gambones a los que ya les he quitado la cabeza. Perdonad la calidad de esta foto pero andaba apresurada y salvo que estuviera dispuesta a disfrutar de este manjar a una temperatura demasiado fria no pude entretenerme lo necesario para tomar una foto correcta. La pongo de todos modos por si le ayuda a alguién.

De nuevo otra capa de pasta de canelón, bechamel, pesto y langostino. 
Por último, capa de pasta de canelón, bechamel, pesto, un par de láminas de calabacín escaldado.
y la he partido por la mitad sobre un platito. Con unas pinzas de cocina he cogido el interior de una de sus mitades y lo he puesto sobre el calabacín terminando con una pizquita de salsa pesto y sobre la cúpula el último langostino (esta vez con cabeza). Si lo preferimos podemos poner la burrata partida por la mitad al lado de la lasaña, sería otra opción para degustar también su capa externa. Eso ya como prefiráis, a vuestro gusto...
Aquí está el plato: De lujo. Eh!! Pues el paladar supera la vista.. 
María.
Si te gustó esta receta, por qué no la compartes en tu Facebook o Twitter y permites que otras personas la conozcan? Muchísimas gracias por vuestras visitas.

Croquetas de bacalao caseras. Receta paso a paso.

Hay que ver la variedad de croquetas que hacemos. Verdad? De jamón, de carne del cocido, de setas, de atún, de merluza... reconozco que las que más me gustan son estas, las de bacalao. Yo no me canso jamás de ellas. Creo que las croquetas junto con la ensaladilla rusa son los dos platos que podría repetir en mi menú con más frecuencia sin protestar lo más mínimo.
Ya puse hace un tiempo otra entrada de croquetas, entonces fueron croquetas de jamón caseras. Esta vez vamos a hacer estas de bacalao más cremosas aún si cabe. Igualmente crujientes por fuera y con un corazón delicioso!! 
Si algo quiere perseguir este blog es animar a la gente a acercarse a los fogones con el convencimiento de que comer bien y casero aporta mucho más que la inversión que requiere. Me daría por satisfecha si sé que logro que alguien que antes se había limitado a comprar croquetas congeladas me diga que anoche cenó unas deliciosas croquetas caseras hechas por él o ella y que no tienen comparación. Estos sería todo un logro. Porque está tan claro que las prisas y el modo de vida que tenemos hoy en día nos alejan más y más de las elaboraciones caseras, de las cosas hechas despacio y con cariño que me preocupa, la verdad.
Es cierto que tenemos poco tiempo pero muchas veces todo depende de cómo nos organicemos y estoy totalmente convencida que si yo cuento el tiempo que gasto en cocinar en global no es muy superior a quién utiliza generalmente productos precocinados. Sí, alguien puede sorprenderse de esa afirmación pero yo podría argumentar que, por ejemplo, la inversión del tiempo que requieren estas croquetas en efecto no es poco, pero es que en casa (que somos dos) no nos comemos las casi cincuenta croquetas que me han salido de una vez. Tengo ya en mi congelador, preparadas, listas para freir, varias raciones... Así que el tiempo hay que dividirlo por las raciones y evidentemente el cociente que da es mucho más bajo. Esas son las cuentas que yo me hago, amigos. 
Las croquetas son un plato que congela perfectamente. Ponerse a hacer croquetas para una ración solamente no resulta práctico. Precisamente porque se conservan en perfecto estado en el congelador y porque resultan muy prácticas tenerlas a mano para preparar una cena improvisadas o utilizarlas para en un momento de apuro para que nos llene un menú es por lo que cuando me pongo a hacerlas hago una buena cantidad. Sé que me voy a pasar un buen rato hasta tenerlas listas para congelar pero también me aseguro tener un plato que siempre viene bien cocinar cuando no se nos ocurre otra receta, no hemos ido a comprar o sencillamente tenemos ganas de ver una estupenda película en lugar de meternos en la cocina.
Como os digo, hago para varias veces y las congelo de la manera que os explicaré más abajo.
INGREDIENTES como para unas 45/50 croquetas (dependerá del tamaño que las forméis) a mí esta vez me han salido exactamente 45 y no eran de las más pequeñas.
  • 170 gramos de harina
  • 100 gramos de mantequilla
  • 1 diente de ajo 
  • Unas ramitas de perejil (sin tallos, solamente hojas) 
  • 1 cebolla mediana
  • Sal
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra molida
  • 250 gramos de bacalao salado (ya desalado o puesto en remojo previamente)
  • 750 cc de leche entera
  • Aceite de oliva virgen extra para freír.
  • Para el rebozado
    • 2/3 huevos
    • Pan rallado grueso
ELABORACIÓN:
Esta vez he utilizado un bacalao desalado ya, listo para usar, así que no ha sido necesario el remojo previo.
En otras ocasiones uso el bacalao salado, el normal. Cuando es así lo pongo en remojo durante unas horas. No muchas, ni desde el día anterior porque siempre uso migas de bacalao que precisan bastante menos tiempo de remojo que los trozos grandes. No es conveniente dejar el bacalao sin sal alguna teniéndolo desde el día anterior en agua porque acaba por no saber absolutamente a nada. Pondremos a calentar la mantequilla a fuego lento en una cacerola. Mejor en una que sea amplia y poco profunda. A mí en general me gusta más utilizar mantequilla para las croquetas pero cuando son de restos de carne del cocido prefiero hacerlas con aceite. Eso ya os lo dejo a vuestro gusto.
Esta vez simplemente he sacado el bacalao del paquete y lo he troceado muy muy pequeñito y lo he reservado.
  1. Cuando la grasa está caliente incorporaremos el diente de ajo y dejaremos que se dore para añadir a continuación la cebolla cortada muy, muy pequeñita y dejaremos que se poche despacito durante al menos 15 minutos. 
  2. Incorporaremos bacalao desalado y el perejil que tendremos ambos bine picaditos. Lo dejaremos al fuego apenas un minutos, el tiempo suficiente para que el bacalao aporte su sabor a la grasa pero no más porque no nos conviene que el bacalao se haga directamente al fuego mucho tiempo para que no se reseque.
  3. En cuanto tengamos rehogado el bacalao agregaremos la harina y comenzaremos a remover bien con una espátula, enérgicamente, para que la grasa impregne totalmente la harina. Lo dejaremos varios minutos para que la harina se cocine y luego las croquetas no sepan a harina cruda. Este punto es fundamental. La masa resultante al incorporar la harina es espesa, por eso no vamos a utilizar las varillas todavía. La espátula nos valdrá para ir "rompiendo" en trozos la mezcla y que vaya cocinándose por todas partets. 
    El proceso debe ser lento, que vaya cogiendo color poco a poco, no achicharréis la harina. Ir removiendo y veréis que la mezcla de aceite, cebolla, bacalao y harina se va tornando "rubia". Hacer esto es de suma importancia, ya os dije,  sino queréis que vuestras croquetas sepan a harina cruda.
  4. Apartaremos del fuego y dejaremos que se enfríe casi totalmente.
  5. Mientras calentaremos la leche bien caliente.
    Y pondremos de nuevo el roux con la cebolla y el bacalao al fuego. Seguiremos con el fuego bajo. En cuanto veamos que el roux vuelve a ablandarse un poco, enseguida echaremos de golpe toda la leche que tendremos bien caliente,No dejaremos de mover con las varillas todo el conjunto mientras vuelve de nuevo al punto de ebullición. Si lo hacemos enérgicamente, sin parar, no se formará grumo alguno, os lo aseguro. La leche caliente disolverá la mantequilla o el aceite y ésta liberará la harina que se disolverá sin dificultad en la leche caliente. Este es todo el secreto para que no nos salga grumosa. Exactamente igual que al hacer una salsa bechamel. 
  6. Cuando lleve muy poquito rato la leche ya en la cazuela agregaremos  la sal, la nuez moscada rallada en el momento y el pellizco de pimienta negra molida y seguiremos cocinando la masa.
  7. A partir de aquí, solo deberemos dejar que cueza un rato, removiendo el conjunto por todos lados para que no se pegue al recipiente.
    Con un cuarto de hora escaso será suficiente. Comprobaremos que la bechamel va "separándose" de las paredes del recipiente y de su fondo. 
    • Cuidado!! Trabajad estos minutos a fuego mínimo, de lo contrario habrá mucha evaporación y conseguiréis una bechamel tan espesa que resultarán unas croquetas muy "mazacotes". Pensad que al enfriarse, la bechamel espesará más y facilitará las cosas a la hora de formar las croquetas.
    • Cuando tras estos 10/15 minutos la bechamel esté en su punto retiraremos la cazuela del fuego y volcaremos el contenido en un recipiente para que se enfríe cubriéndolo inmediatamente con film plástico de cocina para que no cree costra dura en la parte superior de la masa al enfriarse ésta.
  8. Es preferible no trabajar las croquetas el mismo día que hacemos la bechamel. Dejarla enfriar sobre la encimera y luego meterla el frigorífico hasta el día siguiente.
  9. Durante la jornada siguiente procederemos a formar las croquetas. Esta vez he usado un dosificador de helados de tamaño pequeño (de 4,3 cm de diámetro)
     que compré el otro día y que me ha ido estupendamente para que el tamaño de mis croquetas sea casi idéntico. jajajaj Reconozco que cuando tomo "pellizcos" de masa a mano comienzo haciéndolas pequeñas pero luego, poco a poco, voy aumentando el tamaño...en fin, creo que eso nos pasa un poco a todos. A que sí?
  10. A continuación deberemos darles una cobertura de pan rallado, huevo bien batido y pan rallado de nuevo. Me ayudo de un "aparatejo"
    especial para sacar del huevo las croquetas y cuya fotografía os pongo aquí abajo. Me va estupendo porque permite que el huevo escurra bien antes de poner la croqueta sobre el pan rallado y me ensucia menos éste. Esta "doble cobertura" permite que la masa interior de la croqueta al freírse esté mucho más protegida y sea más difícil de que se nos abran.
  11. Dejaremos reposar una media hora las croquetas rebozadas.
  12. las freiremos en abundante aceite bien caliente hasta que estén doradas. Tened en cuenta que es tema principal el que no echéis demasiadas croquetas de una vez sobre el aceite caliente. Para que la cobertura quede crujiente la temperatura del aceite deberá ser constante y si introducimos muchas croquetas a la vez el aceite se enfriará con lo que la capa de pan rallado absorberá el aceite y nos quedarán grasientas. También es importante que el aceite cubra toda la croqueta y que no tengamos que darles la vuelta para que se doren por el otro lado. Una vez fritas las pondremos sobre papel de cocina antes de servirlas.
Sé que tengo pendiente colgar una entrada dedicada exclusivamente a las mil consideraciones a tener en cuenta para que las croquetas queden deliciosas y bonitas a la vista. Lo prometido es deuda y un día de estos que ande menos liada os detallaré muchos consejos. 


Creo que con estas reglas básicas pueden animarse quién no haya hecho nunca este manjar conocido por todos y que a todos gusta.
María.
Espero que os hayan gustado estas croquetas de bacalao caseras. Si es así, agradecería que lo compartas en tu Facebook o en tu Twitter. Un abrazo a todos y muchas gracias por vuestras visitas.