Vamos con este a ver si contribuye a que más gente se anime con ellos.
Cuando compremos el cordero, pediremos al carnicero que nos de un par de "golpes" en la paletilla (la que compramos, no en la nuestra, claro jeje) pero sin llegar a seccionar del todo. Se puede preparar de igual forma la pierna del cordero pero en casa no somos más que dos y, además, me gusta más la paletilla porque me resulta más jugosa y tierna que la pierna.
INGREDIENTES (para dos)
- 1 Paletilla de cordero
- Sal
- Pimienta negra molida
- Manteca de cerdo ibérica
- 1 cebolla
- 2 hojas de laurel
- Unos granos de pimienta negra entera
- 1/2 limón
- 2 dientes de ajo
- 1 litro escaso de agua
- 2 patatas gordas
ELABORACIÓN DEL ASADO
- Precalentaremos el horno a su máxima potencia. Con calor por arriba y por abajo.
- Antes de comenzar a cocinar la paletilla prepararemos el caldo corto con el que iremos regando el asado. Lo haremos así:
Pelaremos la cebolla y la trocearemos grande. Los dientes de ajo los pelaremos y le daremos un golpe con la maza del mortero o con la hoja de un cuchillo ancho pero sin llegar a romperlos en trozos, solo lo suficiente para que se produzca alguna abertura en ellos y extraigan mejor su sabor.
Tomaremos una olla con un litro escaso de agua y le agregaremos los ajos, la cebolla, el medio limón un poco exprimido en ella, las bolas de pimienta negra y un poco de sal.
Dejaremos que hierva durante un cuarto de hora. Pasado el cual colaremos este caldo corto y lo reservaremos.
Ahora salpimentaremos la pieza de carne por ambas caras.
En un pequeño recipiente pondremos un poquito de manteca de cerdo ibérica para que se funda y sea más fácil extenderla. No necesitaremos mucha porque el cordero ya de por sí lleva su grasa así que con poca tendremos bastante. La suficiente para con una brocha "pintar" la paletilla por los dos lados para favorecer el dorado ya dentro del horno.
Meteremos en el horno caliente (al máximo de temperatura) la paletilla y dejaremos que se dore muy bien por uno de los lados, dándole la vuelta después para que se dore por el otro.
Cuando la paletilla esté dorada por ambos lados bajaremos el calor del horno a unos 180 grados aproximadamente para que se haga lentamente.
A partir de aquí y cada 15 minutos aproximadamente echaremos un cazo del caldo sobre la bandeja (no sobre la carne) y con un cucharón "rascaremos" el fondo al que se irán adhiriendo la sustancia que va echado la carne. Mezclaremos así este fondo con el caldo y será con esta mezcla con la que regaremos la carne.
El truco para que el asado nos quede jugoso y tierno consiste en que jamás se quede seco, de ahí la importancia de vigilarlo cada rato para ir agregándole cucharones de caldo según vaya evaporándose el líquido dentro del horno.
El tiempo que tardará en estar listo dependerá en buena medida de la calidad y edad del cordero y por supuesto de las características de nuestro horno. Si no es cordero lechal suele tardar unas dos horas, pero ya digo, depende.
Aproximadamente a la mitad del tiempo limpiaremos escrupulosamente dos patatas bien gordas. A mí me gusta comer las patatas asadas con piel, de ahí que las lave bajo el chorro de agua del grifo con un cepillo de uñas que tengo reservado exclusivamente para la cocina. Así quedan perfectamente limpia la piel y puede comerla quién le guste asada.
Las partiremos longitudinalmente por al mitad y las añadiremos al asado. Regándolas a partir de aquí cada vez que hagamos lo propio con la carne.
Eso es todo, no hay más trucos!! El cordero asado con este líquido en el fondo de la bandeja quedará jugoso y tierno. Nada seco.
A la hora de servir dividid el cordero en tantas porciones como comensales haya y acompañadlo de las patatas asadas. Regamos todo con el exquisito fondo que se habrá formando durante el asado. No hay cosa más deliciosa que esta salsita...ummm Os animo a que probéis este asado!! Ya me contaréis.