Desde que hace años hice por primera vez mantequilla en casa no he vuelto casi a comprar ninguna de las que se comercializan.
Y aunque siempre tengo en el frigorífico una tarrina del super, es raro que use alguna que no sea la que yo misma preparo en un momento salvo que me pille sin nata para montar en el frigorífico.
Es tan fácil que no me da pereza prepararla en un instante. Tengo como resultado una mantequilla sabrosa, riquísima y sin conservante alguno. Un lujo, vamos.
Por curiosidad he comparado el precio de una tarrina de 250 gramos de mantequilla La Asturiana (que es la que yo tengo en el frigorífico para que me saque de un apuro) y el precio del tetrabrick de 500 ml de nata líquida para montar que he usado para hacer la que os presento en esta receta. He obtenido 170 gramos de mantequilla de un tetrabrick de nata liquida La Asturiana. Es cierto que sale una pizca más cara que la comprada pero la diferencia en 250 gramos no llega al medio euro. Teniendo en cuenta que no uso en grandes cantidades salvo en recetas puntuales, creo sin duda que merece la pena hacerla nosotros mismos.
Vamos a tardar más en preparar la mise en place que en hacerla. Ya veréis!
Qué necesitamos? Muy poco!
- 500 ml. de nata líquida para montar (con al menos 35,1 MG)
- 5 gramos de sal Maldon (o sal común de cocinar)
El sabor y calidad de la mantequilla dependerá directamente de la calidad de la nata montar que usemos en su preparación. Ahí sí que os aconsejo que no escatiméis. Comprad una buena marca y algo de suma importancia. Cuánta más materia grasa tenga, mucho mejor. Necesitaremos que sea una nata de al menos 35,1% de M.G.y que esté muy, muy fría.
Un recipiente para batir (que esté bien frío), un colador, un tenedor, un par de boles y una batidora de varillas eléctrica completan el equipo. Ah! y unos quince minutos de tiempo en total.
No os aconsejo que tratéis de hacer la mantequilla con unas varillas. No es que no se consiga pero tardaréis muchísimo más y sobretodo, acabaréis con un dolor de brazo importante.
Es preferible la batidora de brazo con el accesorio de las varillas (con las cuchillas no se puede) aunque lo ideal para mí es una batidora eléctrica de varillas como la que os muestro en las fotografías.
No es mucho. Verdad?
Vamos a empezar. No abráis el tetrabrick por la parte superior como sería lo habitual. Hacedlo por la parte inferior del envase. La nata líquida para montar al estar a veces varios días en los estantes de los supermercados o en nuestro frigorífico, se deposita en el fondo la materia grasa y sobre ella está la nata más líquida. Si vaciáis el contenido del tetrabrick por el tapón, es fácil que la grasa quede abajo y sea difícil de extraer.
Moved antes de abrirlo vigorosamente unos instantes y luego verter en el recipiente que uséis para hacer la mantequilla.
Comenzamos a batir. Inicialmente la nata seguirá apenas espesa pero al poco rato comenzará a tomar cuerpo.
y en unos 5/6 minutos veremos que lo que tenemos en el cacharro es nata montada! Exacto. La que usaríamos para tomar unas fresas o usarla en el relleno de una tarta.
Sigamos batiendo. Veremos que el volumen de la nata decrece considerablemente. Comprobamos que pierde la suavidad anterior, que se vuelve algo más "grumosa". Eso es buen indicativo.
Ayudándonos de una espátula, bajamos los restos de nata adheridos a las paredes del recipiente.
Seguimos batiendo. El nivel de la nata sigue bajando y el color se torna mucho más amarillento. Ya estamos casi!
Un par de minutos más y comprobaremos como la grasa se ha separado y en el fondo aparece el suero de la leche. Ya tenemos mantequilla por un lado y el suero de leche por el otro (Un verdadero buttermilk)
Como curiosidad os diré que actualmente (por ejemplo el que vende la cadena Lidl) lo que suele estar a la venta es leche semidesnatada fermentada con bacterias)
Colamos la mezcla poniéndola en un colador sobre un bol. Iremos removiendo la mantequilla aplástándola contra las paredes del colador. El suero irá cayendo al bol. Un poco de paciencia. Se trata de extraer la mayor cantidad posible de suero.
Ese suero sería un pecado tirarlo. Se puede conservar un par de días en un recipiente hermético en el frigorífico. Tiene un alto valor nutritivo y contiene muchas proteínas. Sirve para preparaciones de bizcochos porque aporta esponjosidad y suavidad, se puede añadir a batidos de frutas, para a salsas...
A continuación echamos sobre la mantequilla una buena cantidad de agua bien fría y aplastamos con el tenedor a la vez que tratamos de voltear varias veces la mantequilla para que vaya saliendo todo el líquido posible y la mantequilla quede lo más limpia posible de suero.
Repetimos la operación dos o tres veces más hasta que el agua que quede en el fondo del bol sea transparente. La mantequilla ya estará suficientemente lavada.
Es el momento de agregar la sal si preferimos que nuestra mantequilla tenga un puntito salado. También podemos añadir pimienta negra, hierbas, etc.
Iremos estrujando muy bien entre las manos la mantequilla. Irá saliendo el poco agua que queda dentro de ella. Seguimos aplastando entre las manos hasta que creamos que la sal se ha repartido homogéneamente en la mantequilla y no salga más agua.
Si no tenéis las manos demasiado calientes (y esto en invierno o incluso ya en este momento del año es lo habitual si trajinamos con agua fría) la mantequilla apenas se os pegará a las manos. En todo caso, una vez terminado el proceso con un buen jabón desaparecerá de nuestras manos la grasa fácilmente.
Solo resta meterla en el recipiente que prefiramos. Que sea hermético, eso sí. A veces utilizo los envases de mantequilla que compro una vez vacíos. Los lavo bien y los reservo para este menester. Y al frigorífico!
Se conservará sin problema una semana si tenemos la precaución de volver a meterla tan pronto hayamos terminado de untarla sobre las tostadas o de usarla en la preparación que toque ese día.
Os invito a que probéis. De verdad que merece la pena. Tendréis una mantequilla mucho mejor que la que podéis conseguir en cualquier supermercado y tendréis la satisfacción de haberla preparado vosotros mismos en tan solo un cuarto de hora.
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