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Cómo se hacen los ñoquis de patata caseros (Gnocchi) al pesto

Los Gnocchi (Ñoquis) son de esos platos de la cocina sencilla, sin pretensiones cocinada desde siempre en las hogares italianos. Pueden servirse con una Salsa de tomate casera o simplemente con un riquísimo pesto verde (también llamado "Pesto alla Genovese" ) . 
Hoy los voy a hacer con un o "Pesto alla Siciliana" (también llamado pesto "Rosso" o rojo) para el que solo nos llevará unos minutos su confección.
Debo reconocer que lo que aquí se comercializa como "Gnocchi" o Ñoquis (como los conocemos) a mí me parece un engrudo intragable. Estos ñoquis caseros son otra cosa. Nada que ver. Suaves, blanditos...delicados...
Por si alguien no lo sabe los ñoquis no son exactamente pasta pero se suelen agrupar con ellas aunque estén hechos a base de patata y harina. Tampoco peséis en cuanto a lo laborioso de su confección en lo que supone hacer pasta casera. Son mucho más fáciles de elaborar que la pasta. Os explico el modo de hacerlos y veréis que es un momento. Sin maquinitas. Un tenedor es todo lo que precisaréis y eso si os gustan con la típica "impronta" de él porque hay quienes los hacen simplemente tal como quedan tras cortarlos.





INGREDIENTES:
  • 1/2 kg de patatas hervidas con su piel
  • 150 gramos de harina
  • 1 yema de huevo
  • Sal fina
  • Nuez moscada molida en el momento
  • Agua para la cocción
  • Sal gruesa para la cocción
ELABORACIÓN:
  • En una olla amplia con agua y sal gorda ponemos a hervir las patatas bien lavadas con su piel. Las dejamos que vayan ablandándose a fuego moderado y cuando están bien tiernas las escurrimos, pelamos y troceamos.
  • Las pasamos por un pasapuré sobre un bol amplio
  • Añadimos la harina, la pizquita de sal fina, la yema de huevo y rallamos en el momento un poco de nuez moscada.
  • Con una cuchara mezclamos bien el conjunto
  • Volcamos sobre la encimera los ingredientes mezclados.

  • Sobre la encimera previamente espolvoreada con un poco de harina trabajamos la mezcla hasta que nos quede una masa homogénea, bien lisa y que no se nos pegue a las manos.

La cantidad de harina que figura aquí es indicativa. Dependerá de la variedad de patata que usemos, del agua que haya absorbido las patatas, del tamaño de la yema..en fin, ya sabéis, eso vuestras propias manos os lo dirán. Si comprobáis que la masa "os pide más harina" agregadle un poco más y seguir amasando. No añadáis demasiada harina de golpe, echad solo un poquito y amasad. 
Cuando veáis que la masa está homogénea y suave dejadla reposar un rato en la propia encimera tapada con un trapo de algodón bien limpio.
  • Una vez ha reposado cortamos trozos de masa y formamos una especie de "churritos" de 1,5/2 cm. de diámetro.
  • Con ayuda de un cuchillo (en la foto aparece una rasqueta de repostería que también funciona bien para este menester) cortamos estos churritos en trocitos de unos 2 cm. escasos. El tamaño dependerá de vuestro gusto, yo los prefiero más bien chiquitines.
  • Sobre los dientes de un tenedor pasamos cada uno de los ñoquis y los hacemos rodar para que el tenedor quede marcado en la superficie de los ñoquis.
  • Pondremos una olla a cocer con agua y sal gorda y en el momento en que llegue a hervir añadiremos los ñoquis. No tadarán nada en hacerse. Sabremos cual es el momento de retirarlos con una espumadera porque subirán a la superficie, esa será la prueba de que ya están cocidos.
Para que tengáis una idea de la cantidad por persona que precisaréis os diré que una ración abundante está en torno a los 125 gramos. Pensad que los ingredientes básicos de los ñoquis son patata y harina, dos elementos que llenan bastante.
Solo nos resta agregarles la salsa que deseemos. Como os decía hoy he decidido tomarlos con una salsa  pesto rosso para cuya elaboración podéis consultar esta entrada que os pongo a continuación: "Pesto alla Siciliana" o Pesto "Rosso"

María.

Muchas gracias por visitarme. Estaré encantada de que compartáis esta receta en vuestro Facebook o Twitter si os ha gustado. 

Lasaña de gambones al pesto genovés con "burrata", calabacín blanqueado y salsa bechamel. Un plato de auténtico lujo!!!

De lujo. Así es este plato. Os aconsejo que probéis a hacerlo un día en el que dispongáis de tiempo y ganas. No es que sea excesivamente laborioso pero sí, lleva su tiempito hacerlo. Aprovechando el tiempo que nos ofrecen las mañanas de los domingos me he puesto hoy con este lujazo de plato, hoy que no ando tan atareada como suelo estarlo. Meteos en la cocina, poneos el delantal y disfrutad con su elaboración!! Relajados, sin prisas.. es como se disfruta entre fogones. Si programáis los tiempos y aprovecháis la confección de uno de los elementos mientras se va cocinando otro.. no será tanto el tiempo que os lleve su preparación. Vuestros invitados no se decepcionarán con este plato y nosotros, los cocineros, tampoco ajajja
Venga, os dejo esta receta que es del grupo de las de "para quedar como un rey" Porque de verdad que es así, la presentación; el tipo de ingredientes que lleva; la preparación de los distintos elementos que componen el plato..simple pero cuya combinación da por resultado un plato de altura. A ver si os gusta..
INGREDIENTES (Para dos raciones)
  • 6 Láminas de canelones de sémola de trigo duro (tipo "El Pavo")
  • Sal
  • AOVE
  • 10 Gambones o langostinos
  • 1 calabacín pequeño
  • Agua para las cocciones
  • 10 gambones o langostinos de buen tamaño
  • 1  "Burrata "(opcional) Queso cremoso italiano de una textura deliciosa
  • Unas láminas de sal maldon si usamos burrata
Para la salsa Pesto genovese (sale una taza de unos 200 cc)
  • Un puñado de albahaca fresca (solamente las hojas, sin tallos)
  • 90 gramos de AOVE
  • Un puñado de piñones (unos 45 gramos aproximadamente)
  • 1 pellizquito de sal
  • 1 Diente de ajo pequeño
  • 25 gramos de queso parmesano rallado
Para la salsa bechamel
  • 50 gramos de harina
  • 50 gramos de mantequilla
  • 1/2 litro de leche
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Nuez moscada

ELABORACIÓN:
El broche de "suntuosidad" lo aporta a este plato la utilización de un ingrediente que no es fácil de encontrar en España:  "Burrata " (del italiano "burro", es decir, mantequilla y es que este queso es muy cremoso y mantecoso)
Se trata de un queso típicamente italiano y que de momento no es fácil adquirir aquí en España. Yo encontré el otro día en Carrefour en un expositor de productos italiano, así que rápidamente me vino a la cabeza la posibilidad de hacer completa esta receta con la que estamos hoy y aunque ya tenía previsto el menú de algunos días por delante, como se conserva bastante tiempo en el frigorífico dentro de la caja en la que viene pues me traje una pensando en esta preparación.
Es un queso que a mí me parece precioso!! Es también original porque tiene dos texturas, la externa más sólida y bastante gruesecita y un interior cremoso. Como os decía la burrata es un saquito de mozzarella relleno de crema de leche y mozzarella deshilachada. Se comercializa dentro de cajitas de plástico en las que va la burrata con suero en el que debe conservarse hasta su utilización. A la hora de su utilización, se corta la cuerdecita que la ata por arriba y se parte por la mitad. Al abrirse revela su delicioso interior. Ummm...qué corazón tan bonito, tan cremoso.. 
La burrata puede consumirse como acompañamiento o como protagonista del plato, simplemente rociada con pimienta negra recién molida y servida con unos brotes tiernos de ensalada. También casa estupendamente con el tomate maduro. Deliciosa!!
La utilización de burrata es opcional en esta receta, incluso podríamos sustituir la burrata por queso mozarella si nos resulta imposible comprar burrata.
Os voy a poner la elaboración de cada una de las "partes" de esta receta por separado y luego os explicaré el emplatado. Os parece? :)
La pasta
Ponemos a hervir la pasta en abundante agua hirviendo con sal gorda durante quince minutos. Los sacamos con una espumadera del agua y los dejamos sobre un paño de algodón limpio.
Es conveniente, calculando los tiempos, poner la pasta a hervir justo para que la tengamos al menos tibia al emplatar, así contribuirá a que no tomemos el plato demasiado frío.
                                                                       Pesto genovese
A continuación os dejo un resumen para su confección pero si tenéis un rato os aconsejo que visitéis el enlace que os pongo para la elaboración de la salsa dos lineas más arriba. Allí hay algún que otro detalle de su elaboración que puede resultaros interesante. Pinchad en el nombre de la salsa si queréis visitar esta receta.
  • Lavamos y secamos la albahaca. 
  • Hacemos la salsa pesto genovés triturando en un vaso con la batidora eléctrica durante unos segundos (10/12) el aceite de oliva, las hojas de albahaca fresca, los piñones, un pellizquito de sal y un diente de ajo.
  • Paramos la batidora y mezclamos bien con una cuchara. 
  • Volvemos a triturar durante otros cinco o seis segundos.
  • Ponemos el pesto en un bol y le añadimos el queso removiendo bien el conjunto.
  • Dejamos reposar 15/20 minutos el pesto reservándolo  en el frigorífico hasta que vayamos a utilizarlo. 
Los langostinos o gambones
Ahora tenemos que preparar el "relleno", para ello limpiaremos los gambones o langostinos y les eliminaremos la piel sin quitarles la cabeza ni la cola. El hecho de dejarles la cabeza permite que ésta suelte sus jugos en el aceite aportando muchísimo sabor al plato.
En una sartén con una pizca de aceite bien caliente doraremos en una sartén los langostinos a fuego bien fuerte espolvoreando sobre ellos abundante sal gruesa. Solo queremos que se nos doren por fuera conservándose tiernos y jugosos por dentro.
Las láminas de calabacín
Lavamos y secamos bien el calabacín. No lo pelamos porque su piel es muy fina y totalmente comestible. Además, nos dará mucho color al plato.
Pondremos a hervir una cazuela con agua y sal gorda y cuando llegue al punto de ebullición introduciremos en ella las láminas de calabacín apenas unos segundos para que se blanqueen. Las enjuagamos rápidamente en agua fría con hielo y las escurrimos. Reservaremos hasta la hora del emplatado.
Hombre, os diría que se puede utilizar también de bechamel de la que venden en tetrabrick, pero para qué os voy a mentir, el resultado no es ni parecido. La única vez que la he probado me ha parecido una salsa que en poco se asemejaba a una deliciosa y delicada salsa bechamel casera. Pero bueno, no siempre se dispone de todo el tiempo que quisiéramos y os lo comento como recurso a tener en cuenta.
Si os decidís a hacerla vosotros mismos (ya veréis como no os arrepentís del ratito que os lleva prepararla cuando disfrutéis en el plato de su delicado sabor!!)
Os remito para su elaboración al enlace salsa bechamel casera que puse en su día. Si queréis ver como la elaboro yo pinchad en el nombre de la salsa y el enlace os llevará a la receta.
Sí os adelanto que precisamos para este plato una salsa bechamel que no sea demasiado espesa para que envuelva el plato. Tenedlo en cuenta cuando la elaboréis.
El emplatado
Al emplatar podemos incorporar una "Burrata " consiguiendo un plato redondo con ello, o, a falta de ello un poco de queso mozzarella.


Emplatamos como nos guste. Yo lo he hecho así: 
Sobre el centro del plato he comenzado por poner una lámina de canelón, sobre ella una cucharada de salsa bechamel. He extendido sobre la bechamel un poquito de salsa pesto y he colocado a continuación un par de gambones a los que ya les he quitado la cabeza. Perdonad la calidad de esta foto pero andaba apresurada y salvo que estuviera dispuesta a disfrutar de este manjar a una temperatura demasiado fria no pude entretenerme lo necesario para tomar una foto correcta. La pongo de todos modos por si le ayuda a alguién.

De nuevo otra capa de pasta de canelón, bechamel, pesto y langostino. 
Por último, capa de pasta de canelón, bechamel, pesto, un par de láminas de calabacín escaldado.
y la he partido por la mitad sobre un platito. Con unas pinzas de cocina he cogido el interior de una de sus mitades y lo he puesto sobre el calabacín terminando con una pizquita de salsa pesto y sobre la cúpula el último langostino (esta vez con cabeza). Si lo preferimos podemos poner la burrata partida por la mitad al lado de la lasaña, sería otra opción para degustar también su capa externa. Eso ya como prefiráis, a vuestro gusto...
Aquí está el plato: De lujo. Eh!! Pues el paladar supera la vista.. 
María.
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Como se hace la "salsa pesto alla genovese" Pesto a la genovesa (Salsa italiana a base de albahaca fresca, piñones, aceite, ajo y queso parmesano)

En otro ocasión os explicaré como hago yo la "Salsa pesto rosso" siciliana (la que lleva en su elaboración tomates secos) hoy nos dedicaremos a preparar una deliciosa salsa pesto genovese. Una salsa de sabor rotundo y delicioso que es el acompañamiento de infinidad de platos entre los que figura por supuesto las pastas italianas.
En la elaboración de muchos platos existen ingredientes que frecuentemente podemos sustituir por otros, no es el caso de la albahaca fresca. El sabor de esta hierba fresca es tan especial que os aconsejo encarecidamente que no intentéis sustituirla por la albahaca seca que se suele vender el bote. Ambos aromas y sabores no se parecen en nada en absoluto. Dejad para otra ocasión la realización de esta salsa si no disponéis de la albahaca fresca. De verdad!!
Es cierto que no siempre tienen a la venta en las verdulerías manojos de albahaca. Yo suelo encontrar en cajitas de plástico, junto al perejil y la hierba buena, en grandes superficies como Carrefour o en Mercadona.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de confeccionar esta salsa es el encarecimiento de la misma dependiendo de qué tipo de piñón utilicemos. Aunque hay varias variedades de pinos que producen piñones comestibles, en España se conocen y se comercializan fundamentalmente dos: El piñón procedente de Pinus Pinea y el que procede de la variedad Pinus Koraiensis. Tened en cuenta que son muy distintos en dos aspectos. Seréis vosotros los que tendréis que decidir la elección entre ambos, con sus ventajas y sus inconvenientes.
El más alargado (a la izquierda de la fotografía situada más abajo), más grande y de mucha mejor calidad por el aroma y sabor es el piñón que procede del Pinus Pinea. Al que llamamos "Piñón blanco español" y que exportamos al resto del mundo. Sin duda se trata de un piñón de extraordinaria calidad. Eso sí, exageradamente caro!! Yo, desde aquí quiero hacer una defensa a ultranza de los productos españoles cuando éstos son de mucha más calidad que otros y que muchas veces son poco conocidas sus ventajas o son poco valorados. Así que he optado por elaborar este pesto con nuestro piñón blanco español.
El otro, el que conocemos como "Piñón chino" (a la derecha de la foto situada más abajo) proviene de las piñas del Pinus Koraiensis. Es mucho más pequeño, redondo y mucho menos aromático. La única ventaja es la sustancial diferencia en cuanto a precio. Mucho más barato que el primero, sin duda!!
El resto de ingredientes es de fácil localización.
Vamos con el pesto genovés..
INGREDIENTES: (Para una taza de unos 200 cc)
  • Un puñado de albahaca fresca (solamente las hojas, sin tallos)
  • 90 gramos de AOVE
  • Un puñadito  de piñones (45 gramos aproximadamente)
  • 1 pellizquito de sal gorda
  • 1 Diente de ajo pequeño
  • 25 gramos de queso parmesano rallado

ELABORACIÓN:
Lavamos y secamos la albahaca. 
  1. Hacemos la salsa pesto genovés triturando en un vaso con la batidora eléctrica durante unos segundos (10/12) el aceite de oliva, las hojas de albahaca fresca, los piñones, un pellizquito de sal gorda y un diente de ajo. Utilizaremos sal gruesa porque ayuda a mantener la albahaca durante varios días sin perder su color verde.
  2. Paramos la batidora y mezclamos bien con una cuchara. Volvemos a triturar durante otros cinco o seis segundos.
  3. Ponemos el pesto en un bol de cristal y le añadimos el queso parmesano rallado en el momento removiendo bien el conjunto. Nunca utilizaremos el pesto en un cuenco de acero inoxidable porque provocaría que la albahaca perdiera el color y se tornara gris. Lo mezclamos a mano porque en la batidora el queso se quemaría y haría pelotitas. 
  4. Dejamos reposar 15/20 minutos el pesto reservándolo  en el frigorífico hasta que vayamos a utilizarlo
Y ya tenemos listo nuestro pesto casero para utilizarlo en la elaboración que precisemos. Como habéis visto rápido y fácil pero sobretodo, nada que ver en sabor a lo que venden como tal en botes que dios sabe lo que llevará dentro!! Disfrutad de su aroma..os encantará.
María.
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La "Burrata" un queso italiano fresco y cremoso

El otro día compré una burrata. La precisaba para la elaboración de un plato que tomaremos el próximo domingo así que aprovecho para presentar este queso italiano delicioso a quienes no lo conozcáis. 
Se trata de un queso típicamente italiano y que de momento no es fácil adquirir aquí en España. Yo encontré el otro día en Carrefour en un expositor de productos italiano, así que rápidamente me vino a la cabeza la posibilidad de hacer Lasaña de gambones al pesto genovés con "burrata", calabacín blanqueado y salsa bechamel  y aunque ya tenía previsto el menú de algunos días por delante, como se conserva algunos días en el frigorífico dentro de la caja en la que viene pues me traje una pensando en esa preparación. 
Es un queso de pasta cocida, amasado a base de leche de búfala que se presenta en forma de pequeño saquito relleno de leche fresca y que suele llevar en su parte superior un nudo. 
Un queso muy cremoso y de textura untuosa que en algún aspecto se asemeja a la mozzarella. Diferenciándose de ella en que es mucho más perecedero
Es un queso que a mí me parece precioso!! Es también original porque tiene dos texturas, la externa más sólida y bastante gruesecita y un interior cremoso.  Como os decía la burrata es un saquito de mozzarella relleno de crema de leche y mozzarella deshilachada. Se comercializa dentro de cajitas de plástico en las que va la burrata con suero en el que debe conservarse hasta su utilización.
A la hora de su utilización, se corta la cuerdecita que la ata por arriba y se parte por la mitad.
Al abrirse revela su delicioso interior. Ummm...qué corazón tan bonito y tan cremoso..
La burrata puede consumirse como acompañamiento o como protagonista del plato, simplemente rociada con unas escamas de sal Maldon y espolvoreada con pimienta negra recién molida y servida con unos brotes tiernos de ensalada. También casa estupendamente con el tomate maduro. Deliciosa acompañada de una salsa pesto!!
Como veis es un queso muy versátil que podemos incorporar a nuestra cocina enriqueciéndola.
María.
Quiero daros las gracias a todos por vuestras visitas y proponer que compartáis este post en vuestro Facebook o Twitter si os gustó. Así otros podrán conocerlo también.

Spaghetti con la auténtica salsa carbonara

La tradicional salsa "Carbonara" no tiene mucho que ver con lo que aquí en España entendemos por tal. Hoy os animo a que preparéis unos espaguetis con la auténtica salsa carbonara, que por supuesto no lleva nata líquida. Tienes sus normas y sus trucos que hay que seguir si queremos que nos quede en su punto. Pero no llevéis cuidado, es realmente fácil de preparar.
INGREDIENTES (Para 2 raciones)

  • 100 gramos de espaguetis de sémola de grano duro
  • 40 gramos de queso parmesano
  • 75 gramos de panceta curada o beicon (ahumado o no)
  • 2 yemas de huevo (a temperatura ambiente)
  • 2 cucharadas de aceite virgen extra
  • Sal gorda (Para hervir la pasta)
  • Sal fina (Para la salsa)
  • Pimienta recién molida

ELABORACIÓN
  1. Ponemos a calentar una buena cantidad de agua en una olla amplia. Nada de chorros de aceite ni de hojas de laurel...agua y sal. Sin más. Tenemos que tener en cuenta que la pasta dobla su volumen una vez cocida así que tendrá que ser bastante cantidad de agua. Cuando hierve agregaremos un poco de sal gorda y la pasta. Removeremos enseguida para que la pasta no se pegue y dejaremos cocer con la olla abierta para controlar el agua. Los minutos que debe hervir dependen de cómo nos gusta la pasta y del tamaño de ésta. En general la pasta seca debe cocer entre 5/15 minutos. Lo de que esté "al dente" es totalmente cultural. A mí personalmente no me gusta al dente así que la cuezo hasta que la pasta está a mi gusto, que suele ser algún minuto más de lo que indican la instrucciones del envase. Para que fueran al dente estos espaguetis deberían cocer entre 8/11 minutos.
    Podríamos utilizar los huevos enteros pero es preferible usar únicamente las yemas porque la carbonara queda mucho más cremosa. En realidad aquí se ha introducido el uso de la nata líquida para disimular el sabor de la clara cruda que no a todo el mundo agrada.
  2. A mí personalmente me gusta mucho más con las yemas solamente. Bien, sigamos. Separamos las claras de las yemas y ponemos éstas en un bol al que agregaremos el queso rallado en el momento, la pimienta negra recién molida y la sal (Si usamos panceta salada no poner sal ya que la aporta la panceta).
     Batiremos el conjunto enérgicamente hasta que quede una pasta suave y homogénea. Este punto es importante para que cuando metamos la pasta esta crema esté bien cremosa. Reservaremos.
  3. Mientras se cuece la pasta, en una sartén con una pizca de aceite, doramos la panceta cortada en tiritas finas. Lo haremos a fuego bastante fuerte para que se dore y no cueza. Ese es uno de los secretos de la carbonara, el punto crujiente de la panceta. (En realidad lo que los italianos utilizan es el "Guanciale", una especie de careta de cerdo curada a la pimienta).
  4. Una vez hervida la pasta la escurriremos a través de un colador reservando un poquitín de agua de la cocción.
  5. La pondremos en la sartén dónde estamos dorando la panceta. Removeremos bien para que la pasta se impregne del sabor de la panceta. Y dejaremos cocinar a fuego bastante fuerte durante aproximadamente un minuto.
  6. No debemos olvidarnos de echar junto con los espaguetis un par de cucharadas del agua de cocción en la sartén. Es la manera de que la pasta siga liberando almidón y forme con la panceta una salsa cremosa y de que los ingredientes amalgamen bien sus sabores. Al echar los espaguetis y las dos cucharadas de agua la panceta perderá su crujiente pero al rato, al reducir, volverá el crujiente. Iremos removiendo bien mientras se cocinan los dos ingredientes juntos.
  7. De forma inmediata, en cuanto tenemos la panceta y espaguetis listos los volcamos sobre el bol dónde tenemos las yemas batidas con el queso y batimos enérgicamente enseguida. Es importantísimo este detalle porque haciéndolo así las yemas no cuajarán si no que espesarán la salsa y formarán una crema deliciosa en la que el huevo no está cuajado, típica de la tradicional carbonara.
  8. Servimos inmediatamente. Esta salsa no tiene espera...y nuestra hambre, tampoco así que, buen provecho!!

María.

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Bissara, crema marroquí de habas secas y guisantes

La "Bissara" es un plato típico de la cocina marroquí. Se trata de una crema muy fácil de preparar que en marruecos se toma habitualmente rociada con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, un poco de comino molido y pimentón dulce o picante según el gusto. Es un plato de sencillos elementos que podéis encontrar sin dificultad alguna en cualquier tienda de productos árabes o en las típicas verdulerías llevadas por marroquíes.
Puede hacerse exclusivamente con habas secas pero a mí me gusta añadirle algo de guisantes. En ese caso seria la bissara blanca.
INGREDIENTES
  • 250 gramos de habas secas
  • 150 gramos de guisantes secos
  • 2 dientes de ajo
  • Agua
  • Sal
  • Una cucharadita rasa de cominos en grano
  • Un poquito de cominos en polvo
  • Una cucharadita de pimentón dulce o picante
  • Un poco de nuez moscada en grano.
  • AOVE

ELABORACIÓN:
  1. En una cazuela ponemos las habas y guisantes secos, los dos dientes de ajo, un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Agregamos un poco de nuez moscada rallada en el momento (siempre es mejor rallar las especias en el momento que utilizar especias compradas ya molidas, el aroma es mucho más intenso) y cubrimos todo con agua fría como unos cuatro dedos por encima del nivel de los ingredientes.
  2. Lo dejamos hervir a fuego moderado hasta que las verduras estén completamente tiernas cuidando de que en ningún momento se quede la  crema sin agua. Si fuera preciso le añadiríamos un chorrito más.
  3. Reservamos algo de líquido de la cocción en un cacharro.
  4. Una vez ablandadas las habas retiramos los dientes de ajo y trituramos el conjunto hasta dejar una crema de textura totalmente fina. Comprobamos que esté en el punto de espesor que nos gusta y si lo creemos conveniente aclaramos un poco la crema con algo de líquido de la cocción que tenemos reservado. A mí no me gusta dejarla excesivamente espesa porque me resulta más pesada pero eso va a gustos.
  5. Rectificamos de sal.
  6. Servimos bien caliente con un chorrito de aceite de oliva por encima y espolvoreada de comino molido y pimentón dulce o picante.
No puede ser más fácil ( ni más barata!!!)
María.

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Solomillo Wellington. Un plato para gourmets- Como realizarlo paso a paso

Este de hoy es un plato clásico dónde los haya. Una preparación que lleva su tiempo y su técnica y que os dejará a la altura que merecéis como cocineros cuando ofrezcáis este plato a vuestros comensales. Como un rey/reina quedareis!!! No es una receta para todos los días, ni mucho menos. Quedaría estupenda formando parte del menú de una comida de estos días de Navidad, por ejemplo.
He tratado de explicarla muy, muy detalladamente, con muchísimas fotografías que estoy segura os ayudará a moveros sin dudas cuando la elaboréis. Que no os desanime lo largo de la entrada. Un día es un día!! Y nuestros familiares y amigos, todos los días, pero especialmente estos de Navidad merecen un pequeño esfuerzo de nuestra parte.
Básicamente podría decirse que se trata de un solomillo, generalmente de buey o ternera (pero que también puede aplicarse a un solomillo de cerdo de calidad) que se cocina untado en foiegras bajo una capa de crema de cebollas y champiñones (salsa "Duxelles") y otra de jamón. Todo ello envuelto en hojaldre. Tentador. Eh!!
No voy a aburriros con orígenes y datos históricos de esta receta. Los podéis encontrar en la Red sin dificultad alguna. Vamos sin más tardanza a por el solomillo Wellington!!!
INGREDIENTES
  • Un solomillo de buey, ternera o cerdo
  • AOVE
  • Mantequilla
  • 1 Cebolla bien gorda o 2 chalotas
  • 250 gramos de champiñones
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 vasito de vino dulce
  • Lonchas de jamón serrano
  • 100 gramos de foiegras
  • 1 lámina de hojaldre (a poder ser refrigerada, no congelada)
  • 1 huevo batido

ELABORACIÓN
Comenzaremos por marcar bien el solomillo por todas partes (antes lo habremos salpimentado). Que quede bien doradito. Lo haremos en una sartén dónde quepa holgadamente para que conserve su forma. Echaremos un chorreón de AOVE en la cazuela y cuando esté bien caliente pondremos en su interior la carne girándola poco a poco hasta que veamos que por todas partes ha tomado color. Así se nos cerrará el poro y evitaremos que pierda sus jugos dentro del hojaldre ablandando éste y dificultando que suba la masa.
Reservaremos el solomillo hasta que esté completamente frío.
Esta que véis en las fotografía es una de mis ollas rápidas que más utilizo. Se trata de una olla de un diámetro poco habitual en este tipo de ollas rápidas, es de 28 cm lo que me permite un espacio magnífico para dorar carnes o como en este caso, piezas, que en cacerolas de diámetro más convencional no cabrían. Tiene un fondo extraordinario que distribuye el calor de forma homogénea sin que llegue a pegarse los alimentos en él. En este caso la estoy utilizando como una cacerola normal como hago con ella en muchas otras preparaciones.
No me enrollo. Sigo. Vamos a preparar ahora la salsa duxelles. En la misma cacerola o sartén que hayáis dorado el solomillo echaremos un poco de mantequilla y la pondremos a fundir.
Agregaremos la cebolla o chalotas bien picaditas y a fuego lento dejaremos que se poche.
Mientras tanto iremos cortando en láminas finas los champiñones que habremos lavado bien eliminándoles cualquier rastro de tierra.
Es preferible trabajar con la cacerola tapada mientras la cebolla pocha. Estará en su punto cuando veáis que adquiere una aspecto translúcido.
Añadiremos ahora los champiñones fileteados
Y dejaremos que se rehoguen bien. Subiremos el fuego mientras esto ocurre. Ya sabéis que los champiñones sueltan mucha agua mientras se cocinan. Es conveniente hacerlo siempre con fuego fuerte para que este agua se evapore rápidamente. Tardan poco en hacerse así que no descuidéis su cocción para evitar que se peguen.
Añadir una pizca de sal pero con cuidado ya que la receta lleva lonchas de jamón serrano y es fácil que nos pasemos con la sal si no andamos con cuidado.
En cuanto veamos que los champiñones han perdido el agua que soltaron añadir el vasito de vino dulce y seguir trabajando a fuego fuerte para que el vino se reduzca. Deberá quedarnos una salsa espesa, con cuerpo, intentando que nos quede bastante sequita.
La salsa ya preparada la pasaremos por la batidora o robot de cocina hasta que forme una pasta fina que colocaremos en una bandeja o recipiente que tenga bastante superficie para que se enfríe lo más pronto posible. Meteremos la bandeja en el frigorífico para que se "solidifique" un poco y luego nos sea más fácil manipularla.
Cuando la salsa esté fría completamente empezaremos a preparar "las envolturas" de este plato.
Tomaremos un trozo de film de cocina y lo colocaremos extendida en una superficie plana (una tabla de corte bien grande o la propia encimera) sobre ella pondremos tantas lonchas de jamón serrano como precisemos para que su superficie pueda llegar a "envolver" todo el rollo. Tener en cuenta que el foiegras y la salsa Duxelles aumentará el diámetro total del rollo de carne.
Sobre las lonchas de jamón colocaremos bien extendida la salsa Duxelles sin llegar del todo al perímetro que forma la superficie de jamón porque luego, al envolver el rollo la salsa tenderá a extenderse un poco.
Untaremos con foiegras una de las caras del solomillo.
Lo colocaremos sobre la salsa que tenemos extendida y untaremos la otra cara del solomillo con el foiegras restante.
El siguiente paso será envolver el rollo untando de foiegras con las capas de jamón serrano y salsa de champiñones. Aquí hay que andar con cierta habilidad y tratar de que el trabajo nos quede lo más limpio posible. No podemos trabajar con demasiada lentitud porque lo ideal es precisamente que la salsa y el foiegras conserven lo más posible el frío y así será más fácil su manipulación.
Ayudándonos de la lámina de plástico volcaremos una mitad de la capa de jamón y salsa sobre el solomillo.
Y a cotinuación la otra mitad
Deberemos envolver ahora el rollo completo con la lámina de plástico. Lo manipularemos con cuidado, sin apretar más que lo  justo para que la salsa no se nos salga por los extremos del solomillo. Lo cubriremos todo con film de cocina. Si es necesario utilizar otra hoja de film más grande ponedla sobre la primera que utilizamos. Meteremos el rollo en el frigorífico a la espera de que vuelva a enfriarse bien.
A continuación prepararemos el hojaldre. Lo ideal es contar con una lámina de forma rectangular suficientemente grande como para abarcar todo el conjunto sin problemas.
Os aconsejo que utilicéis hojaldre refrigerado y no del que venden congelado. Sube mucho mejor que el congelado que, la verdad, muy frecuentemente se "resquebraja" al descongelarse.
Marcas como "La Cocinera" o las láminas que venden en los supermercados Lildt son ambas de calidad magnífica.
Extenderemos la lámina de hojaldre sobre la encimera. Calcularemos el hojaldre que necesitamos para cubrir todo el rollo y cortaremos el trozo de masa que nos sobre, trozo que reservaremos para la decoración.
Desenvolveremos el rollo de carne que tenemos en el frigorífico enfriandose bien y le quitaremos con sumo cuidado la lámina plástica situándolo en medio del hojaldre (lógimamente coincidiendo el lateral largo del hojaldre con el largo del rollo, claro) Tomaremos una de las mitades de la lámina de hojaldre y la pondremos sobre el rollo. Luego tomaremos la otra mitad y cerraremos el conjunto.
Fijaos en esta fotografía. He untando con huevo batido el extremo de la lámina antes de cerrar completamente el rollo. He practicado unas leves "presiones" con el tenedor para sellar bien la lámina. Cuidado con hacerlo suavemente, sin presionar tanto que se nos rompa el hojaldre.
Los de masa sobrante los vais doblando pintando previamente con huevo cada vez que dobleis un trozo de masa, así quedará bien adherida y no se os despegará durante el horneado.
Cuando tengáis los dos extremos bien cerrados poned la "unión" del cierre hacia abajo para que el propio peso de la carne impida que se abra.

Una vez volteado el rollo quedará la "costura" abajo. Ahora, con huevo batido iremos pegando las tiritas de hojaldre que habremos hecho del "sobrante" de masa. Pintaremos bien de huevo batido todo el conjunto.
Colocaremos el rollo ya decorado del modo que más nos guste sobre papel vegetal y lo pondremos a hornear durante una media hora aproximadamente en horno precalentado a 200 grados. Con calor por arriba y por abajo.