Después de muchísimo tiempo ausente de este blog os traigo una receta típicamente española. La tradición marcaba no comer carne en Cuaresma y este dulce típico de la repostería de nuestro país era un plato de origen humilde y que hoy se consume generalmente durante la Semana Santa y la Cuaresma.
A pesar de no estar en este momento del año esta mañana me he levantado golosa jeje y como tenía una barra de pan que se me ha quedado dura he pensado que era una estupenda oportunidad para aprovecharla el hacer este exquisito dulce.
Vamos a meternos en harina!! Me acompañáis a la cocina? :)
Un consejo antes de comenzar. Quitad todo lo que no sea imprescindible de las encimeras para dejar la mayor cantidad posible de espacio. Se trata de una receta muy fácil de elaborar pero al tener que pasar las torrijas por varios procesos conlleva bastante "cacharrerío" así que cuánto menos haya por medio más cómodamente trabajaremos :)
INGREDIENTES:
* Una barra de pan asentado dos días
* Algo más de un litro de leche entera
* Un vaso y medio de azúcar blanca
* 1 Limón
* 1 ramita de canela
* Canela en polvo
* 4 huevos
* Aceite de oliva virgen extra
* Miel de flores
* 2 vasos de agua
El pan adecuado para hacer torrijas: Venden pan especial pero yo debo decir que cuando lo he adquirido no me han salido ni mejores ni peores y, como estas barras suelen ser caras, la verdad, las hago con un buen pan blaco, de miga prieta, eso sí, como decía, dejado asentar dos o tres días para que empape mejor la leche.
A mí no me han dado buenos resultados los panes de miga demasiado "vaporosa" ya que las torrijas suelen romperse en el proceso. Y cuando he usado pan del día el proceso se ha hecho realmente engorroso porque se rompía con más facilidad y al final no han quedado tan jugosas.
En definitiva, trato de utilizar panes de miga algo prieta, densa... tipo los panes de pueblo con corteza que no sea dura para que tambien la zona exterior de la torrija se empape bien de leche y sean mas agradables de comer. En fin, que cualquier pan de miga suave y compacta os puede valer, no seamos puntillosos!!
Paso a paso, como siempre:
Cortamos el pan en rebanadas de unas dos cm de grosor.
Preparamos la leche en la que empaparemos las torrijas. En una cazuela ponemos la leche, 2/3 de un vaso de azúcar (vaso de los de agua), una ramita de canela y la piel de un limón. Llevamos casi a ebullición removiendo de ve en cuando para que se disuelva perfectamente el azúcar. Dejamos que se temple.
Empapamos las torrijas. Metemos las rebanadas de pan en la leche permitiendo que se empapen bien. Este proceso es de suma importancia y de él dependerá en gran parte que nos queden esponjosas y jugosas.
La manipulación debe hacerse con sumo cuidado para que no se rompa el pan. Por los dos lados.
Os comento un pequeño truquito que yo tengo ;) meto las rebanadas con los dedos y empujo hacia abajo para que no floten, así dejo que permanezcan un ratito, notaremos una especie de "burbujeo" en los dedos, es el efecto del pan embebiendo la leche. Cuando dejemos de notarlo la rebanada estará del todo empapada.
No tengáis miedo, si lo hacéis delicadamente y muy despacio, el pan no se rompe. Sacad luego las rebanadas con una espátula con agujeros y con ayuda de cualquier cuchara de madera para que las rebanadas no sobresalgan demasiado del tamaño de la espumadera y se quiebren.
Delicadamente dejadlas sobre una rejilla para que escurran.
La propia rejilla que suele venir en los hornos será una buena ayuda en este proceso si ponemos debajo una bandeja del mismo tamaño.
Mientras, batimos cuatro huevos (puede que necesitemos más tarde agregar uno más) y reservamos.
A continuación ponemos a calentar aceite de oliva virgen extra en una sartén dónde nos quepan dos dos en dos las torrijas.
Mientras se ha ido calentando el aceite habremos rebozado por ambos las torrijas en los huevos batidos y las pondremos a escurrir en un plato.
Y ahora viene otro momento importante, la fritura:
Sabréis que el aceite está en su punto de temperatura cuando introduzcáis un trocito de pan y se fría adquiriendo una bonita tonalidad tostada.
Tan pronto el aceite haya adquirido el calor suficiente (no excesivo ya que si no, las torrijas quedarán ennegrecidas pero tampoco frío, aproximadamente a la temperatura que freiríamos unas patatas) vamos friendo las torrijas de dos en dos.
Ojo con la salpicaduras. Tened en cuenta que es pan empapado en leche y que el líquido que contienen al caer sobre el aceite caliente salpica bastante y podemos quemarnos. No uséis tapadera.
No es conveniente manipular demasiado las torrijas ya que al estar tan empapadas son sumamente frágiles y se rompen con facilidad así que antes de darles la vuelta nos cercioramos de que ya están hechas por la parte de abajo (las levantamos un poquito con una cuchara de madera para ver el color que han adquirido) y cuando están doraditas por un lado las freímos por el otro.
Comprobareis que al tener huevo el aceite no tardando se ensucia un poco. Es conveniente retirar estos restos de huevo quemado con una espumadera.
Yo, incluso cuando llevo la mitad de las torrijas fritas cuelo el aceite para que vuelva a quedarme bien limpio y agrego más cantidad nuevo. No hay que decir que antes de ello vuelvo a lavar a conciencia la sartén para que no tenga resto alguno de las torrijas fritas anteriormente. Y vuelvo a calentar el aceite de nuevo para seguir friendo las torrijas que me restan.
Según las vamos sacando del aceite las ponemos a escurrir sobre papel absorbente para a continuación rebozarlas también por los dos lados en una mezcla del resto del azúcar que aún no hemos usado con canela en polvo en abundancia.
Cansados? Ya queda poco...pensad en lo deliciosas que estarán... ;)
Vamos a hacer un almíbar con azúcar y miel:
No tiramos nada!! El azúcar con canela que nos sobró cuando rebozamos las torrijas lo colamos para eliminar cualquier impureza que haya caído de las torrijas y lo ponemos en una cacerolita chica.
Agregamos una cantidad generosa de miel de flores.
Por cierto, la mil de caña es deliciosa. Os aconsejo que la probéis pero para este plato creo que tiene un aroma y un sabor más adecuado el de flores. En cambio las berenjenas fritas con miel no serían las mismas si no usáramos mil de caña. Un autentico placer para el paladar!! Y muy conocidas en Málaga.
Añadiremos dos vasos de agua, pondremos la cazuelita al fuego y removeremos bien para que la mezcla sea hommogénea. Dejaremos cocer a fuego lento por espacio de aproximadamente media horas, tiempo durante el que removeremos de vez en cuando para evitar que se nos pegue.
En el proceso de elaboración del almíbar suele crearse una especie de "espumilla" por arriba que no le da mal sabor pero que yo prefiero eliminar colándolo.
Ya terminamos!! Pondremos las torrijas en una bandeja y las rociaremos con almíbar dándoles la vuelta para empaparlas también por el lado contrario.
Ehhhh!! Reprimid la tentación!! Deberemos esperar al día siguiente para tomarlas. Se habrán acabado de humedecer, el gusto del almíbar habrá llegado al corazón de las torrijas y...ummm se desharán en vuestra boca. Están de pecado!! (De pecado mortal!!!)
Las que os sobren podéis guardarlas metidas en un tapper con el almíbar en el frigorífico. No creo que duren en casa más de un par de días pero si es así no hay problemas en consumirlas durante este tiempo.
Espero os haya gustado esta preparación.
Por cierto, en la casa de al lado vive una niña que me tiene robado el corazón por lo preciosa que es. Así es, encantadora y deliciosa y tan pronto se ha enterado de que estaba haciendo torrijas esta mañana y al decirle yo que les llevaría tres (una para cada uno de los que son de familia) no ha tardado en responder - O más!!! jajajjaa Qué linda es!! :)
Están hechas de esta mañana, ahora, ya al final de la tarde, se las llevaré y estoy convencida que no esperará a mañana para comerlas. No sé si podrían venir a casa a merendar pero tan solo por ver su preciosa carita relamiéndose estaría encantada de invitarles.
P.D. Este artículo está dedicado a Victoria ;) quién no me cabe duda llegará a ser una gran cocinera!!