Pan pita de pollo adobado con Ras el Hanout y salsa de yogurt

Hoy os propongo una receta que puede servir para hacer una cena en un pis pas.
Utilizamos para ello pan de pita. Un pan poco fermentado y muy blandito típido de los países árabes y fácil de encontrar en nuestros supermercado si no queréis elaborarlas vosotros mismos.

Vamos a usar pechugas de pollo pero podrían sustituirse perfectamente por carne de cordero si es la que disponéis.
Tan solo hay que tener la previsión de dejar la carne en adobo unas horas y resultará más sabroso si preparamos la salsa de yogur y menta también con antelación. Esta salsa mejora si permanece unas horas hechas porque el sabor de los ingredientes se integran mejor. Podéis consultar su elaboración en la entrada de ayer.
El adobo que he usado es una mezcla de especias cuya forma de preparación constituyó una de las últimas entradas de este blog. Se trata de la conocida Ras al Hanout. Igual que la pita también puede comprarse en algunos supermercados pero os recomiendo que hagáis vosotros mismos la mezcla de especias.
INGREDIENTES:
  • Pan de pita
  • Filetes de pechuga de pollo
  • 2 cucharaditas colmadas de Ras al Hanout
  • Sal
  • Una pizca de aceite de oliva virgen extra
  • Rodajas de tomate y de pimiento verde
  • Unas hojas de lechuga 
  • 2 Cucharadas colmadas de salsa de yogurt y menta


Unas horas antes de consumir esta pita cortamos las pechugas en trocitos.
Las rociamos por encima un par de cucharaditas colmadas de Ras al Hanout y removemos para que todos los trozos de carne se impregnen por igual. Tapamos con un film plástico de cocina y dejamos en el frigorífico hasta la hora de hacer esta pita.
Justo a la hora de disfrutar de esta pita, sacamos la salsa y la carne del frigorífico y preparamos en rodajas las horntalizas..
En una sartén echamos los trocitos de pechuga de pollo y dejamos que se haga unos minutos. Serán pocos por ser pechugas fileteadas y algo más si usáis trozos de pollo más gruesos. Tan sólo quizás un chorrito de aceite de oliva virgen extra si veis que en el proceso la carne se pega un poco a la sartén.
Una vez hecha la carne solo nos resta montar la pita. Para ello pasamos horizontalmente un cuchillo de sierra pero sin llegar a dividir el pan en dos mitades.
Metemos una buena cantidad de trocitos de pechuga, unas rodajas de tomate y pimiento verde. Incluso, de haber tenido, yo le habría puesto unas hojas de lechuga.
Añadimos un par de generosas cucharadas de salsa de yogur con menta y ya tenemos hecha la cena. Fácil. No es cierto? Fácil y deliciosa esta pita. Está sabrosa, la carne muy tierna y de sabor muy aromático y que contrasta a la perfección con la frescura de la salsa.

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