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Mejillones tigre - Rellenos de bechamel y fritos en su concha

Los mejillones tigres son una de las mejores tapas que conozco. Pueden servirse de entrante pero la verdad es que a mí me parecen más una tapa para tomar con una cervecita bien fría. No he podido saber el origen de esta preparación pero sin duda es el norte de España dónde el cultivo de mejillones da un producto de una calidad excepcional. Dicen que es Galicia dónde tiene su origen pero sea Galicia o el País Vasco, son irresistibles. Para aquellos pocos que no los hayan probado nunca les diré que vienen a ser una especie de croquetas de mejillón fritas y servidas en una de sus valvas. Se pueden preparar con o sin picante pero creo que si carece de picante ninguno es como si les faltara algo de chispa. Eso sí, personalmente prefiero que el picante no llegue a ser tan fuerte que oculte el delicioso sabor de los mejillones.

Cómo hacer croquetas de jamón caseras

Que levante la mano a quién no le gusten las croquetas!! No veo ni una... A todos nos gustan las croquetas, tan crujientes por fuera y tan cremositas por dentro... constituyen casi un debate nacional: que si rebozadas con huevo y pan rallado, que si deben tener también su capa de harina; que si mejor freírlas congeladas, a medio congelar, con aceite bien caliente...jaja..
Unos prefieren las de bacalao, otros nos inclinamos más por las de jamón serrano, hay quienes eligen las de setas, de queso roquefort, de atún, de pollo...Sea cual sea el sabor preferido, nos gustan a todos porque nos reportan a los recuerdos de nuestra infancia dónde casi siempre hay una madre que elabora las mejores croquetas del mundo mundial!!!
A pesar de ser un plato sencillo de hacer aunque laborioso, no nos engañemos...hay que hacer unas cuantas veces croquetas para cogerles su punto y que los resultados sean espectaculares.
No voy a decir que esta receta os de la garantía de hacer las mejores croquetas que habéis probado porque éstas, como la tortilla de patata mejor del mundo, ya lo he dicho: las hace nuestra madre. Eso seguro!!
Pero aún dando por hecho de que irá en un posicionamiento posterior a las que tenéis en el recuerdo como las más deliciosas, éstas puedo aseguraros que salen muy, muy cremosas y que cuando las comes no tienes dudas de qué son.
Os animo a todos a que intentéis hacer un buen plato de croquetas aunque vayáis algo faltos de tiempo. Probadlas!! De verdad se parecen en algo a esas bolitas harinosas que no se sabe a qué saben y que nos venden congeladas en cualquier supermercado? En absoluto!! Una croqueta casera es otro mundo, el de las cosas caseras, hechas con paciencia y cariño y, claro, saben a gloria bendita!!!
Las croquetas son un plato que congela perfectamente. Ponerse a hacer croquetas para una ración solamente no resulta práctico. Precisamente porque se conservan en perfecto estado en el congelador y porque resultan muy prácticas tenerlas a mano para preparar una cena improvisadas o utilizarlas para en un momento de apuro para que nos llene un menú es por lo que cuando me pongo a hacerlas hago una buena cantidad. Sé que me voy a pasar un buen rato hasta tenerlas listas para congelar pero también me aseguro tener un plato que siempre viene bien cocinar cuando no se nos ocurre otra receta, no hemos ido a comprar o sencillamente tenemos ganas de ver una estupenda película en lugar de meternos en la cocina.
Como os digo, hago para varias veces y las congelo de la manera que os explicaré más abajo.
INGREDIENTES como para unas 40/50 croquetas (dependerá del tamaño que las forméis)
  • 150 gramos de harina
  • 120 gramos de mantequilla o de AOVE
  • 1 cebolla mediana
  • Sal
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra molida
  • 250/300 gramos de jamón serrano picadito
  • 800 cc de leche entera
  • Aceite de oliva virgen extra para freír.
  • Para el rebozado:
    • Harina
    • 2 huevos
    • Pan rallado grueso
ELABORACIÓN:
  1. Pondremos a calentar la mantequilla a fuego lento en una cacerola. Mejor en una que sea amplia y poco profunda. A mí en general me gusta más utilizar mantequilla para las croquetas pero cuando son de restos de carne del cocido prefiero hacerlas con aceite. Eso ya os lo dejo a vuestro gusto.
  2. Cuando la grasa está caliente incorporaremos la cebolla cortada muy, muy pequeñita y dejaremos que se dore, no demasiado, pero sí que coja algo de color. Estamos acostumbrados a pochar la cebolla, en esta preparación yo prefiero freírla un poco más que pocharla, porque el pocharla incorporaría un sabor de cebolla que me desagrada más que el de cebolla más frita. No es que espere a que se torne dorada y crujiente porque eso le restaría suavidad a la bechamel luego pero ya digo, la cocino más allá de que esté transparente, hasta que pierde bastante humedad y comienza a tomar color. 
  3. Incorporaremos el jamón serrano que tendremos bien picadito. Quiero detenerme en este aspecto para comentar algo: veréis, aunque el jamón picado un poco más grandecito de lo que yo lo hago sé que le daría un aspecto al interior de la croqueta de "con más tropezón" yo sé que lleva la misma cantidad de jamón (que es bien generosa en mi receta) sea en trocitos muy, muy pequeños, sea en trocitos algo más grandes.Por qué opto por trocearlo todo lo más pequeño que puedo? Porque considero que el jamón bien picado desprende antes su aroma, se incorpora con más rapidez al roux en cuanto toma el calor de la grasa caliente. He probado a hacerlo con trocitos algo más grandes y creo que el sabor que desprende el jamón es superior cuando está más picado. Así que mi elección es sabor y no aspecto.
  4. No dejaremos que el jamón  se haga en exceso, apenas un minuto para que se rehogue y desprenda su poco de grasa y su mucho de sabor al roux.
  5. En cuanto tengamos rehogado el jamón agregaremos la harina y comenzaremos a remover bien con unas varillas. El proceso debe ser lento, que vaya cogiendo color poco a poco, no achicharréis la harina. Ir removiendo y veréis que la mezcla de aceite y harina se va tornando "rubia". Hacer esto es de suma importancia sino queréis que vuestras croquetas sepan a harina cruda.
  6. Apartaremos del fuego y dejaremos que se enfríe casi totalmente.
  7. Mientras calentaremos la leche bien caliente. Y pondremos de nuevo el roux con la cebolla y el jamón al fuego. Seguiremos con el fuego bajo. En cuanto veamos que el roux vuelve a licuarse, enseguida echaremos de golpe toda la leche que tendremos bien caliente, la sal, la nuez moscada rallada en el momento y el pellizco de pimienta negra molida. No dejaremos de mover con las varillas todo el conjunto mientras vuelve de nuevo al punto de ebullición. Si lo hacemos enérgicamente, sin parar, no se formará grumo alguno, os lo aseguro. La leche caliente disolverá la mantequilla o el aceite y ésta liberará la harina que se disolverá sin dificultad en la leche caliente. Este es todo el secreto para que no nos salga grumosa. Exactamente igual que al hacer una salsa bechamel. 
  8. Ay! Me enrollo demasiado!! Seguimos. Tenemos ya la bechamel en la cazuela con todos los ingredientes. Solo deberemos dejar que cueza unos minutos, removiendo el conjunto por todos lados para que no se pegue al recipiente. Con un cuarto de hora escaso será suficiente. Comprobaremos que la bechamel va "separándose" de las paredes del recipiente y de su fondo. 
    • Cuidado!! Trabajad estos minutos a fuego mínimo, de lo contrario habrá mucha evaporación y conseguiréis una bechamel tan espesa que resultarán unas croquetas muy "mazacotes". Pensad que al enfriarse, la bechamel espesará más y facilitará las cosas a la hora de formar las croquetas.
    • Cuando tras estos 10/15 minutos la bechamel esté en su punto retiraremos la cazuela del fuego y volcaremos el contenido en un recipiente para que se enfríe cubriéndolo inmediatamente con film plástico de cocina para que no cree costra dura en la parte superior de la masa al enfriarse ésta.
  9. Es preferible no trabajar las croquetas el mismo día que hacemos la bechamel. Dejarla enfriar sobre la encimera y luego meterla el frigorífico hasta el día siguiente.
  10. Durante la jornada siguiente procederemos a formar las croquetas tomando pequeñas porciones entre las manos a las que trataremos de darle una forma alargada y redondeada en los extremos o simplemente en forma de bola si os gusta más.
  11. A continuación deberemos darles una cobertura de harina, huevo bien batido y pan rallado. Dejaremos reposar una media hora las croquetas rebozadas y
  12. las freiremos en abundante aceite bien caliente hasta que estén doradas. Tened en cuenta que es tema principal el que no echéis demasiadas croquetas de una vez sobre el aceite caliente. Para que la cobertura quede crujiente la temperatura del aceite deberá ser constante y si introducimos muchas croquetas a la vez el aceite se enfriará con lo que la capa de pan rallado absorberá el aceite y nos quedarán grasientas.
Hay mil consideraciones a tener en cuenta para que las croquetas queden deliciosas y bonitas a la vista pero como me está saliendo una entrada que no pensé nunca que pudiera ser tan larga he decidido abrir en otro post toda una serie de detalles, consideraciones y consejos sobre todo el proceso croquetero.
Creo que con estas reglas básicas pueden animarse quién no haya hecho nunca este manjar conocido por todos y que a todos gusta.
Quién tenga interés en leerse casi un manual sobre el tema croquetil podéis pinchar en el título de esta entrada:


Receta de Moussaka griega, mousaka o musaka...lo llamemos como lo llamemos este plato está igual de rico!!

La "Moussaka" es de origen árabe pero la versión griega es la más que más conocemos en España y esa es la que preparé hace unas semanas pero por falta de tiempo no he colgado hasta ahora ya que su redacción, como podréis comprobar ahora, me llevó un ratillo largo.
Esta es otra de las preparaciones del grupo "para quedar como un Rey/Reina" y es que es así...No conozco a nadie que no le guste la mousaka. Preparar este plato es tener garantía de éxito!!
Si la bechamel está bien elaborada; la salsa de tomate frito es casera; utilizáis carne de cordero (es lo tradicional aunque también puede hacerse con ternera) y las berenjenas se adquieren en su temporada...os saldrá un plato de lujo!!

Por supuesto puede hacerse una versión algo más corriente usando bechamel de tetrabrick y usar tomate frito del que se comercializa. Os ahorraréis tiempo, indudablemente. Pero claro, el resultado no tienen nada que ver con lo que yo os propongo. Aunque a veces, ya se sabe, no siempre es posible hacer las cosas del mejor modo. Incluso esta versión menos "lujosa"  estará francamente buena. 
Os animáis a acompañarme mientras preparo esta mousaka en mi cocina? Pues venga..me/nos ponemos el delantal!
INGREDIENTES (Para 6/7 raciones bien generosas):
  • 1,25 Kg. de berenjenas
  • Sal gorda
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla gordita
  • 500 gramos de carne de cordero picada
  • Sal fina
  • Una pizca de orégano
  • Una pizca de pimienta negra recien molida
  • Una cucharadita rasa de jengibre molido (opcional)
  • Queso rallado tipo "Grana Padano"
  • Un poquito de mantequilla para el gratinado
  • 1 tazón de salsa de tomate casera (Pinchad en el enlace para ir a la explicación si no la conocéis)
    • 2 latas de kilo de tomate natural entero 
    • 200 cc de AOVE
    • sal
    • Una ramita de lavanda
    • Una ramita de romero
    • Una ramita de tomillo
  • 1 litro de bechamel casera (Pinchad en el enlace para ir a la explicación si no la conocéis)
    • 90 gramos de mantequilla
    • 90 gramos de harina
    • 1 litro de leche entera
    • una pizca de sal
    • Una pizca de pimienta negra molida
    • Una poquito de nuez moscada recién rallada

ELABORACIÓN:
  1. Es conveniente cortar las berenejenas en láminas de algo más de medio cm. espolvorearlas con sal gorda y dejarlas reposar un buen rato (media hora al menos) para que suelten parte del agua que contienen y de paso eliminar el sabor un poco amargo que tienen.
    Si no son demasiadas podéis dejarlas sobre una bandeja un poco inclinada para que el agüilla vaya hacia la parte inferior y si, como en este caso, son cierta cantidad, un buen sistema es dejarlas verticales dentro de un colador bien amplio sobre un plato que recoja el agua.
  2. Ahora pondremos un chorreón de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia y doraremos en él el diente de ajo picadito.
    En cuanto tome color añadiremos la cebolla cortada en brunoise (daditos bien pequeños) y dejaremos que se poche lentamente. No tenemos prisa y no queremos que la cebolla se arrebate, así que fuego bajito... mientras podremos adelantando otras cosas :)
  3. Cuando tengamos la cebolla bien blandita añadiremos la carne de cordero picada. Arriba os decía que si no encontráis o no os gusta con cordero podéis hacer esta moussaka con carne de ternera e incluso con la típica que venden en bandeja mitad cerdo mitad ternera. Pero vamos, lo suyo es utilizar cordero que es lo tradicional en la receta griega.
  4. Removemos bien el conjunto y dejamos que se haga unos minutos. No demasiados. Tened en cuenta que se trata de carne picada que se cocina en un momento. Si nos pasamos de tiempo la carne se resecará.
  5. Añadiremos las especias (orégamo, pimienta negra y la cucharadita rasa de jengibre molido que le aportará un puntito picante) y volveremos a remover.
  6. Ahorar incorporaremos nuestra salsa de tomate frito casero.
    Si no tenéis y no queréis pararos a hacer la salsa de tomate en este momento tendréis que usar del que se comercializa. No quedará igual pero si es de una marca que os ofrezca garantías tampoco vamos a dejar de cocinar este plato. Verdad?
  7. Solo remover bien el conjunto porque la salsa de tomate ya está cocinada así que se trata de amalgamar bien los sabores de todos los ingredientes. Apartaremos del fuego  y reservamos.
  8. A la par que vamos cocinando la carne podemos ir asando las berenjenas. Primero las habremos lavado y secado a conciencia
    y sobre una sartén o sartén amplia bien caliente las iremos dorando sin que se solapen. Es decir, que no se pongan unas sobre otras para que se doren por igual por todas partes. A fuego bastante fuertecito. Las vamos haciendo por tandas porque no nos van a caber de una vez. Según van saliendo de la planchas las colocaremos en una bandeja y las reservamos.
  9. Si no hemos hecho antes la salsa bechamel deberemos prepararla ahora. Si queréis ver la entrada en la que figura el paso a paso de su elaboración pinchas en el vínculo que os pongo.
  10. Yo he preparado para dos veces y asi poder tener una bandeja en el congelador lista para el horneado. Me ahorraré tiempo un día que no cuente con él para cocinar o que ande un poco "vaguilla" ;) Vamos a "montar" la bandeja de nuestra moussaka: Una capita de salsa bechamel, otra de berenjenas sin solapar unas con otras, encima una de carne, de nuevo berenejenas, por segunda vez carne...la última (tercera) de berenjenas y sobre ella la segunda y última de bechamel. Espolvoreamos con queso rallado tipo Grana Padano y ponemos trocitos de mantequilla por toda la superficie.
Tendremos precalentado el horno a 190/200 (calor por arriba y por abajo). Meteremos la bandeja para que se hornee aproximadamente 30 minutos. Si en  vuestro horno el gratinador funciona a la vez mejor que mejor. Si no es así, a los 20/25 minutos poned el gratinador para que nuestra moussaka nos quede con unn dorado precioso que la hará aún más apetecible.

Sin dilación!! A la mesa! A disfrutad de este plato de lujo!!!
Espero que os haya gustado mi moussaka.
María.
Si os agradó estaré encantada si la compartís en vuestro Facebook o Twitter!! Gracias, amigos.

Canelones de rustido - Un plato tradicional de la cocina catalana

Esta es la tercera receta de canelones que comparto en este blog. Y es que los canelones creo que son el plato que más me gusta de la cocina catalana (Aunque el origen es italiano, en Cataluña son muy tradicionales desde el siglo XIX). Primero fueron unos preparados de un modo de lo más clásico:  Canelones a la catalana o "Canelones de San Esteban" (Sant Esteve); luego hice unos aprovechando carne de pollo asada con ciruelas que había sobrado, Canelones rellenos de pollo asado con ciruelas y pasas y hoy traigo los canelones que yo he hecho de toda la vida (Bueno, casi).



Croquetas de bacalao caseras. Receta paso a paso.

Hay que ver la variedad de croquetas que hacemos. Verdad? De jamón, de carne del cocido, de setas, de atún, de merluza... reconozco que las que más me gustan son estas, las de bacalao. Yo no me canso jamás de ellas. Creo que las croquetas junto con la ensaladilla rusa son los dos platos que podría repetir en mi menú con más frecuencia sin protestar lo más mínimo.
Ya puse hace un tiempo otra entrada de croquetas, entonces fueron croquetas de jamón caseras. Esta vez vamos a hacer estas de bacalao más cremosas aún si cabe. Igualmente crujientes por fuera y con un corazón delicioso!! 
Si algo quiere perseguir este blog es animar a la gente a acercarse a los fogones con el convencimiento de que comer bien y casero aporta mucho más que la inversión que requiere. Me daría por satisfecha si sé que logro que alguien que antes se había limitado a comprar croquetas congeladas me diga que anoche cenó unas deliciosas croquetas caseras hechas por él o ella y que no tienen comparación. Estos sería todo un logro. Porque está tan claro que las prisas y el modo de vida que tenemos hoy en día nos alejan más y más de las elaboraciones caseras, de las cosas hechas despacio y con cariño que me preocupa, la verdad.
Es cierto que tenemos poco tiempo pero muchas veces todo depende de cómo nos organicemos y estoy totalmente convencida que si yo cuento el tiempo que gasto en cocinar en global no es muy superior a quién utiliza generalmente productos precocinados. Sí, alguien puede sorprenderse de esa afirmación pero yo podría argumentar que, por ejemplo, la inversión del tiempo que requieren estas croquetas en efecto no es poco, pero es que en casa (que somos dos) no nos comemos las casi cincuenta croquetas que me han salido de una vez. Tengo ya en mi congelador, preparadas, listas para freir, varias raciones... Así que el tiempo hay que dividirlo por las raciones y evidentemente el cociente que da es mucho más bajo. Esas son las cuentas que yo me hago, amigos. 
Las croquetas son un plato que congela perfectamente. Ponerse a hacer croquetas para una ración solamente no resulta práctico. Precisamente porque se conservan en perfecto estado en el congelador y porque resultan muy prácticas tenerlas a mano para preparar una cena improvisadas o utilizarlas para en un momento de apuro para que nos llene un menú es por lo que cuando me pongo a hacerlas hago una buena cantidad. Sé que me voy a pasar un buen rato hasta tenerlas listas para congelar pero también me aseguro tener un plato que siempre viene bien cocinar cuando no se nos ocurre otra receta, no hemos ido a comprar o sencillamente tenemos ganas de ver una estupenda película en lugar de meternos en la cocina.
Como os digo, hago para varias veces y las congelo de la manera que os explicaré más abajo.
INGREDIENTES como para unas 45/50 croquetas (dependerá del tamaño que las forméis) a mí esta vez me han salido exactamente 45 y no eran de las más pequeñas.
  • 170 gramos de harina
  • 100 gramos de mantequilla
  • 1 diente de ajo 
  • Unas ramitas de perejil (sin tallos, solamente hojas) 
  • 1 cebolla mediana
  • Sal
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra molida
  • 250 gramos de bacalao salado (ya desalado o puesto en remojo previamente)
  • 750 cc de leche entera
  • Aceite de oliva virgen extra para freír.
  • Para el rebozado
    • 2/3 huevos
    • Pan rallado grueso
ELABORACIÓN:
Esta vez he utilizado un bacalao desalado ya, listo para usar, así que no ha sido necesario el remojo previo.
En otras ocasiones uso el bacalao salado, el normal. Cuando es así lo pongo en remojo durante unas horas. No muchas, ni desde el día anterior porque siempre uso migas de bacalao que precisan bastante menos tiempo de remojo que los trozos grandes. No es conveniente dejar el bacalao sin sal alguna teniéndolo desde el día anterior en agua porque acaba por no saber absolutamente a nada. Pondremos a calentar la mantequilla a fuego lento en una cacerola. Mejor en una que sea amplia y poco profunda. A mí en general me gusta más utilizar mantequilla para las croquetas pero cuando son de restos de carne del cocido prefiero hacerlas con aceite. Eso ya os lo dejo a vuestro gusto.
Esta vez simplemente he sacado el bacalao del paquete y lo he troceado muy muy pequeñito y lo he reservado.
  1. Cuando la grasa está caliente incorporaremos el diente de ajo y dejaremos que se dore para añadir a continuación la cebolla cortada muy, muy pequeñita y dejaremos que se poche despacito durante al menos 15 minutos. 
  2. Incorporaremos bacalao desalado y el perejil que tendremos ambos bine picaditos. Lo dejaremos al fuego apenas un minutos, el tiempo suficiente para que el bacalao aporte su sabor a la grasa pero no más porque no nos conviene que el bacalao se haga directamente al fuego mucho tiempo para que no se reseque.
  3. En cuanto tengamos rehogado el bacalao agregaremos la harina y comenzaremos a remover bien con una espátula, enérgicamente, para que la grasa impregne totalmente la harina. Lo dejaremos varios minutos para que la harina se cocine y luego las croquetas no sepan a harina cruda. Este punto es fundamental. La masa resultante al incorporar la harina es espesa, por eso no vamos a utilizar las varillas todavía. La espátula nos valdrá para ir "rompiendo" en trozos la mezcla y que vaya cocinándose por todas partets. 
    El proceso debe ser lento, que vaya cogiendo color poco a poco, no achicharréis la harina. Ir removiendo y veréis que la mezcla de aceite, cebolla, bacalao y harina se va tornando "rubia". Hacer esto es de suma importancia, ya os dije,  sino queréis que vuestras croquetas sepan a harina cruda.
  4. Apartaremos del fuego y dejaremos que se enfríe casi totalmente.
  5. Mientras calentaremos la leche bien caliente.
    Y pondremos de nuevo el roux con la cebolla y el bacalao al fuego. Seguiremos con el fuego bajo. En cuanto veamos que el roux vuelve a ablandarse un poco, enseguida echaremos de golpe toda la leche que tendremos bien caliente,No dejaremos de mover con las varillas todo el conjunto mientras vuelve de nuevo al punto de ebullición. Si lo hacemos enérgicamente, sin parar, no se formará grumo alguno, os lo aseguro. La leche caliente disolverá la mantequilla o el aceite y ésta liberará la harina que se disolverá sin dificultad en la leche caliente. Este es todo el secreto para que no nos salga grumosa. Exactamente igual que al hacer una salsa bechamel. 
  6. Cuando lleve muy poquito rato la leche ya en la cazuela agregaremos  la sal, la nuez moscada rallada en el momento y el pellizco de pimienta negra molida y seguiremos cocinando la masa.
  7. A partir de aquí, solo deberemos dejar que cueza un rato, removiendo el conjunto por todos lados para que no se pegue al recipiente.
    Con un cuarto de hora escaso será suficiente. Comprobaremos que la bechamel va "separándose" de las paredes del recipiente y de su fondo. 
    • Cuidado!! Trabajad estos minutos a fuego mínimo, de lo contrario habrá mucha evaporación y conseguiréis una bechamel tan espesa que resultarán unas croquetas muy "mazacotes". Pensad que al enfriarse, la bechamel espesará más y facilitará las cosas a la hora de formar las croquetas.
    • Cuando tras estos 10/15 minutos la bechamel esté en su punto retiraremos la cazuela del fuego y volcaremos el contenido en un recipiente para que se enfríe cubriéndolo inmediatamente con film plástico de cocina para que no cree costra dura en la parte superior de la masa al enfriarse ésta.
  8. Es preferible no trabajar las croquetas el mismo día que hacemos la bechamel. Dejarla enfriar sobre la encimera y luego meterla el frigorífico hasta el día siguiente.
  9. Durante la jornada siguiente procederemos a formar las croquetas. Esta vez he usado un dosificador de helados de tamaño pequeño (de 4,3 cm de diámetro)
     que compré el otro día y que me ha ido estupendamente para que el tamaño de mis croquetas sea casi idéntico. jajajaj Reconozco que cuando tomo "pellizcos" de masa a mano comienzo haciéndolas pequeñas pero luego, poco a poco, voy aumentando el tamaño...en fin, creo que eso nos pasa un poco a todos. A que sí?
  10. A continuación deberemos darles una cobertura de pan rallado, huevo bien batido y pan rallado de nuevo. Me ayudo de un "aparatejo"
    especial para sacar del huevo las croquetas y cuya fotografía os pongo aquí abajo. Me va estupendo porque permite que el huevo escurra bien antes de poner la croqueta sobre el pan rallado y me ensucia menos éste. Esta "doble cobertura" permite que la masa interior de la croqueta al freírse esté mucho más protegida y sea más difícil de que se nos abran.
  11. Dejaremos reposar una media hora las croquetas rebozadas.
  12. las freiremos en abundante aceite bien caliente hasta que estén doradas. Tened en cuenta que es tema principal el que no echéis demasiadas croquetas de una vez sobre el aceite caliente. Para que la cobertura quede crujiente la temperatura del aceite deberá ser constante y si introducimos muchas croquetas a la vez el aceite se enfriará con lo que la capa de pan rallado absorberá el aceite y nos quedarán grasientas. También es importante que el aceite cubra toda la croqueta y que no tengamos que darles la vuelta para que se doren por el otro lado. Una vez fritas las pondremos sobre papel de cocina antes de servirlas.
Sé que tengo pendiente colgar una entrada dedicada exclusivamente a las mil consideraciones a tener en cuenta para que las croquetas queden deliciosas y bonitas a la vista. Lo prometido es deuda y un día de estos que ande menos liada os detallaré muchos consejos. 


Creo que con estas reglas básicas pueden animarse quién no haya hecho nunca este manjar conocido por todos y que a todos gusta.
María.
Espero que os hayan gustado estas croquetas de bacalao caseras. Si es así, agradecería que lo compartas en tu Facebook o en tu Twitter. Un abrazo a todos y muchas gracias por vuestras visitas.

Pimientos del piquillo rellenos de brandada de bacalao

He hecho muchas veces pimientos con bacalao. Pero una cosa es rellenarlos con la típica mezcla que muchas veces se hace como una bechamel con base de cebolla frita a la que luego se agrega el bacalao y bastante leche y otra cosa es rellenarlos con una brandada de esta categoría. La hice siguiendo la receta que figura en el libro de Joan Roca "Las mejores recetas de mi madre" y de verdad que estos pimientos ya son "otro nivel". No exagero. Ni siquiera les hace falta una salsa demasiado elaborada y trabajosa, llevan en el "corazón" un tesoro tan exquisito que aplicaría aquí también lo de "menos, es más".

Lasaña fría de verano (sin horno)

Que nadie se asuste. Debería estar loca para proponer con estas temperaturas tan altas una lasaña "tradicional". Comerla si es el jardín, bajo una buena sombra y una jarrita de cerveza, quizás... pero estar al lado del horno, hacer bechamel, relleno.... ¡Ufff! Solo de pensarlo se me derrite el cerebro. No. Hoy os traigo un plato que en nada se asemeja a lo que todos conocemos como lasaña si no es en el montaje. Es sabrosa, fresquita, fácil de preparar y lo fundamental de ella se puede tener preparado con horas de antelación enfriándose en el frigorífico y a última hora montar el plato. Para mí ha sido un descubrimiento que tengo pensado repetir haciendo pequeños cambios con los ingredientes del relleno.

Trenza de hojaldre con sobras de pollo y cebolla

No está la cosa para tirar nada y menos aún ahora que no debemos salir a comprar más de lo imprescindible. Me sobraron unos filetes de pechuga de pollo a la plancha y he decidido aprovecharlos hoy en esta rica trenza. Evidentemente se podría hacer con cualquier resto de pollo, incluso si ha sobrado del asado.

La "Burrata" un queso italiano fresco y cremoso

El otro día compré una burrata. La precisaba para la elaboración de un plato que tomaremos el próximo domingo así que aprovecho para presentar este queso italiano delicioso a quienes no lo conozcáis. 
Se trata de un queso típicamente italiano y que de momento no es fácil adquirir aquí en España. Yo encontré el otro día en Carrefour en un expositor de productos italiano, así que rápidamente me vino a la cabeza la posibilidad de hacer Lasaña de gambones al pesto genovés con "burrata", calabacín blanqueado y salsa bechamel  y aunque ya tenía previsto el menú de algunos días por delante, como se conserva algunos días en el frigorífico dentro de la caja en la que viene pues me traje una pensando en esa preparación. 
Es un queso de pasta cocida, amasado a base de leche de búfala que se presenta en forma de pequeño saquito relleno de leche fresca y que suele llevar en su parte superior un nudo. 
Un queso muy cremoso y de textura untuosa que en algún aspecto se asemeja a la mozzarella. Diferenciándose de ella en que es mucho más perecedero
Es un queso que a mí me parece precioso!! Es también original porque tiene dos texturas, la externa más sólida y bastante gruesecita y un interior cremoso.  Como os decía la burrata es un saquito de mozzarella relleno de crema de leche y mozzarella deshilachada. Se comercializa dentro de cajitas de plástico en las que va la burrata con suero en el que debe conservarse hasta su utilización.
A la hora de su utilización, se corta la cuerdecita que la ata por arriba y se parte por la mitad.
Al abrirse revela su delicioso interior. Ummm...qué corazón tan bonito y tan cremoso..
La burrata puede consumirse como acompañamiento o como protagonista del plato, simplemente rociada con unas escamas de sal Maldon y espolvoreada con pimienta negra recién molida y servida con unos brotes tiernos de ensalada. También casa estupendamente con el tomate maduro. Deliciosa acompañada de una salsa pesto!!
Como veis es un queso muy versátil que podemos incorporar a nuestra cocina enriqueciéndola.
María.
Quiero daros las gracias a todos por vuestras visitas y proponer que compartáis este post en vuestro Facebook o Twitter si os gustó. Así otros podrán conocerlo también.