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Aperitivo muy sencillo: "Pizzas" de berenjenas al horno con tomate y queso

Las pizzas están realmente deliciosas pero estas "pizzas vegetales" son bastante más saludables y rápidas de hacer. Estas berenjenas al horno con tomate y queso mozzarella pueden ser perfectamente una cena entre amigos, unos entrantes muy fáciles de hacer o un apetitoso aperitivo. No tienen misterio alguno y los ingredientes para prepararlas solemos tenerlos en nuestra despensa o en la nevera.

Palmeritas de hojaldre bañadas en chocolate

No tienes experiencia en repostería. Nunca te has atrevido a hacer ningún pastel ni tarta porque crees que te va  a quedar un churro. ¿Y si te digo que con ninguna experiencia, con la inversión de un mínimo de trabajo y unos minutos vas a tener estas palmeritas? ¿No me crees? Lee la receta y dime si no eres capaz de hacer lo  poco y fácil que explica. Sigue fielmente las instrucciones y no pueden salirte mal. ¡Ya lo verás! Dejarás a los tuyos boquiabiertos...ya me contarás.

"Arroz que cura y tonifica" de Carme Ruscalleda

"Arroz que cura y tonifica". Menudo nombre de receta. ¿Verdad? Pues así tal cual aparece en el libro de Carme Ruscalleda "La magia de la cocina" (Ed. 2017 p.34). El otro día estuve hojeando este delicioso libro para colgar una reseña de él en este blog y la receta, precisamente por el nombre, me llamó la atención. ¿Podéis creer que una vez leída me entraron ganas de comer el arroz en aquel instante? Si es que soy antojadiza a más no poder...

Alcachofas confitadas en aceite de oliva

Asociamos erróneamente el confitado al mundo de la repostería. Sin embargo el confitado no es más que una técnica de cocina mediante la que se cuece muy lentamente y a baja temperatura un alimento y que además nos sirve para conservarlos durante bastante tiempo en el líquido de cocción (grasa o azúcar). ¿En qué consiste confitar un alimento?

Ensalada campera o ensaladilla de verano

Se llama ensalada campera pero en realidad en verano, casi puede servirse como plato único acompañada de pan y un buen gazpacho. Hay quien la conoce como ensaladilla de verano. Es fácil, sabrosa y nutritiva. En verano es un plato que apetece siempre. Conviene prepararla con tiempo para que los sabores se integren y resulte más sabrosa todavía. Puede hacerse por la mañana para degustarla cuando se viene de la playa (cuando podamos ir, claro) Fresquita está riquísima pero no demasiado fría para que no pierda sabor.

Aperitivo de alcachofas a la plancha con salsa y tomates deshidratados

No se trata del típico plato de alcachofas hervidas para comer con cuchillo y tenedor. Es más bien un aperitivo. Un platillo para comer con los dedos. Muy adecuado para poner en el centro de la mesa en una cena informal y comer entre amigos. Ir arrancando de una en una las hojas exteriores y mojándolas en la salsa para comer la poquita carne que hay en la parte inferior es una delicia. Y conforme vas quitando hojas y te acercas al corazón ¡la cosa va mejorando! El bocado central es tu premio por comerlas con paciencia.Te lo digo siempre, que tengas paciencia...jeje

Ensalada de endivias al Roquefort (Con salsa hecha en frío)

Esperar a que se enfríe una salsa que acompaña a unas endivias que precisamente preparo cuando tengo prisa y no me atrae estar mucho tiempo en la cocina, no me entusiasma. La verdad. Durante años hice esta salsa como la hace todo el mundo, calentando la nata en la que se disuelve el queso y esperando luego a que enfriara antes de ponerla sobre las envidias. Os muestro otra manera de hacerla que no requerirá tiempo de espera ninguno porque no es necesario calentar nada.

Tarta de queso de "La Viña"

Pocas tartas son tan famosas como esta. Tiene varias razones para que así sea. Entre las tartas de queso no hay ninguna más fácil de hacer. Pero además tiene la fama de ser la mejor tarta de queso.Todas me encantan pero esa cremosidad que caracteriza a esta tarta, la suavidad que se nota en el paladar...ummm no sé, creo que si me obligan a elegir entre ellas, lo tengo claro: La tarta de queso de "La Viña" hecha fielmente según la receta de Santiago Rivera dueño del bar "La Viña" en el casco antiguo de San Sebastián dónde llevan preparándola desde hace casi treinta años. Sin embargo no es hasta hace unos diez años cuando, debido a Internet, la tarta ha posicionado en la cima de la mayoría de rankings de cheescakes de nuestro país. Es increíble el fenómeno que se ha producido con esta tarta llegando a traspasar nuestras fronteras.

Salchichas de carnicero al vino blanco con cebolla

No puede ser más fácil hacer estas salchichas al vino blanco. Me atrevería a decir que dentro de las recetas son un auténtico Bet seller porque debe haber poca gente que no las haya hecho o al menos probado.  Además están ¡Ricas, ricas! Son socorridas incluso para cuando vienen visitas inesperadas y no sabemos qué poner en la mesa en poco tiempo. He dudado incluso en escribir esta receta por lo conocida que es y porque está en todas partes. Al final me he decidido porque por propia experiencia, sé que hay días que hacer el menú nos cuesta un suspiro porque no estamos nada inspirados. Así que como idea fácil, rápida y sabrosa, ahí van estas salchichas.

Gazpachuelo de pescado. Una sopa clásica malagueña

El gazpachuelo y el ajoblanco son dos de las sopas más tradicionales de la maravillosa gastronomía malagueña. Es rara la casa que en la provincia malagueña no toman gazpachuelo habitualmente como primero en invierno o incluso para la cena. Hay tantas variantes de esta sopa que incluso tiene su propio libro: "Gazpachuelos de Málaga" de Fernando Sánchez Gómez, publicado por la Diputación de Málaga, con más de 100 preparaciones  ¡Ahí es nada!. Todos tienen en común la mahonesa disuelta en un líquido que puede ser el agua con sal dónde han hervido patatas cortadas (gazpachuelo de huevo), caldo de pescado (gazpachuelo de pescado), etc. puede llevar o no claras de huevo cuajadas en él, con gambas o sin ellas, con pescado y mariscos o preparado de la forma más humilde con simples patatas. Incluso está la llamada "Sopa Viña AB" en la que se aromatiza la preparación con el fino de las Bodegas González Byass. Todas estas variaciones son válidas ¡Y todas ellas están exquisitas!

Fiambre de pavo al curry en 12 minutos en microondas

Este fiambre de carne de pavo te saca de un apuro a la hora de preparar cualquier cena; si tienes visitas y quieres preparar una bandeja de fiambre para tomar con pan tostado con tomate, sal y aceite de oliva virgen extra (Pa amb tomàquet) te vendrá estupendo; unos bocadillos con este pavo acompañado de unas hojitas de lechuga y unas rodajas de tomate dejarán de ser "simples bocadillos" para convertirse en bocadillos de "alta gama".. En fin, preparaciones en las que se puede emplear son múltiples y variadas. Si no vais a consumirla completa se puede congelar sin problema ya loncheada envuelta en film.

Ensalada de lechuga con cuchara. Una receta de la gastronomía Extremeña

Curioso nombre el de esta ensalada extremeña ¿Verdad? El nombre es por razones obvias: ¡Esta ensalada se come con cuchara! Sí, sí, con cuchara...Estoy segura que, salvo que seáis extremeños, no habéis oído hablar nunca de ella.
A veces también se le llama "Lechuga al agua".  Probablemente ya poca gente incluso en Extremadura prepara la lechuga así pero todavía hay lugares dónde se mantiene la tradición. La lechuga así preparada cambia la textura perdiendo algo de crujiente, se "dulcifica". Lo cierto es que resulta refrescante y muy rica. Eso sí, cunde bastante menos que preparada del modo tradicional porque mengua bastante.

Cazuela de romanesco al vapor con beicon y cebolla frita

Habéis comprado alguna vez algún alimento exclusivamente por su belleza? Yo sí!! :)
Hace unos días, sobre una mesa junto a otras hortalizas estaban perfectamente colocados una buena cantidad de romanescos. Esa especie de coliflor verde de formas triangulares que se reproducen infinitamente son un híbrido de brécol y coliflor, bonitas hortalizas también, pero ésta mucho más originales y de formas piramidales mucho más extrañas. Me parecieron tan bonitos que no me pude resistir!! El precio que tenían eran tan insignificante que bien hubiera valido la pena pagar un euro tan solo por disfrutar de su belleza unos días sobre una de las bandejas del frutero junto a los limones y manzanas.

Todas las hortalizas de la familia de las brasicáceas me parecen preciosas!! Y es que comemos también con los ojos, no es cierto? Hablando de brasicáceas...os muestro mi pequeño huerto dónde podéis ver antes de cosecharse algunos de mis repollos y coliflores. Qué bonitas, verdad? Este año creo que cultivaré también romanesco... son tan bonitas sus inflorescencias que solo por su belleza merece la pena tenerlos en el huerto.




De todos modos el romanesco no es solo una hortaliza de gran belleza que podemos encontrar ahora a la venta en le mercado, tiene también un delicado sabor y es rica en fibra y vitamina C.

Como la coliflor y el brécol hay que llevar cuidado con su cocción y que esta no se prolongue en exceso ya que se ablanda demasiado a poco que nos descuidemos. A mí me gusta este plato con la verdura un puntito crujiente.
La lástima es que anoche yo iba con prisas en la cocina porque se nos había hecho tarde y tenía que haber refrescado el romanesco bajo el grifo con agua fría para que no perdiera su precioso color antes de introducirlo en el refrito. Otro día será!!
Recordad que la verdura no debería hervirse en exceso si deseamos que pierda buena parte de su sabor y vitaminas. Además, deberíamos acostumbrarnos a tomarla algo menos pasada de cocción de lo que lo solemos tomar en nuestro país. Es mi opinión...
Esta noche he decidido hacerla al vapor para que conservara todo su sabor y he hecho una preparación de los más sencilla que no había probado nunca pero que me ha sorprendido por lo sabroso del resultado y lo fácil de la elaboración.

INGREDIENTES

  • Un romanesco
  • Aceite de Oliva virgen extra
  • 1 cebolla picada finita
  • 2 Dientes de ajo laminados
  • 1 guindilla
  • 2 hojitas de laurel
  • Un poquito de pimienta blanca molida
  • 1 guindilla si os gusta el picante
  • 200 gramos de beicon ahumado.


Os explico los sencillos pasos que he seguido.
He lavado bien el romanesco y le he ido separando los pequeños cogollos que parecen diminutos árboles :) y los he ido colocando en una cazuela con el asiento agujereado especial para cocinar al vapor. La parte blanda de los tronquitos hacia abajo para que les diera el vapor  más directamente desde abajo y se ablandara antes que la parte verde que es mucho más tierna.

En la olla inferior he puesto abundante agua a hervir y la he aderezado con una ramita de tomillo fresca y un puñado generoso de sal.
Cuando estaba el agua bien caliente he puesto la olla del valor sobre la olla con agua y he tapado para que se fuera haciendo. Os aconsejo que de vez en cuando comprobéis con un tenedor si la verdura está lista y a poco que los tronquitos estén crujientes apartad la olla y refrescar la verdura bajo el grifo. Escurridla y seguid con la preparación.

Mientra simplemente he dorado en un poco de aceite un par de dietes de ajo laminados.
He agregado luego una cebolla mediana cortada chiquita y he esperado primero a que poche para luego subir un poco el fuego y que llegara a dorarse un poco.
A continuación he añadido al sofrito el beicon cortado en trocitos no demasiado pequeños, la pimienta blanca, un par de hojas de laurel y una guindilla y he esperado a que el beicon se dorara un poco. Al tratarse de beicon ahumado no necesitaba demasiada cocción así que he trabajado con el fuego bastante alto.
Tiernos ya los cogollos de romanesco solo restaba agregarlos escurridos al sofrito y darles unas vueltas para que todo el guiso se impregnara de los sabores y sobretodo el aroma del beicon.


Y nada más!! Así de sencillo y rápido.

Receta de pollo en pepitoria. Todo un clásico de la Cocina Española

La gallina en pepitoria es un clásico de la Cocina Española como digo en el título de la entrada. Actualmente ya no se suele hacer con gallina, que era lo habitual,  si no que se utiliza pollo y aunque el resultado es algo distinto lo cierto es que el pollo preparado en pepitoria resulta también delicioso. Esta receta viene de antiguo y con pequeñas modificaciones se ha mantenido hasta hoy. Antiguamente se utilizaba gallina vieja para hacer esta receta pero ésta demás de necesitar cocciones más largas también aporta más grasa así que yo siempre lo hago con pollo.
Podemos acompañar este pollo con unas patatitas fritas. Cuando lo hago así me gusta darles un hervor en los últimos minutos dentro de la salsa, así toman el gusto de ésta. En esta ocasión lo he acompañado de un simple arroz hervido y también queda estupendo.
INGREDIENTES (Para cuatro raciones)
  • Un pollo entero (si hacéis el caldo vosotros) o 1 kg de trozos de pollo
  • Sal
  • Pimienta negra
  • AOVE
  • 5 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 vasito de brandy o vino blanco
  • 1 litro de caldo de pollo
  • 12 almendras tostadas
  • 1 huevo duro
ELABORACIÓN:
Si en lugar de usar un caldo de los que se comercializan, queréis elaborar vosotros mismos el caldo de pollo, cosa que mejora sustancialmente el guiso, es conveniente que utilicéis la parte de la columna, el cuello y las partes peores del pollo parra ello. Le añadís una zanahoria, un puerro, una cebolla, un par de hojas de laurel, unas bolitas de pimienta negra y un poco de agua. Dejáis cocer lentamente unos tres cuartos de hora/ una hora. Lo coláis y ya tenéis vuestro estupendo caldo de pollo casero. Lo reservaremos.
Si váis con prisas o no queréis entreteneros podéis usar como os digo un caldo comprado. No será igual, pero también queda bien si usáis una marca de vuestra confianza.
A mí no me gusta demasiado utilizar la piel de pollo porque además de irse desprendiendo mientras se guisa y luego quedar esa piel suelta en la salsa que a mi modo de ver le da un mal aspecto, pienso que no le aporta sabor alguno al guiso. Así que suelo retirar la mayor cantidad posible de piel al pollo.
Salpimentamos el pollo justo cuando vamos a empezar a hacer el guiso y no antes. Ya sabéis que la sal provoca que los alimentos "saquen" líquidos y no nos conviene para dorarlo.
En una cacerola ponemos algo de AOVE a calentar y cuando ha adquirido la temperatura adecuada incorporamos 4 dientes de ajo laminados y los dejamos dorar. Los apartamos y los reservamos.
En el mismo aceite doramos un poco los trozos de pollo. El aceite deberá estar bastante caliente ya que solo pretendemos marcar un poco el pollo, no que se cocine del todo. Cuando vemos que han tomado algo de color (no demasiado) retiramos el pollo y lo reservamos.
Si vemos que hay demasiado aceite aún en la cazuela retiramos un poco para que le guiso no quede grasoso en exceso.
En el aceite de haber dorado los ajos y el pollo incorporamos la cebolla cortada en juliana, bien finita y la dejamos pochar lentamente, que quede transparente y blandita. La cocinaremos a fuego mínimo. Removemos de vez en cuando pero no precisaremos hacerlo demasiadas veces porque la cebolla con el calor va soltando humedad y se va cocinando en ella misma. 
Para no perder la humedad de la cebolla y que ésta se vaya ablandando sin dorarse es mejor cocinarla con una tapadera que se ajuste bien a la cazuela.
Mientras se va haciendo la cebolla comenzaremos a hacer "el majado". Para ello machacaremos en un portero un diente de ajo, las almendras tostadas y la yema del huevo cocido. Hay que insistir un poquito hasta formar una mezcla homogéna dónde los trocitos de almendra apenas se noten. Diluiremos esta mezcla que os habrá quedado bastante pastosa con un chorrito de caldo de pollo.
Comprobaremos que  la cebolla esté bien pochada (el color de la cebolla de la fotografía no es debido a que la cebolla esté dorada si no a que hemos utilizado el aceite dónde hemos dorado los dientes de ajo y el pollo y la carne ha dejado sus sustancia que va diluyéndose junto con la cebolla aportándole algo de color.
y entonces añadiremos el vasito de vino blanco o si lo preferís de brandy. Subiremos el fuego para dejar que reduzca un poco el alcohol y dejaremos que se cocine unos instantes.
Incorporaremos ahora los trozos de pollo y los dientes de ajo que teníamos reservados y dorados. Removeremos el conjunto. A continuación incorporaremos el caldo de pollo. 
Rectificaremos de sal pero dejando un poquito sosa la salsa ya que aún deberá cocer un buen rato y durante este tiempo reducirá y por tanto la cantidad de sal aumentará.
Dejaremos cocer lentamente el guiso hasta que el pollo se ablande completamente y cuando esté totalmente cocinado es cuando daremos el punto de sal definitivo.
Veremos que la salsa habrá espesado, se habrá ligado. Será el momento de echar la clara de huevo cocido picadita pequeña.
Por último incorporaremos "el majado" a la salsa removiendo bien el conjunto. De repente perderá la transprencia y adquirirá un aspecto "lechoso" típico de las pepitorias. Y ya tendréis listo vuestro pollo en pepitoria para degustarlos como os dije arriba, acompañado de unas patatitas fritas dándoles un hervor de última hora en la salsa. De veras que quedan deliciosas!!
En esta ocasión he preferido servir este pollo en pepitoria con un sencillo arroz hervido.
María.


Y ya sabéis, como siempre.. si os ha gustado la receta compartidla en vuestro Facebook y Twitter. Muchas gracias por vuestras visitas

Sopa de ajo o Sopa Castellana...deliciosa sopa la llamemos como la llamemos.

En Madrid hoy no han bajado mucho las temperaturas pero una tiene el cuerpo destemplado con esta lluvia que nos ha acompañado todo el día así que no lo he pensado más, sopa de ajo o sopa castellana para cenar. No hay nada para entonar el cuerpo como esta sopa sencilla y sustanciosa. Uno de los platos de la Cocina Española más humilde pero no por ello más delicioso. Se ha hecho ya desde antiguo, con el pan duro que sobra, unos pocos ajos, pimentos y aceite. Sin más.
Luego ha evolucionado un poco la cosa y tanto en restaurantes como en nuestras casas solemos añadirle huevo y jamón picadito.
Una receta a prueba del principiante más novato de todos y con elementos que siempre, siempre se tienen en casa. A por la sopa...que hace frío!!
 

Morcilla de arroz con pimientos "del piquillo" dulces

Es un plato bien socorrido, de esos que se preparan en un momento

INGREDIENTES:

 * 1 Morcilla de arroz cortada en rodajas gorditas
* Unos cuántos pimientos "del Piquillo" cortados en trocitos
* Un par de cucharadas de azúcar
* Un poquito de harina
* Un chorrito de aceite de oliva virgen extra



Un "truquillo" para que la morcilla no se pegue al asarla en la sartén es enharinar un poquito las rodajas.

Echar un par de cucharadas de azúcar sobre los pimientos, remover bien y calentar en el microondas un par de minutos para que el azúcar se disuelva bien. Reservar.

Poner a calentar una sartén con unas gotas de aceite. Cuándo esté bien caliente poner a dorar las rodajas de morcilla hasta que tengan un bonito color dorado.
Cuándo estén echas por un lado, darles la vuelta y dorarlas por el otro.

Poner las rodajas de morcilla asada sobre el plato dónde las vayamos a servir y decorarlas con un poco de pimientos dulces sobre cada una de ellas. El contraste entre el sabor de la morcilla y el dulce de los pimientos es exquisito.